La inflación desploma el tráfico de mercancías

MERCADOS

Vista parcial de la terminal de contenedores de Caneliñas.
Vista parcial de la terminal de contenedores de Caneliñas. CESAR TOIMIL

El precio por trasladar contenedores a larga distancia ha caído un 85 % desde los máximos que alcanzó tras la pandemia. El frenazo del consumo reduce las operaciones.

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

De ser casi el único ganador durante la crisis de suministros y multiplicar beneficios tras la pandemia, el negocio del transporte marítimo mundial ha caído en picado. El precio de trasladar un contenedor estándar de un puerto de China a otro europeo o a la costa oeste estadounidense ha registrado un estrepitoso descenso de nada menos que un 85 % si se con los máximos del 2021, según el análisis de la plataforma Xeneta, especializada en el tránsito y la evolución de las tarifas de fletes marítimos y aéreos internacionales. De los casi 10.000 dólares (9. 474 euros) que se llegó a pagar por un contenedor en el primer trimestre del 2021, este pasado enero el flete por el mismo servicio apenas alcanzaba los 1.500 dólares (1.421 euros).

«Los precios se han derrumbado desde fines del verano del 2022», sostienen los expertos de Xenata en su informe del pasado enero. Detrás de este desplome está la reducción de la demanda a medida que ha ido creciendo la inflación, lo que ha atenazado el consumo en las principales economías mundiales, debido a un aumento del coste de la vida y a los elevados tipos de interés. Para la plataforma de análisis de tráfico marítimo, «lo peor para las navieras está por llegar». Muchos de los contratos que se habían negociado el año pasado se han roto y ahora las compañías de este tipo de transporte mundial «están sometidas a la presión de los importadores para que reduzcan precios».

El índice XSI que utiliza Xaneta para analizar la evolución de las tarifas por los fletes resulta esclarecedor. En el mes de enero, la caída fue de un 13,3 % respecto al mes de diciembre, con lo que suma cinco meses consecutivos en retroceso. Las navieras se han preparado para este período de regresión en su actividad. Aunque parten con la ventaja de haber disparado sus ganancias a niveles sin precedentes, al menos durante un año y medio. Si la escalada de los fletes tras la pandemia les permitió hacer caja (con ganancias interanuales de varios dígitos) y planificaban con esos extras ampliar flotas y diversificar negocio, el nuevo panorama quizás les obligue a reajustar sus programas de inversión a corto y medio plazo.

La danesa Maersk, la segunda naviera para el transporte de contenedores del mundo, ya descuenta el retroceso del comercio mundial, un 2,5 % para este 2023. Una previsión similar a la realizada recientemente por el FMI, que pronosticó que el crecimiento del tráfico mundial disminuiría a 2,4 % este año, desde el 5,4 % del 2022. El mismo argumento del descenso de la demanda justifica que el transporte de mercancías por vía aérea haya desandado el camino desde máximos. Los retrasos que afectaban al tráfico marítimo impulsaron esta vía. Las aerolíneas, incluso fabricantes como Airbus, llegaron a convertir los aviones de pasajeros en cargueros, desbordados por las solicitudes de los importadores. Antes de la pandemia, este tipo de tráfico representaba aproximadamente el 1 % de todo el mercado de fletes en términos de volumen, eso sí aunque mucho más caro. La pregunta es si la demanda de carga aérea seguirá esta senda. Los fabricantes confían en que sea así.