Delta es una empresa involucrada en el desarrollo industrial de Galicia. «Apoyaremos siempre las iniciativas independientemente del sector al que se refiera y de lo que nos pueda aportar individualmente como empresa», afirma Puga.
—La Xunta ha apostado fuerte por el polo aeroespacial de Rozas. ¿Delta tiene interés en entrar en la industria de drones?
—Nuestra actividad está más enfocada grandes aeronaves. Veo Rozas como un proyecto estratégico e impulsor de la industria aeronáutica. Ha logrado atraer a empresas representativas del sector en España, y a los dos actores principales en la aeronáutica: Airbus y Boeing. Algunas empresas de Consorcio Aeronáutico Gallego ya están trabajando en proyectos y con contratos cerrados.
—Como experto también en automoción. ¿El coche eléctrico no tiene marcha atrás?
—La apuesta por este tipo de propulsión avanza de forma vertiginosa. Personalmente, a futuro, tengo dudas de que sea la idónea y, a la vez, la esperanza de que se logren otras soluciones más sostenibles y que mejoren los costes de fabricación. Opino que no es descartable contemplar la marcha atrás, porque pueden aparecer sistemas de propulsión alternativos que, entre otros efectos, dificultarían la amortización de las grandes inversiones realizadas para el vehículo eléctrico. Me atrevo a decir que no tener un sistema de propulsión definitivo, puede ser una de las causas que está afectando a un sector tan tecnológico y exigido en prestaciones.
—Y el avión, llegará a ser eléctrico. ¿Cómo va a ser el proceso de descarbonización?
—La prudencia me obliga a no responder con claridad, porque no la tengo. En nuestro caso, estamos trabajando, apoyados por CDTI, en procesos de fabricación novedosos, disruptivos, automatizados e inteligentes que hagan viable el desarrollo de alas en composites, optimizadas para las necesidades del futuro inmediato de la aviación comercial. Todo ello en consonancia con los compromisos medioambientales de la aviación europea: reducción, para el año 2035, de al menos un 86 % de las emisiones de los aviones de corto y medio alcance, con respecto al 2020. Reducir las emisiones en el ámbito de la movilidad es un objetivo claro, las tecnologías y los procesos para lograrlos necesitan más investigación y más tiempo.