Un regalo caído del cielo

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Kazuhiro Kashio lleva el timón de Casio, que ha visto disparada su popularidad tras la canción de Shakira

29 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Que hablen de ti, aunque sea mal». Bien podría la frase ser el titular de un anuncio de Casio. Sobre todo ahora que, sin comerlo, ni beberlo, la marca está estos días en boca de todos. Todo por las puyas que le dirige Shakira en su última canción a su ex Gerard Piqué y a la nueva pareja del exfutbolista. A estas alturas —y cientos de turras después—, no parece necesario que lo explique. Pero por si todavía queda alguien que no se haya enterado, le resumo brevemente que todo esto viene a cuento de que la colombiana, en su afán de marcar distancias con la nueva chica de Piqué, se ha comparado con esta recurriendo para ello al símil entre un Rolex y un Casio. También al de un Ferrari y un Twingo. «Cambiaste un Ferrari por un Twingo, cambiaste un Rolex por un Casio», reza el tema recién salido del horno.

Dejando a un lado que alguien debería explicarle a Shakira que hay quienes recordamos con el mayor de los cariños aquel primer Casio —¡con calculadora incorporada y todo!— que lució en nuestra muñeca —tanto como a su primer amor— y que en cuestiones de sentimientos —al menos sobre el papel—, no es el dinero el que manda, sino el corazón, lo cierto es que a la enseña japonesa le ha venido de perlas eso de ser uno de los patitos feos de la canción. Encantados están en la compañía que fundaron allá por 1946 los hermanos Kashio con que este asunto les sal-pique.

Al frente de aquel, en sus comienzos, pequeño negocio familiar, estaba Tadao Kashio. Nacido en 1917 en la hoy ciudad de Nankoku, en el seno de un hogar de lo más humilde —su padre se ganaba el pan cultivando arroz—, contaba Tadao con tan solo seis años cuando sus padres decidieron aceptar la invitación de un familiar y mudarse a Tokio con la idea de encontrar trabajo en las labores de reconstrucción de la capital, asolada por el gran terremoto de Kanto de 1923.

Allí cursó sus estudios el creador de Casio, y allí se estrenó en el mundo laboral como operador de torno en una fábrica de latas de aceite. Con la experiencia amasada tras años fabricando ollas, sartenes y hasta faros para bicicletas o medallas militares, y con una ingeniería bajo el brazo —el dueño de una de las factorías por las que pasó se empeñó en que aquel joven con talento simultaneara las labores de tornero con los estudios universitarios—, decidió Tadao en 1946 dar un paso adelante y montar su propio negocio con sus hermanos. El primer producto que pusieron a la venta fue el tubo yubiwa, un anillo que podía sostener un cigarrillo, permitiendo al usuario fumárselo hasta el filtro, dejándole las manos libres para, por ejemplo, trabajar. Sin olvidar que en plena posguerra, y tras haber perdido la contienda, no estaban las cosas en Japón como para desperdiciar caladas. Todo un éxito.

Años más tarde llegaría la primera calculadora y, más tarde, los relojes.Tadao falleció en 1993 después de haber levantado un imperio de la nada. Hoy las riendas de la compañía, a la que le cambiaron el nombre en 1957 para occcidentalizarla, las lleva Kazuhiro Kashio, sobrino de Tadao e hijo de Kazuo Kashio, a quien Tadao dejó al timón de la compañía tras su retirada de la primera línea del negocio. Es él quien está disfrutando de las mieles que les ha proporcionado ese regalo caído del cielo que les ha hecho Shakira.

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