Proteger el capital humano

IVONNE POUSA

MERCADOS

MARCOS MÍGUEZ

29 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo inicio de año supone un buen momento de reflexión para tomar distancia del día a día y levantar la mirada para tratar de comprobar que el horizonte se dibuja nítidamente al fondo y que no hay nubarrones por los que preocuparse. La tranquilidad y la seguridad son dos de los aspectos más valorados en la vida en general y, sobre todo, en el ámbito financiero. Tenerlo todo racionalmente organizado y planificado, mucho mejor si es con la ayuda de un asesor financiero, es una buena manera de conseguir esa estabilidad que nos permitirá centrarnos en aspectos más mundanos, porque los verdaderamente importantes ya están bien cubiertos. Al menos, este debería ser el objetivo financiero de cualquier familia: contar con una planificación estratégica que nos permita vivir tranquilamente, sin que cualquier imprevisto suponga un tsunami que tire por tierra los esfuerzos de una vida.

En muchas ocasiones hemos tratado ya la importancia de la planificación para establecer un equilibrio entre ingresos y gastos familiares, y la puesta en marcha de un sistema de ahorro adecuado para la consecución de los objetivos financieros de la familia. Esta estructuración de las finanzas resulta vital para conseguir la tranquilidad de cara al futuro; sin embargo, para conseguir la también deseada seguridad se debe aún dar un paso más.

Efectivamente, una buena planificación supone el diseño de un procedimiento adecuado para el funcionamiento financiero de una familia con una estructura determinada, pero ¿y si cambia esa situación?, ¿y si falla alguna de las fuentes de ingresos que abastece y permite el buen funcionamiento de la estrategia?

Imprevistos suele haber, lo queramos o no, por lo que lo más adecuado es estar también preparados por si alguno de estos episodios inesperados tensiona nuestras finanzas y pone en riesgo toda la planificación diseñada previamente. Y es aquí donde debemos incorporar una visión distinta para pasar de asegurar a la persona a hacerlo lo mismo con las fuentes de ingresos financieros de la familia. Se trata de proteger nuestro capital humano. Es decir, el dinero potencial que somos capaces de generar hasta nuestra jubilación. De esta forma, nos protegemos a nosotros y a nuestra familia.

Efectivamente, según este nuevo acercamiento al mundo de los seguros, lo importante es tener aseguradas las fuentes de ingresos con que contamos: ¿cuáles debo proteger y cuál es la mejor manera de hacerlo? De esta forma podremos valorar qué metas mantengo aisladas del riesgo. Esta idea de protección es importante llevarla a cabo con alguien que conozca tus objetivos y tus metas. Los seguros que están detrás van a permitir que la estructura familiar siga funcionando y que la fuente de ingresos siga aportando lo establecido.

Es habitual hacerse un seguro de vida en diferentes circunstancias, en la mayoría de las ocasiones relacionado con la hipoteca. En estos casos, ante la desaparición de la persona que sostiene esos pagos, el seguro afrontará los costes impagados y aliviará así la situación de la familia, que, de otro modo, tendría que buscar un nuevo ingreso que pueda sustituir al que proporcionaba el desaparecido. En cualquier caso, a pesar de suponer un alivio que el seguro garantice el pago de la hipoteca, la fuente principal de ingresos ha desaparecido y el resto de nuestra planificación familiar también ha quedado descuadrada. De ahí que lo realmente importante sea el aseguramiento de la fuente de ingresos, del dinero que realmente aporta esa persona a la economía familiar, porque solo así se podrán seguir manteniendo esa planificación financiera diseñada para la consecución de los diferentes objetivos familiares y, por supuesto, para tener la tranquilidad necesaria para afrontar el futuro con unas ciertas garantías. Porque, siendo importante la hipoteca, la familia también tiene que poder mantener sus objetivos marcados: que los hijos puedan ir a la universidad que querían, tener dinero para cambiar el coche en unos años, poder comprarse la ansiada segunda residencia en el campo o recibir un complemento a la pensión pública que le permita disfrutar de la jubilación con mayores garantías.

En la mayor parte de las ocasiones, las familias cuentan con diferentes seguros que ayudan a cubrir diversas circunstancias concretas, y se olvida en muchos casos que lo más importante es asegurar que el flujo económico que sostiene toda la estructura familiar no quedará interrumpido. Por esto mismo, y como decíamos en un principio, el inicio del año puede ser un buen momento para detenerse, analizar cuál es la situación actual en relación con los diferentes seguros de la familia y realizar un estudio adecuado que nos revele cuál es la situación real. En algunos casos podrá darse el caso de contar con una acumulación de diferentes seguros para varias circunstancias familiares distintas y que supongan un coste más elevado de lo que costaría tener aseguradas las fuentes de ingresos. Por eso es importante ponerse en manos de un asesor financiero y comprobar que, realmente, la red de seguridad establecida bajo la familia permita mirar al futuro con optimismo, con tranquilidad y con la seguridad que todos necesitamos.

Ivonne Pousa es responsable de Banco Mediolanum en la zona norte de España.