Innovación tecnológica y empleo

Isabel Novo Corti

MERCADOS

Robot cuadrúpedo «Spot», de Alisys Robotics, empresa radicada en Gijón
Robot cuadrúpedo «Spot», de Alisys Robotics, empresa radicada en Gijón ALISYS

29 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La innovación tecnológica ha mejorado la calidad de vida de las personas. En concreto, la robótica y la inteligencia artificial (IA) han generado cambios sustanciales en la estructura productiva, hasta el punto de que se habla de una nueva revolución industrial. La incorporación al proceso productivo de estos nuevos factores de capital, más avanzados tecnológicamente, va acompañada de su correspondiente remuneración, al igual que el factor productivo trabajo recibe la suya. Por ello, es previsible que estos cambios supongan modificaciones tanto en el empleo como en la distribución de la renta. En la actualidad, los efectos de la incorporación de las nuevas tecnologías a la vida económica es uno de los protagonistas indiscutibles del debate económico.

En momentos de fuertes cambios surgen detractores de los nuevos modelos, en la línea del movimiento ludista iniciado a principios del siglo XIX como respuesta a la revolución industrial, alegando que los nuevos activos de capital despojarían a los trabajadores de sus empleos y de su sustento. La realidad mostró que, acompañando a la innovación, surgen nuevos empleos, que modifican o desplazan a otros, de forma que éstos se han ido modificando y los nuevos trabajadores se han especializado en tareas compatibles con los nuevos escenarios. Krugman sostiene que la diferencia más destacada entre las recientes innovaciones, vinculadas a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y las anteriores revoluciones industriales, radica en el tiempo que tardan en implementarse, de ahí que, en la actualidad, se hable de innovaciones disruptivas. Así, cuando el conductor de un coche de caballos se enfrentaba a la aparición del automóvil, se percataba de que su hijo probablemente conduciría un automóvil, pero que él podría jubilarse conduciendo su coche de caballos. Ahora, eso no es así.

Este enfoque parte de la premisa de que el nuevo capital más tecnológico sustituirá empleos. Sin embargo, una mirada algo más profunda sobre el impacto de la robotización y la IA en el mercado de trabajo pone de manifiesto que existe tanto una línea de sustitución como una de complementariedad. Así, la automatización hará que mientras aquellos empleos menos cualificados y más rutinarios pueden ser realizados por máquinas, otros pueden resultar beneficiados al recibir apoyo de la nueva tecnología. No sustituye a estos trabajadores, los complementa, haciendo más productivo su trabajo. Esto supone efectos diferentes en los distintos empleos y que se puede sintetizar en que las tareas relacionadas con empleos menos cualificados las pueden hacer máquinas, mientras que otras, que requieren más cualificación, se podrán acometer de forma más eficiente. Quienes las realizan verán aumentada su productividad. Como el factor trabajo no es homogéneo, lo anterior supone cambios en la prima salarial a la cualificación, ampliando las diferencias entre las remuneraciones de los trabajadores, que, por estar vinculadas a su productividad, hará que los empleos de mayor cualificación reciban mayores salarios, poniendo de manifiesto un impacto tecnológico desigual.

Ahora bien, en la situación actual, donde la IA está progresando rápido, el centro de la cuestión se desplaza a los trabajos más cualificados, ya que se sustituye capital humano por capital artificial inteligente y, por tanto, la complementariedad hombre-máquina presente en las tareas más cualificadas desaparece y la máquina puede sustituir a la persona, como sucedió antes en los empleos menos cualificados. Corresponde reflexionar sobre la relación capital/trabajo y también sobre los distintos tipos de empleos/tareas para aprovechar las nuevas posibilidades para aumentar nuestra calidad de vida.