Las huelgas amenazan la Navidad del Reino Unido

Juan Francisco Alonso

MERCADOS

TOBY MELVILLE | REUTERS

Los trabajadores ferroviarios, los agentes de inmigración, las enfermeras, paramédicos y los trabajadores postales paralizarán sus actividades en demanda de mejoras salariales

18 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las Navidades de los británicos vuelven a estar en peligro. Después de lo sucedido en el 2020 por culpa de la pandemia del coronavirus y limitadas el año pasado por la aparición de la variante ómicron, las fiestas están en riesgo por la ola de huelgas convocadas por distintos sindicatos. Los trabajadores ferroviarios han programado jornadas de paralizaciones que afectarán a fechas muy señaladas, como la Nochebuena, cuando dejarán de trabajar a las seis de la tarde, en vez de a media noche, como era usual. No volverán a retomar a sus puestos de trabajo hasta el día 27; es decir después del llamado Boxing Day (Día de las rebajas). Las acciones de protesta continuarán los días 3, 4, 6 y 7 de enero, han anunciado desde el Sindicato de Trabajadores Ferroviarios y Marítimos.

Pero los conductores de los trenes o el personal de las estaciones no son los únicos que utilizarán la temporada para luchar por sus reivindicaciones laborales. Los agentes de la Border Force (los agentes de inmigración) dejarán de sellar pasaportes en los aeropuertos a partir del día 23 hasta la Nochevieja, mientras que las enfermeras y paramédicos tienen previsto cuatro jornadas de huelgas en las próximas dos semanas; por último, funcionarios como los trabajadores de correos o los encargados de emitir los carnés de conducir también paralizarán sus actividades.

 Sin acuerdo

El gobierno de Rishi Sunak ha mantenido en los últimos días conversaciones con los distintos sindicatos para evitar la avalancha de huelgas: patronales como la del sector de la hostelería (UK Hospitality) han advertido que podrían costarle a la maltratada economía británica unos 4.000 millones de libras (4.650 millones de euros). Sin embargo, hasta ahora los intentos han resultado infructuosos.

El 64 % de los trabajadores ferroviarios rechazaron este pasado lunes, en una consulta electrónica, la última oferta que la estatal Network Rail (propietaria de las estaciones y de las vías) les hizo: una subida salarial del 5 % para este año y otro del 4 % en el 2023. Tampoco ha habido mejor suerte con los otros sectores en pie de guerra.

Los distintos gremios reclaman a las autoridades subidas que les compensen la pérdida de poder adquisitivo provocada por la histórica inflación, la cual en octubre cerró en 11,1 %. No obstante, desde Downing Street han calificado esta demanda de «inasumible», pues supondría para las arcas públicas un gasto adicional de 28.000 millones de libras (32.606 millones de euros) y para obtener esos fondos habría que incrementar los impuestos de cada familia en unas 1.000 libras anuales (1.164 euros).

Todas las opciones sobre la mesa

Aunque las autoridades mantienen canales de comunicación con los sindicatos para evitar lo que se antoja como una huelga general que arruine las Navidades, por otro lado se preparan para el peor escenario y ya trabajan para intentar minimizar sus efectos. Así, cientos de militares se están entrenando estos días para cubrir a los agentes fronterizos en los aeropuertos y para conducir ambulancias.

Y, por si esto no fuera suficiente, el Gobierno estudia endurecer las condiciones para ejercer el derecho a la huelga. «El Ejecutivo ha sido razonable, hemos ofrecido aumentos en muchos casos superiores a los del sector privado, pero si los líderes sindicales continúan siendo tan poco racionales entonces deberé tomar medidas para proteger a los británicos y su forma de vida. Y, por eso, desde que me convertí en primer ministro he estado trabajando en una legislación para proteger a los ciudadanos de este tipo de acciones», advirtió Rishi Sunak en el Parlamento británico a principios de este mes de diciembre.