Una primavera económica está por llegar

MERCADOS

El sector naval y el de la eólica marina (en la imagen, en Fene) necesitan personal cualificado
El sector naval y el de la eólica marina (en la imagen, en Fene) necesitan personal cualificado JOSE PARDO

13 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Al inicio de la primavera les hablé del enfriamiento que tendría nuestra economía al término del verano; permítame ahora que les hable de la primavera que vendrá después de este invierno económico. Porque sí, vendrá una primavera y, o mucho me equivoco, o esta será de trazo largo, es decir, se dilatará en el tiempo. ¿Cuándo? Aún no me atrevo a marcar fecha: hay demasiadas incertidumbres en el horizonte. Ahora bien, si comenzara con el término de la próxima campaña de verano, en absoluto me sorprendería. En todo caso, el objetivo de esta columna no es tanto vaticinar el fin de esta crisis como afirmar que Galicia, por primera vez en su historia, puede ser protagonista del nuevo paradigma económico.

La primera revolución industrial puso fecha de caducidad a las economías agrarias, golpeó a las grandes doncellas de Galicia que, en orden de importancia demográfica, eran A Coruña, Lugo, A Estrada, Santiago, Vigo, Pontevedra, Ortigueira, A Fonsagrada, Chantada u Ourense. Una Galicia dispersa e inmensamente poblada. Si hoy tuviésemos el mismo peso poblacional que ostentábamos cuando Watt inventó la máquina de vapor, última mitad del siglo XVIII, seríamos el 13 % de España, seis millones de gallegos, la segunda autonomía del Estado. La segunda (motor de combustión) y la tercera revolución industrial (tecnologías de la información) también las vimos en la distancia. En la industria 4.0 estamos mucho más despiertos y ante el nuevo paradigma, marcado por la transición digital y ecológica, seremos, si mantenemos este ritmo, punta de lanza. Estratégicamente sabemos lo que nos jugamos: la Vicepresidencia económica de la Xunta lo tiene más que claro. Hoy, encima de la mesa de Francisco Conde hay más de una treintena de proyectos de inversión, alineados al cien por cien con la nueva agenda económica, que moverán cerca de cinco mil millones de inversión industrial sostenible. Si a ello le sumamos los que se incorporarán con la aplicación de la nueva Axenda da Minaría Sostible, anunciada en las últimas jornadas de la Cámara Mineira de Galicia, podemos afirmar que, en el plano industrial, Galicia puede tener una primavera con ritmos y tiempos propios. Sumemos ahora el empleo generado por el desarrollo de las energías renovables tradicionales y las inversiones vinculadas, como la de la naviera danesa Maersk o Alcoa. Es decir, las renovables que se construirán para alimentar proyectos industriales, más el propio de esos proyectos.

Mis colegas economistas saben que el crecimiento siempre camina sobre dos ruedas: el capital y el trabajo. Por primera vez en décadas, por no decir en nuestra historia reciente, tendremos capital y recurso, el factor tierra que decían los clásicos.

Por encima de nuestros prados se levantan los árboles que alimentarán la sostenibilidad del textil y de la construcción: ahí estarán Pino de Galicia y los proyectos de Ence y Altri, por debajo de los mismos, como dice Juan José López, presidente de la Cámara Mineira, los minerales estratégicos que demanda la nueva Europa ¿Qué nos faltará? Trabajo. Sí, creánme. En los oficios del mañana ya rozamos el pleno empleo. Necesitaremos hombros para mover una Galicia que ya se siente orgullosa y dueña de su destino. Algunos vendrán de reconversiones laborales o de sectores con poco valor añadido, pero otros no. He aquí el reto del presidente Rueda y de la conselleira Lorenzana, construir una política migratoria que nos permita alimentar, con talento, las decenas de proyectos industriales que más pronto que tarde empezarán a emerger por toda Galicia. Una nueva primavera está al llegar y usted y yo lo veremos.