La industria del lujo da la espalda a la recesión

MERCADOS

La tienda de Louis Vuitton en París luce estos días de esta curiosa manera.
La tienda de Louis Vuitton en París luce estos días de esta curiosa manera. CHARLES PLATIAU | Reuters

Las grandes marcas de todos los segmentos desafían a la desaceleración con ventas que crecen a doble dígito

16 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La espectacular escalada que han experimentado las ventas de LVMH, el mayor conglomerado de lujo del mundo — con unos ingresos de 56.500 millones de euros en el período entre enero y septiembre del 2022, un alza de un 28 % respecto al mismo período del año anterior— induce a pensar, a juicio de los analistas que siguen la evolución de esta industria, que el lujo parece inmune al impacto de la crisis que, por contra, ha comenzado a castigar al mercado minorista de tamaño medio.

La mítica Levis acaba de anunciar una corrección de sus beneficios para el último tramo de este año, mientras las boutiques de Christian Dior o Hermés desafían la desaceleración mundial con crecimientos en las ventas a doble dígito.

El apetito por las grandes marcas no solo se reduce al segmento de los bolsos, la ropa o los complementos. Los coches de alta gama de firmas como Porsche o Mercedes aumentaron su negocio muy por encima de sus previsiones más optimistas, mientras las ventas de turismos de gama media encadenan caídas mensuales de las que no logran remontar.

Y así podrían enumerarse actividades que engloba el segmento del lujo, como la industria inmobiliaria de alta gama, la cosmética, el sector hotelero premium, el repunte histórico que mantiene la construcción de yates y jets privados, el segmento del mueble o la resistencia experimentada por el mercado de joyas y relojes. Todos se han recuperado del frenazo que la pandemia produjo en sus cuentas.

El director financiero de LVMH, Jean-Jacques Guiony, lo ilustró bien claro esta semana durante la última presentación de resultados del conglomerado: «El lujo no es un representante de la economía en general».

Valor refugio

Es cierto que cuando se producen turbulencias de la magnitud como la que está atravesando la economía mundial a raíz de la guerra de Ucrania, los inversores suelen acudir a valores refugio para proteger su patrimonio. Los metales preciosos, como el oro o el bono alemán, son dos clásicos que aumentan el apetito de los mas pudientes en períodos convulsos, pero también el sector del lujo resiste ante períodos difíciles, con una inflación galopante, los precios de la energía sin control y el correctivo que están experimentado los mercados bursátiles.

Otra de las razones que argumentan los expertos para justificar que la industria del lujo disfruta de un blindaje diferente es que las rentas más altas siempre están más protegidas ante las recesiones que el resto de la población. Las finanzas de este exclusivo grupo suelen estar a buen recaudo. Incluso crece en períodos convulsos. El dato de Credit Suisse resulta ilustrativo, al prever que en el 2025 habrá casi dos millones de ultrarricos en España.

Aún así y pese a los espectaculares resultados de los grandes y las buenas perspectivas que se intuían hasta final de año, ya sin límites a la movilidad, los inversores comienzan a mirar con cautela la marcha de la economía porque, pese al listón tan alto que han puesto las grandes marcas para terminar el año, tampoco están exentas de riesgo. La crisis del 2008 es un buen ejemplo para tener en cuenta que la industria del lujo también se resiente. Entonces la ralentización del consumo les pasó factura con caídas de beneficios y ventas de hasta doble dígito.