La revolución de las manufacturas en Italia

Valentina Saini

MERCADOS

cedida

Gran parte de la industria del país está recurriendo a los nuevos avances tecnológicos en las plantas de producción para mejorar la eficiencia y afrontar mejor la grave crisis de precios

11 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Italia no cuenta con materias primas, y en varias ocasiones esto ha sido un problema para su economía; por ejemplo, las empresas y los consumidores se vieron muy afectados por las crisis energéticas de 1973 y 1979. Hoy, el riesgo de otro episodio similar es cada vez más real. Consumidores y empresas esperan con inquietud las facturas, y los medios dedican mucho espacio a los consejos para ahorrar gas y electricidad. Aunque el país transalpino se ha esforzado por reducir su dependencia del gas y el petróleo ruso (que se agravó a principios de la década de 2000, bajo el gobierno de Berlusconi), es probable que las subidas de los precios de la energía afecten duramente a su economía — en recuperación tras la crisis provocada por la pandemia — y en particular a sus empresas manufactureras, que emplean a uno de cada cuatro italianos, y suelen necesitar mucha energía.

La alternativa para sobrevivir a las subidas del precio de la energía pasa por la eficiencia. Por eso, muchas empresas manufactureras están recurriendo a las tecnologías para la digitalización, también conocida como industria 4.0: desde la robótica, hasta el Internet de las Cosas (IoT), pasando por la inteligencia artificial o la impresión 3D. «Estamos viendo cada vez más interés por este tipo de soluciones», dice Francesco Gaetarelli, cofundador y CEO de Komete, una empresa tecnológica con sede en Brescia (en el noroeste) que ofrece una innovadora solución de IoT para controlar la ubicación de las órdenes de producción en tiempo real. Alfredo Mariotti, director general de Ucimu, la asociación de fabricantes de máquinas, herramienta y robots, explica que «la industria 4.0 puede ayudar a ahorrar energía, porque si la eficiencia de las plantas aumenta, también lo hace la eficiencia de la producción». El resultado, sostiene, es un menor consumo de energía y un menor impacto en el medio ambiente. Italia es uno de los líderes mundiales en la producción de máquinas-herramienta y robots. Las empresas especializadas en el sector obtienen buenos resultados. Aunque, observa Mariotti, «se nota el peso de algunos factores, como la inflación, la escasez de materias primas y componentes, y el aumento de sus precios». Según Luca Tomesani, profesor de tecnología mecánica y sistemas de producción de la Universidad de Bolonia, «las cosas van muy bien para la manufactura innovadora italiana, por ahora; las consecuencias del aumento de los precios de la energía aún no se notan, pero imagino que ocurrirá. Sin embargo, se empiezan a observar algunas dificultades para las empresas que necesitan más energía, por ejemplo los fabricantes de cerámica en la región de Emilia-Romaña». Tomesani explica que la impresión 3D permite ahorros importantes, y no solo de energía. «Para conseguir una pieza con un kilo de acero mediante el ciclo de producción tradicional, necesito partir de cinco kilos de acero. Gran parte de este acero se desperdicia en la fundición, el moldeado, el tratamiento térmico, el mecanizado y el rectificado. En cambio, con la impresión 3D puedo partir de un kilo y 100 gramos de acero».