Un nuevo orden monetario y financiero internacional

Ramón Casilda Béjar

MERCADOS

ISTOCK

Los acontecimientos actuales van a marcar el inicio de una nueva era que requerirá magnanimidad en la toma de decisiones. El autor apuesta por una nueva conferencia de Bretton Woods ?la primera determinó el orden mundial a partir de la Segunda Guerra Mundial? tras la guerra de Ucrania

14 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia moderna está marcada por fatídicos acontecimientos que impactan en el ambiente y cambian los escenarios. En ese sentido, podría decirse que la invasión de Rusia a Ucrania, que comenzó el 24 de febrero del 2022, es uno de esos fatídicos acontecimientos que provocan inmensos y peligrosos desafíos, cuyos impactos serán profundos, y además trastocarán las estructuras del orden económico internacional que ha prevalecido desde la Segunda Guerra Mundial.

La combinación de una crisis geopolítica, que no se resolverá con la rapidez que algunos imaginaban, y otra sanitaria, que se resiste a desaparecer, puede resultar verdaderamente explosiva, y los organismos internacionales alertan de sus consecuencias, que acelera profusamente los cambios y Occidente necesita unir fuerzas con el objetivo de avanzar en este momento crítico del mundo. Un mundo, donde hemos creado unos resultados que nadie quiere, pero que persisten.

No comentaremos sus orígenes, ni su desarrollo, pero sí que estamos asistiendo a la ruptura del mundo en dos esferas grandemente desconectadas. Un Occidente liderado por Estados Unidos que sateliza a Europa occidental, Canadá, Australia, Japón, y un bloque gigante liderado por China y con Rusia de socio a la fuerza, más otros 34 países que no han censurado a Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que suman casi 4.000 millones de personas. Dos bloques separados y antagónicos, que deberán competir para satisfacer sus necesidades económicas y cuotas de poder en el mundo con una guerra que podría desembocar en lo que nadie desea: comenzar de nuevo, tiene como referente histórico más cercano los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Entonces antes de que finalizara oficialmente y antes de que concluyera el mandato de la administración del presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, este anunciaba la Conferencia de Bretton Woods, el 26 de mayo de 1944.

La Conferencia se llevó a cabo en medio de la incertidumbre sobre la futura distribución del mundo entre las dos potencias más poderosas de los tiempos modernos, EE.UU. y la URSS, con ideologías políticas y económicas radicalmente opuestas, lo que demuestra cuán crucial fue establecer rápidamente reglas monetarias y financieras compartidas y respetadas a nivel internacional para volver a la normalidad.

Acudieron 44 países aliados, que habían unido sus recursos militares y económicos contra el nazismo alemán y el expansionismo japonés, entre los que destacaba EE.UU., Reino Unido, URSS, Francia, Australia, Brasil, China e India. Su misión, en palabras de Henry Morgenthau Jr., secretario del Tesoro de Estados Unidos, «era diseñar acciones concretas para establecer las bases económicas de una paz sustentada sobre una genuina cooperación internacional».

Bretton Woods, encontró su razón de ser en la voluntad de evitar los males que habían aquejado al mundo durante el período de entreguerras. La suspensión de la convertibilidad durante la Primera Guerra Mundial y la difícil situación posterior que llevaron a inflaciones, en algunos casos galopantes, a las que todavía se sigue haciendo referencia cuando se quiere llamar la atención sobre las políticas. La vuelta al patrón oro a partir de 1925, fue acogido con una vuelta a la normalidad, pero resultó una normalidad efímera, porque el funcionamiento durante este período no tuvo la eficacia del mecanismo clásico y estuvo lleno de desajustes e incidentes que llevaron especialmente a la negativa experiencia de los años 1930 (guerra de divisas y empobrecimiento del vecino).

«Este es un momento crucial para la comunidad internacional. Las medidas que tomemos hoy, juntos, serán determinantes para el futuro. Por ello, no puedo dejar de pensar en el Bretton Woods de 1944, cuando, en medio de las oscuras sombras de la guerra, los líderes mundiales se reunieron para contemplar un mundo mejor. Fue un momento histórico de valentía y cooperación. Hoy, enfrentados a mayores retos y decisiones más complicadas, necesitamos ese espíritu». Kristalina Georgieva https://www.imf.org/es/News/Articles/2022/04/14/sp041422-curtain-raiser-sm2022.

Hoy nuestros líderes deben decidir qué hacer el día después de la guerra. La necesidad de «un nuevo Bretton Woods», con el propósito de reconstruir el edificio del sistema económico, monetario y financiero internacional, apremia. Recuérdese que el período comprendido entre 1946 y 1973, se le denomina la «época dorada del capitalismo». Pero porqué un nuevo Bretton Woods. Primero por la pérdida de referencia que ha supuesto, que no ha sido sustituido por la acción de los bancos centrales. Segundo por la inestabilidad monetaria que desequilibra al mercado financiero que cuenta con un apalancamiento peligroso como demostró la crisis del 2008. Además hay un tercer factor que tomara un mayor protagonismo: la seguridad. El sistema internacional no ha sabido sustituir el sistema de bloques basado en la disuasión, por otro basado en la cooperación.

Los retos, para un futuro que ya está aquí, pasan por la seguridad, la estabilidad y el bien común. El papel de las empresas y de los empresarios seguirá siendo esencial en el marco de un nuevo contrato social donde, quizás haya que ser capaz de intercambiar los adjetivos que tradicionalmente acompañan al Estado y el mercado. Estados eficientes, sí, pero también empresas inclusivas, comprometidas y transparentes.

De ahí la necesidad de encontrar una combinación inteligente entre Estado y mercado. No necesitamos elegir entre uno y otro, pues se debe combinar la colaboración de un Gobierno activo, eficiente económicamente y responsable socialmente, aunando la gestión y la capacidad creadora de riqueza del empresario y la empresa junto con las alianzas no tradicionales y la cooperación internacional.

Aunque pueda pensarse que esta combinación es imposible e inalcanzable y fuera de lugar, representa la condición para conciliar, aprovechar y gestionar de manera inteligente, si efectivamente se quiere inaugurar una sociedad armoniosa o una sociedad humana saciable, por oposición a la que Kant ya había calificado como sociedad insaciable.

El mundo hoy, como en otros momentos históricos que comprometían la vida humana y su futuro, necesita hombres ilustrados (no iluminados), justos (no justicieros), valientes (no temerarios). Hombres magnánimos, para liderar los problemas que todo cambio histórico lleva consigo, más aún con una guerra que genera más incertidumbre sobre la seguridad global.

Vivimos tiempos complejos, que darán paso a una nueva era, que nos exige una apertura mental y emocional que no se da fácilmente, pero tenemos que hacerla posible con toda su amplitud y en esta nueva era los líderes más que la palabra deben pasar a la acción y organizar una nueva conferencia monetaria y financiera internacional para estructurar un Bretton Woods III.

Ramón Casilda Béjar es profesor del Instituto de Estudios Bursátiles y de la Escuela Diplomática. Autor del libro «Capitalismo Next Generation».