Tambores de huelga general en el Reino Unido

Juan Francisco Alonso Londres

MERCADOS

HENRY NICHOLLS | REUTERS

La conflictividad social no hace más que aumentar tras el «brexit», la pandemia y la inflación, y algunos sindicatos amenazan con la primera convocatoria en casi un siglo

07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las escenas de caos que en lo que va del verano se han vivido en las estaciones de trenes del Reino Unido, debido al rosario de huelgas convocadas por los sindicatos ferroviarios, no solo están lejos de terminar, sino que podrían ser el preludio de la primera huelga general en casi un siglo en el país.

La advertencia la hicieron desde las distintas organizaciones de trabajadores, las cuales vienen reclamando del Gobierno del saliente primer ministro Boris Johnson que eleve los salarios al nivel de la galopante inflación, la cual en junio ya alcanzó la histórica cifra del 9,4 %. Una demanda que el Ejecutivo ya ha descartado.

Tras afrontar cinco jornadas de paralizaciones de los trenes desde junio, los británicos se preparan para otras tres jornadas los días 13, 18 y 20 de agosto. En estas nuevas acciones, está previsto que participen unos 40.000 trabajadores de 18 operadoras privadas y de Network Rail, la empresa pública encargada de gestionar las infraestructuras ferroviarias, por lo que se espera que la inmensa mayoría de los convoyes no operen.

Y como si lo anterior no supusiera bastantes dolores de cabeza para quienes utilizan el transporte público para desplazarse al trabajo y, por la época estival, para sus vacaciones, el Sindicato de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y de Transportes (RMT, por sus siglas en inglés) convocó una huelga para el día 19 en el metro de Londres.

El malestar se expande

Las paralizaciones ferroviarias son las que más han trascendido por el impacto que tienen en la vida diaria, pero no son las únicas que se han producido. A finales de julio, la entrega de cartas y paquetes se vio afectada por la huelga de tres días liderada por más de 2.400 gerentes del Royal Mail (Correos Reales, en español), quienes rechazan los planes de la empresa pública de prescindir de 700 trabajadores y, de paso, reducirles los salarios.

En los tribunales penales también hay problemas, pues los abogados reclaman al Gobierno que les permita cobrar, de manera inmediata, el ajuste del 15 % que se les impuso para este año. Hasta ahora, los profesionales del Derecho han interrumpido sus actividades dos días durante las últimas cinco semanas, y para el próximo día 15 anuncian otra jornada de protesta. Una situación que está agravando el retraso provocado por la pandemia en los juicios.

Esta semana, Unison, el sindicato que agrupa a los funcionarios, inició las consultas para decidir si los empleados de las universidades también se van a la huelga en las próximas semanas. Esto, tras denunciar que sus ingresos reales han caído un 20 % desde el 2009 y rechazar el ajuste del 3,1% ofrecido por el Gobierno. Las asociaciones de enfermeras también están analizando la posibilidad de unirse a la ola de protestas.

Choque de titanes

Para agravar la situación, las promesas hechas por los dos aspirantes conservadores a suceder a Johnson en Downing Street (Rishi Sunak y Liz Truss) hacen temer una escalada. Ambos han prometido legislar para restringir el derecho a huelga.

«Tomaré una línea dura frente a los sindicatos, los cuales no están ayudando a las personas a progresar», dijo Truss, quien parte como favorita y quien aseguró que en los primeros 30 días de su Gobierno presentará una ley para elevar los servicios mínimos en sectores esenciales como los transportes. La mesa parece estar servida para que el Reino Unido viva este año su primera huelga general desde 1926, la cual fue convocada por los entonces poderosos gremios mineros.