Inmersos en una ola de calor como hacía tiempo que no recordábamos, no es de extrañar que nuestra mente esté ya pensando en esas merecidas vacaciones que, este año por fin, parece que volverán a la normalidad previa a la pandemia. Y nada mejor para comprobarlo que echar un vistazo a las muy positivas cifras que el sector del turismo está arrojando ya y que hacen prever que este será un año de récords.
Efectivamente, todo lleva a pensar que las ganas de viajar después de dos años de restricciones están superando las incertidumbres que está añadiendo la subida de precios que nos recuerdan los datos de inflación. Atendiendo a los datos del Área de Estudios e Investigación de Turismo de Galicia (AEITG), el sector habría crecido en nuestra comunidad un 6,9% respecto al mismo periodo del año pasado. Según los datos recogidos, en los primeros meses del año han visitado Galicia un total de 981.325 turistas (de los que 200.712 eran turistas extranjeros), y 93.577 han realizado este año el Camino de Santiago, de los que 50.892 provienen de fuera de nuestro país.
Ese gran polo de atracción que supone el Camino parece haber recuperado su capacidad de seducción y las Terras de Santiago concentran el 16,8 % de las pernoctaciones hoteleras en los primeros meses del año, por delante de la Ría de Vigo e Baixo Miño, que acumula el 15,1 %; A Coruña-As Mariñas, que atrajo al 13,8 %, y Ría de Arousa, con un 12,8 %. Los turistas del resto de España son el 28 % de las personas que visitaron Galicia en los primeros meses del año, los provenientes del extranjero representan el 8,5 % y los gallegos que en estas fechan han viajado por su tierra alcanzan el 63,5 %. Sin embargo, el gasto diario de los extranjeros se ha situado en 93,4 euros diarios, muy por encima de los 58,3 que se han gastado los visitantes de otras comunidades y los 37,4 de media de los gallegos.
Sin lugar a dudas, estos datos resultan esperanzadores porque el turismo es uno de los indicadores económicos más importantes a nivel nacional, pero también porque son el producto de un estado de ánimo social que refleja las ganas de disfrutar después de un período de limitaciones. Tras dos años sometidos a las restricciones impuestas para contener la pandemia, la sociedad necesita esparcimiento, salir, visitar y relacionarse. Las vacaciones suponen un momento muy importante en la vida de las personas como forma de romper con los períodos laborales, de los que, es obligado, hay que parar al menos durante unos días al año. Se trata de una temporada de descanso que las familias esperan ansiosas y que suponen uno de los objetivos anuales más importantes para muchos ciudadanos. Las vacaciones son un objetivo ansiado, pero también una inversión económica más o menos importante en función del tipo de turismo que vayamos a realizar. Lógicamente, no es lo mismo pasar las vacaciones en una segunda residencia dentro de la misma comunidad, que escoger entre la amplia oferta que ofrece nuestro país o, incluso, realizar ese viaje al extranjero que requiere de una mayor planificación para llevarlo a cabo.
En cualquiera de los casos, incluso en el más barato, las vacaciones suponen un sobrecoste en relación con el gasto medio habitual de una familia, por lo que siempre requieren de una adecuada planificación que nos permita afrontar los gastos con la mayor comodidad posible y evite suponer una alteración de la tranquilidad económica familiar durante el resto del año. Efectivamente, la improvisación puede obligarnos a asumir gastos inesperados en nuestros ahorros o, incluso, alguna deuda que nos permita afrontar el gasto. Sin embargo, una adecuada planificación incluida en la estrategia financiera general de la familia nos ayudará a incluir las vacaciones y los viajes dentro de ese extra anual para el cual podemos diseñar un plan de ahorro adecuado que nos permita disfrutar de las vacaciones sin los remordimientos de tener que realizar gastos imprevistos.
En anteriores ocasiones hemos hablado de esas cuatro cajas en las que ordenar nuestros objetivos financieros, en función de la capacidad de ahorro de la familia y, lógicamente, en función del plazo que tengamos para conseguirlas. En una primera cajita tendríamos que incluir ese dinero necesario para el funcionamiento habitual y las necesidades básicas mensuales a las que hacer frente. Se trataría de ese dinero que hay que tener a mano para afrontar los gastos habituales y cualquiera de los imprevistos que siempre surgen en la vida diaria de una familia. En la segunda cajita pondríamos los objetivos a corto plazo y sería aquí donde incluiríamos las vacaciones, junto con todos aquellos gastos que tengamos previsto asumir en un plazo de uno a cinco años. En la tercera caja colocaríamos los objetivos a medio plazo, como puede ser la universidad de los hijos o la intención de adquirir una segunda residencia, de campo o playa, que sirva como esparcimiento para la familia.
Seguro que recordaremos que en la cuarta caja introducimos los objetivos más a largo plazo, casi siempre relacionados con la necesidad de contar con ahorros suficientes para permitirnos complementar el dinero que recibamos de la jubilación y poder, de este modo, disfrutar de esos viajes que, quizá por falta de tiempo, no se han podido realizar durante la vida laboral.
Incluir las vacaciones dentro de la estrategia financiera y la planificación económica de nuestros ahorros supondrá siempre una manera más adecuada de afrontar unos gastos que siempre exigen un esfuerzo extra para cualquier familia. Y, sin duda, la tranquilidad de tener previstos estos gastos y planificación con la suficiente antelación nos va a permitir disfrutar doblemente porque al placer habitual que suponen las vacaciones, se une también el sosiego de hacerlo con un control de nuestras finanzas y sin sobresaltos.
Ahora no queda más que disfrutar de las merecidas semanas de vacaciones y aprovechar el tiempo libre para descansar, para visitar, para viajar y para dedicarnos a todo aquello que la pandemia nos impidió hacer durante dos años. ¡Disfruten de sus vacaciones!
Ivonne Pousa es responsable de Banco Mediolanum en la zona norte de España.