Los cálculos
Se puede estimar fácilmente el hashrate (unidad de medida de la potencia de procesado) total de la red, pero no ocurre lo mismo con las máquinas subyacentes y su respectivo uso de energía. Para el cálculo de un límite superior se aplica la teoría económica para mercados competitivos, asumiendo un comportamiento racional de los mineros. Según ella, ese valor sería el punto de equilibrio entre sus ingresos y los costes de electricidad, muy volátil puesto que sigue el precio de mercado de bitcoin. Estimaciones de la Universidad de Cambridge concluyen que el consumo eléctrico anual de la red de bitcoin es de 150 Twh (Teravatio hora).
Aparte, hay que tener en cuenta que los mineros se conectan o desconectan temporalmente para adaptarse a la demanda y a la rentabilidad. Si el precio de mercado de la criptomoneda se incrementa, atrae a un mayor número de mineros al juego, aumentando así la velocidad y la dificultad de la red. Otro aspecto clave para el análisis de la sostenibilidad es la procedencia de la energía que se utiliza. China concentra una buena parte de la «minería» de bitcoin, con el 65 % del hashrate mundial. Aunque el carbón sea la fuente principal de producción de energía eléctrica en el país, en determinadas provincias manda la generación hidroeléctrica, la que atrae importantes grupos de «criptominería». Pero lo importante no es cuánta energía utiliza bitcoin sino la utilidad obtenida a cambio. Si su utilidad fuera escasa, habría despilfarro. Sin embargo, millones de personas en el mundo creen en la utilidad actual y el potencial de futuro de la criptoeconomía y de la tecnología blockchain en general.