Cadena de favores

Ivonne Pousa RESPONSABLE BANCO MEDIOLAUM

MERCADOS

MARCOS MÍGUEZ

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es habitual escuchar las recomendaciones de aquellas personas de nuestro entorno para conocer su opinión sobre un producto o un servicio. Solemos recurrir a familiares o amigos para contratar a un buen abogado o a un experto en herencias, acudir al oculista de la familia y, cada vez más, a un asesor financiero que nos ayude a gestionar bien nuestras finanzas.

Se trata de una especie de cadena de favores que se construye a lo largo de los años y que sirve como primera impresión antes de decidirnos sobre los productos o servicios que queremos contratar.

Compartir la información es una forma de ayudar antes de tomar decisiones. Así entiendo estos artículos, como una forma de compartir conocimientos y reflexiones con la intención de ayudar a quien pueda interesar para que pueda tomar decisiones más acertadas. Exactamente igual que yo trato de informarme antes de elegir un servicio determinado.

En estos momentos convulsos, en medio de una guerra en el corazón de Europa y tras dos años de una de las crisis más insólitas vividas por la humanidad, resulta más necesario que nunca tener una visión completa, serena y racional que nos permita tomar las mejores decisiones o, al menos, las más informadas.

Decidir a partir de información fiable

Sin embargo, en un ámbito tan delicado como son las finanzas familiares, la información tiene que partir de un profesional adecuado. ¡No basta con echar un vistazo rápido a las noticias!

Si lo fiamos todo al repaso de los grandes titulares encontraremos informaciones que nos hablan, por ejemplo, de que se ha producido un récord, con más de 2.400 millones de euros invertidos en fondos de renta fija en el primer trimestre de este año. Y que la tendencia que se está dando en el mercado supone la derivación de la inversión desde los fondos de renta variable a los fondos de renta fija.

¿Qué puede hacer un ahorrador sometido a semejantes alertas? Ante este tipo de tendencia, solo una buena información puede evitar que nos equivoquemos por imitación y nos dejemos arrastrar por el llamado efecto manada, que nos lleva decidir irracionalmente sin pararnos a reflexionar si lo que estamos haciendo es lo más adecuado para nosotros. En primer lugar, como suelo repetir, lo importante es tener claro cuál es el objetivo al que vamos a destinar nuestros ahorros.

Si hemos construido una buena planificación de nuestros ingresos y gastos y elaborado una estrategia para conseguir nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo, deberíamos evitar tomar decisiones arrastrados por una situación concreta en un momento dado. Además, especialmente si tenemos nuestro dinero para conseguir nuestros objetivos a medio y largo plazo invertido en renta variable, lo más adecuado es evitar tomar decisiones impulsivas en función de una u otra noticia. Ya me han oído hablar otras veces de la economía conductual de la que habló el premio Nobel Daniel Kahneman, quien nos advertía de las decisiones tomadas a partir de factores psicológicos, sociales o cognitivos y que afectan a las decisiones financieras de las familias.

Huir de modas y tendencias

De este modo, si arrastrados por ese efecto manada ignoramos nuestra planificación y nuestra visión de largo plazo, nos dejamos llevar por la tendencia y abandonamos la renta variable, estaremos impidiendo que ese ahorro trabaje para lograr los objetivos a los que estaba destinado y además perderemos el tren de las eventuales recuperaciones, que antes o después llegarán. Y, sobre todo, habremos desvinculado nuestros ahorros de la evolución de la economía mundial, un vínculo que es especialmente necesario en un entorno de elevada inflación como el actual.

Pero, además, también debemos tener en cuenta que la renta fija no es la herramienta para preservar el poder adquisitivo de nuestro ahorro a medio y largo plazo. Está claro que las rentabilidades que ofrece no cubren ni de lejos el alza de los precios y, además, en los últimos años hemos visto como incluso este activo está sujeto a episodios de fuerte volatilidad.

Por eso es importante evitar decisiones precipitadas dictadas simplemente por las emociones o el efecto imitación. Al contrario, ahora más que nunca es necesario recordar que si nuestros objetivos y circunstancias no han cambiado, tampoco es el momento de cambiar nuestra planificación, porque sigue siendo válida a pesar de las noticias puntuales o las situaciones coyunturales. Y además no tenemos que olvidar que los mercados tienden a recuperarse más rápido de lo que imaginamos.

Es cierto que resulta complicado abstraerse de las informaciones que se reciben y no subirse al carro de las tendencias financieras del momento. Un ahorrador particular se enfrenta a una marejada en la que su único temor es mantener el valor de los ahorros para que le permitan conseguir los objetivos planificados.

De ahí que sea tan necesario el asesoramiento profesional más adecuado. Ese asesoramiento que no escatime en proporcionar toda la información necesaria sobre la situación financiera global en cada momento y que aporte la tranquilidad necesaria en algo tan vital como la salud financiera de nuestras familias. Y esa confianza solo se puede conseguir con el tiempo, con la demostración palpable de que se cumplen las etapas del plan trazado, además de poder responder a cualquier tipo de duda en todo momento.

En tiempos tan convulsos se hace más necesario que nunca poder contar con un asesoramiento profesional que evite las decisiones llevadas por la emoción. Una recomendación, la de poner un experto a tu lado que te ayude a gestionar tus finanzas, que cada vez tiene más gente detrás y que podría nacer de una conversación entre amigos o familiares satisfechos, dentro de la mencionada cadena de favores. Y es que, en estos momentos, además de un experto en la materia necesitamos, sobre todo, a un profesional de plena confianza.