Quienes la conocen destacan de ella su carácter conciliador. Y su sentido del humor. Eso y su capacidad para socializar. Se le da bien, muy bien, dicen, eso de relacionarse y ponerse en la piel de los demás. Disfruta conociendo gente. Y si son de otros países, mejor que mejor. Lo de la mezcla de nacionalidades le viene de familia. Es hija de un ingeniero aeronáutico hispano-inglés, directivo de Merrill Lynch, y de una venezolana.
Entre sus pasiones, los paseos por el monte, y la familia. Tiene tres hijos. De perfil conciliador da buena cuenta la propia Kindelán en su perfil de LinkedIn: «Creo en el diálogo entre personas, instituciones, gobiernos y cualquier agente que tenga un propósito o idea que nos ayude a progresar», dice. «Cuando encontramos un terreno común, todos podemos beneficiarnos, tanto individuos como empresas», añade.