
Productos como el aceite de girasol, la harina, el pan o la carne se encarecerán todavía más en los próximos meses a causa de la dependencia que tiene España del suministro de Rusia y Ucrania
20 mar 2022 . Actualizado a las 16:50 h.Llenar la cesta de la compra se ha convertido en una tortura. La inflación ya venía apretando a las economías familiares desde hacía unos meses, pero la guerra en Ucrania ha traído consigo un agujero mayor para los bolsillos de los ciudadanos de a pie. Vivir nunca había sido tan caro.
La inflación lleva ya varios meses completamente desatada en Galicia. De hecho, en el mes de febrero se convirtió en la sexta comunidad donde más crecieron los precios en el último año. Así lo atestiguaba el Índice de Precios al Consumo (IPC) publicado hace unas semanas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Según los cálculos del organismo, la cesta de la compra se encareció nada más y nada menos que un 8 % en la comunidad, lo que supone cuatro décimas más que la media nacional (que se quedó en el 7,6 %). Y este dato coge los tintes de histórico. Pues es la inflación más alta en casi 36 años, desde diciembre del año 1986. Ahí es nada.
La realidad detrás de este índice tiene a la energía como principal protagonista. Y es que la electricidad y la gasolina son los dos grandes productos que explican este alza de los precios. Es una constante que se mantenía impertérrita desde finales del año pasado. Pero no es la única partida que se ha encarecido.
Los alimentos y bebidas han visto cómo sus precios subían hasta un 5,4 % y viandas tan básicas como el pan, la leche, los cereales o incluso los huevos y las legumbres empiezan a convertirse en artículos no aptos para el bolsillo de todos los españoles.
Para muestra, un breve repaso por el supermercado. Tal y como ha denunciado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la fruta fresca ha subido un 3,8 %, las legumbres secas o en conserva, un 3,1 %; mientras que los alimentos para bebés, han visto cómo sus tiques se elevaban un nada desdeñable 5 %. La lista se alarga. Porque también se ha encarecido (un 1,9 %) la leche entera, o el pescado congelado (un 1,3 %). El pan, que tantas mesas viste a diario en España, cuesta ya un 1,1 % más, el mismo porcentaje que ha crecido el precio del queso.
Y esto es solo el principio. Porque el escenario belicista que se vive en las fronteras europeas provocará un tsunami inflacionista a este lado del mundo. Una situación a la que España no escapará. Los expertos ya auguran que el conflicto disparará todavía más esta senda inflacionista en la que las economías occidentales llevan instaladas desde el 2021. Algunos ya se atreven a poner negro sobre blanco de cuánto estamos hablando. Los analistas de Funcas calculan que si la guerra se mantiene, los precios se podrían elevar un 6,5 % de media este año, casi dos puntos más que su previsión prebélica.
El Gobierno también ha empezado a asumir el empeoramiento que se nos viene. El Ejecutivo de Sánchez también reconoce que la evolución de los precios será el principal impacto que dejará a este lado del mundo la guerra.
La cesta de la compra se encarecerá de manera generalizada. Pero la balanza comercial permite hacer algún vaticinio y descubrir qué productos lo harán con una mayor intensidad en los próximos meses.
«Las sanciones impuestas a Rusia por diferentes países están reforzando las tensiones en los precios de determinados productos y materias primas, tras unos meses de subidas significativas, penalizando en gran medida los resultados de las empresas en numerosos sectores», explica Juan Ortín, director del Observatorio Sectorial DBK, de Informa, que acaba de presentar un estudio en el que analiza cuáles serán los sectores que se verán más arrastrados por la guerra.
Dentro de la industria alimentaria, habrá productos que se encarecerán por su gran dependencia de materias primas procedentes tanto de Rusia como de Ucrania. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el 42,2 % del cereal importado por España provenía de Ucrania. De esta forma, se espera que ante la escasez y el encarecimiento del trigo, también aumenten su precio productos como el pan, la bollería, la pastelería o las pastas. De hecho, el trigo es ya uno de los productos que más se ha encarecido en el 2022, con un repunte superior al 37 %.
Un terremoto
Tampoco escaparán las bebidas espirituosas o las bebidas de malta y, como no, la cerveza, que también empezarán a requerir un mayor esfuerzo económico.
Y un eslabón de la cadena provoca un terremoto que se deja sentir en todo el recorrido. Por ello, hay que recordar el que el trigo y el maíz son también la base de la alimentación de muchos animales. Por lo que acabaremos pagando el sobrecargo de estos piensos en los filetes que compremos en la carnicería y en los huevos que usemos para las tortillas.
De Ucrania también llega un importante flujo de aceites y grasas vegetales. De hecho, estas semanas muchos supermercados han tenido que lidiar con roturas de stock de aceite de girasol, que ha encarecido su precio hasta tal punto que poca diferencia había en hacerse con uno de estos líquidos que con el ya de por sí lujoso aceite de oliva.Los expertos del Observatorio Sectorial DBK inciden en que el resto de la compra tampoco pasará de largo por la subida. Porque si se encarecen los carburantes, también lo hace el transporte, y con él el precio del conjunto de todos los productos de la cesta de la compra. Ya lo dicen los expertos. La economía de guerra también llega a los hogares patrios.