Niklas Östberg, el esquiador tranquilo que resbaló en Glovo

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El desplome en Bolsa de la plataforma alemana de reparto a domicilio pasa factura a los accionistas de la firma española que convirtieron sus títulos

20 feb 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

Hace no muchas semanas les contaba desde esta misma sección la historia de Oscar Pierre, el joven fundador de Glovo, la aplicación que permite que otros hagan tus recados por ti. Venía a cuento porque los alemanes de Delivery Hero, que ya estaban en el capital de la firma catalana, acababan de anunciar su intención de hacerse con otro sustancial paquete con la idea de controlar más del 80 % de las acciones. Una operación que otorgaba un valor de 2.300 millones de euros a Glovo y que iba a engrosar la cuenta corriente de Pierre.

Pues bien, hoy les cuento que las cosas se han torcido por el camino. No del todo, eso sí. Y es que, no es que se haya ido al traste la maniobra —de hecho los teutones ya tienen en su poder el 95 % de Glovo—, es que los réditos ya no son tantos. A saber —y simplificando las cosas para no aburrirles con los números—: la operación implicaba cambiar títulos de la firma española por acciones de la germana. Y hete aquí que los de esta última se han llevado un severo castigo en la Bolsa de Fráncfort. Tanto como que han perdido un 50 % de su valor desde el acuerdo alcanzado en Nochevieja. Todo un señor jarro de agua fría para Pierre y los suyos.

El motivo de tal desplome: el descontento de los inversores que, con la previsiones que les ha facilitado la plataforma alemana de reparto a domicilio sobre la mesa, no acaban de ver claro eso de que vaya a ser una compañía rentable a un plazo más o menos razonable.

Todo un traspiés para alguien como Niklas Östberg (Skinnskatteberg, Suecia, 1980), fundador y primer ejecutivo de Delivery Hero, que confiesa: «Tengo grandes expectativas de mí mismo. Cuando tengo un objetivo, ya sea profesional o privado, soy muy ambicioso y quiero conseguirlo a toda costa». Preocupado ha de estar. Estará preocupado, claro, pero no habrá perdido los nervios. Al menos si atendemos a lo que él mismo cuenta: «Soy una persona bastante relajada en general y tiendo a mantener la calma incluso en situaciones estresantes. Es esencial para mí tomarme tiempo para analizar situaciones en silencio y pensar las cosas antes de formarme una opinión y tomar decisiones».

En su día esquiador de fondo profesional en su Suecia natal, estudió Östberg en el Instituto Tecnológico de la capital de su país, Estocolmo. Hizo ingeniería industrial. Terminada la formación superior, trabajó durante cinco años para Oliver Wyman en Zúrich, donde vive en la actualidad. Antes de probar suerte y acertar con el hoy gigante del reparto de comida a domicilio, en el 2007, cofundó Pizza.nu, más tarde OnlinePizza.se, un germen en toda regla de lo que ahora son las app que operan en el sector.

Cuatro años después, en mayo del 2011, se embarcó en Berlín, junto a Kolja Hebenstreit, Markus Fuhrmann y Lukasz Gadowski, en la aventura empresarial que hoy pilota. El gran salto lo dieron con la salida a bolsa en el 2017, y en el 2020 pasaron a formar parte del selecto club del Dax, el principal indicador de la bolsa alemana. Esa que tantos disgustos le anda dando en estos momentos. Pero ahora, como en tantas otras ocasiones, para superarlos cuenta, como él mismo ha relatado ya en varias ocasiones, con la fortaleza que le dio el deporte. No en vano, un día soñó con convertirse en «el mejor esquiador de fondo del mundo».

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