El bolívar se toma un tímido respiro

Pedro García Otero

MERCADOS

Avalancha ante un almacén de Caracas para comprar electrodomésticos antes de que la devaluación del bolívar afecte a su precio
Avalancha ante un almacén de Caracas para comprar electrodomésticos antes de que la devaluación del bolívar afecte a su precio CARLOS RAMIREZ? / ?AFP

La delicada estabilidad de la moneda nacional de Venezuela en los últimos meses deja más perdedores que ganadores en el país sudamericano, arrastrado por una vertiginosa hiperinflación

20 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha sufrido una inflación del 560 .000.000 % en los ocho años que lleva Nicolás Maduro en el poder, y ha tenido que ser reconvertida tres veces, para quitarle 14 ceros, pero la moneda venezolana, el bolívar, parece adentrarse en un pequeño período de estabilidad, aunque los expertos señalan que esto sucede a riesgo de frenar los tímidos brotes verdes que muestra la economía del país sudamericano desde el año pasado.

Tras la última reconversión monetaria, realizado en octubre, y en la que se le quitaron seis ceros, el bolívar (ahora llamado «bolívar digital») ha quedado anclado en un valor de entre 4 y 5 unidades por dólar, y no se ha movido de allí a pesar de que todos los economistas señalan que su valor tendría que haberse deslizado a aproximadamente 12 bolívares por dólar.

Desde el 2019, tras unos severos apagones que prácticamente terminaron de colapsar la economía, Maduro permitió, sin autorizarlo oficialmente, la circulación de dólares en Venezuela, y hoy el país es, de hecho, una economía bimonetaria (y minúscula): el 65% del circulante es en billetes estadounidenses, y casi la mitad de los depósitos ya están expresados en la moneda del imperio al que el líder de la «revolución bolivariana» dice combatir, pues el año pasado se autorizaron las cuentas en dólares y euros en la banca nacional.

Pero el propio Maduro, en su mensaje ante la Asamblea Nacional en enero, anunció que uno de los objetivos del 2022 es «recuperar» el bolívar, en el cual, desde hace cuatro meses, el Banco Central ha «quemado» unos mil millones de dólares en reservas solo para sostenerlo. Si la cifra parece pequeña es porque lo es: toda la economía venezolana se ha convertido en la más raquítica del hemisferio occidental, junto a la de Haití, y el PIB del país, que llegó a ser de 300.000 mil millones de dólares, hoy es de aproximadamente 40.000, tras el desastroso experimento socialista de Hugo Chávez y del propio Maduro, que llegó a su fin en el 2019, cuando el mandatario abrió la economía, liberó los precios y el tipo de cambio, y permitió la libre importación de prácticamente todo. Pero para recuperar la confianza en el bolívar, la zanahoria es el anclaje, y el palo, una reciente reforma al Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, que grava con el 3% las operaciones en divisas, con el objetivo confeso de que la gente prefiera pagar con moneda nacional. El propio nombre del tributo es un eufemismo, pues cualquier transacción ya se considera grande, y la tasa del 3 % viene a sumarse al 16 % de IVA que ya pagan los venezolanos, cuando lo pagan, pues los expertos han señalado que esta reforma agudizará el pago en negro, con dólares contantes y sonantes, que ya circulan en toda la economía venezolana, aunque más cerca de la frontera con Colombia se prefiere el peso colombiano, y el real cerca de la frontera con Brasil. Todo menos una moneda venezolana que ha perdido credibilidad, y con toda la razón: un bolívar de 1999 son 460 billones de hoy.

Quizás el problema más grande para la circulación del «bolívar digital» esté en la propia ausencia de billetes. El pago electrónico se ha extendido hasta para las compras muy pequeñas, pero en los mercados de las zonas populares no suelen existir puntos de venta. Los precios siguen expresados en dólares a la tasa de cambio del día, y el anclaje del dólar está afectando a los millones de venezolanos que hoy reciben remesas del exterior, y ven mermada su capacidad de compra: en enero, la inflación, medida en dólares, fue del 6 %, una cifra escandalosa. El Gobierno venezolano, sin embargo, sigue comprometido con eL bolívar y tendrá recursos para hacerlo: según el economista Asdrúbal Oliveros, este año recibirá un 70 % más ingresos petroleros que en el 2021.