Pero el propio Maduro, en su mensaje ante la Asamblea Nacional en enero, anunció que uno de los objetivos del 2022 es «recuperar» el bolívar, en el cual, desde hace cuatro meses, el Banco Central ha «quemado» unos mil millones de dólares en reservas solo para sostenerlo. Si la cifra parece pequeña es porque lo es: toda la economía venezolana se ha convertido en la más raquítica del hemisferio occidental, junto a la de Haití, y el PIB del país, que llegó a ser de 300.000 mil millones de dólares, hoy es de aproximadamente 40.000, tras el desastroso experimento socialista de Hugo Chávez y del propio Maduro, que llegó a su fin en el 2019, cuando el mandatario abrió la economía, liberó los precios y el tipo de cambio, y permitió la libre importación de prácticamente todo. Pero para recuperar la confianza en el bolívar, la zanahoria es el anclaje, y el palo, una reciente reforma al Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, que grava con el 3% las operaciones en divisas, con el objetivo confeso de que la gente prefiera pagar con moneda nacional. El propio nombre del tributo es un eufemismo, pues cualquier transacción ya se considera grande, y la tasa del 3 % viene a sumarse al 16 % de IVA que ya pagan los venezolanos, cuando lo pagan, pues los expertos han señalado que esta reforma agudizará el pago en negro, con dólares contantes y sonantes, que ya circulan en toda la economía venezolana, aunque más cerca de la frontera con Colombia se prefiere el peso colombiano, y el real cerca de la frontera con Brasil. Todo menos una moneda venezolana que ha perdido credibilidad, y con toda la razón: un bolívar de 1999 son 460 billones de hoy.
Quizás el problema más grande para la circulación del «bolívar digital» esté en la propia ausencia de billetes. El pago electrónico se ha extendido hasta para las compras muy pequeñas, pero en los mercados de las zonas populares no suelen existir puntos de venta. Los precios siguen expresados en dólares a la tasa de cambio del día, y el anclaje del dólar está afectando a los millones de venezolanos que hoy reciben remesas del exterior, y ven mermada su capacidad de compra: en enero, la inflación, medida en dólares, fue del 6 %, una cifra escandalosa. El Gobierno venezolano, sin embargo, sigue comprometido con eL bolívar y tendrá recursos para hacerlo: según el economista Asdrúbal Oliveros, este año recibirá un 70 % más ingresos petroleros que en el 2021.