Óscar Pierre, fundador de Glovo: de casta le viene al galgo

MERCADOS

Abraldes

Es hijo, sobrino, nieto, bisnieto y tataranieto de conocidos empresarios, un espíritu que también han heredado su hermano y sus primos, todos ellos fundadores de populares aplicaciones y plataformas españolas

09 ene 2022 . Actualizado a las 09:25 h.

Lleva Oscar Pierre (Barcelona, 1992) en el ADN eso de emprender. Le corre por las venas. Que para algo es hijo, sobrino, nieto, bisnieto y tataranieto de conocidos empresarios. Un espíritu ese que también han heredado su hermano y sus primos, todos ellos fundadores de populares aplicaciones y plataformas españolas.

Todavía no ha cumplido los 30, y ya dirige una de las empresas más revolucionarias —y polémicas, todo hay que decirlo— de los nuevos tiempos que corren en la economía. Y eso no es todo, porque va camino de protagonizar una de las operaciones más sonadas del recién estrenado 2022. Por si no lo saben ya, les aclaro que Oscar Pierre es uno de los fundadores de Glovo, la app que permite que otros hagan tus recados por ti. La misma de la que los alemanes de Delivery Hero quieren controlar más de un 80 % con la compra de otro 39,7% del capital. Transacción esta que otorga un valor a la compañía de 2.300 millones de euros y que le llenará el bolsillo a Oscar Pierre. Todo un señor logro —otro más— para este ingeniero aeronáutico que comenzó su andadura profesional en Airbus y que tardó bien poco en darse cuenta de que aquello no era lo suyo. Seis meses le duró el empleo en uno de los equipos encargados del desarrollo del Airbus 350.

A finales del 2013 daba carpetazo a esa etapa de su vida y, pocos meses después, ya estaba sentando las bases de Glovo junto a Sacha Michaud, su socio en la aventura. Mitad inglés, mitad canadiense y ciudadano español desde hace más de 20 años, Michaud empezó en Londres como repartidor de periódicos y de botellas de leche. Y fue también jockey de caballos. En el 2014 trabajaba para la compañía de apuestas online Betfair, que dejó para embarcarse en Glovo con Pierre.

Pero, antes de eso, el catalán ya había fundado Zikkomo.com, una plataforma de solidaridad con 30 niños patrocinados en Malaui, y LoveItLocal.es, una suerte de mercado para asfaltarle el camino a los negocios artesanales locales.

Con esos éxitos en su haber, Pierre, que vive en Barcelona con su novia Elena, sanitaria del Hospital Sant Joan de Deu y con la que empezó a salir cuando tenían 16 años, ha llegado a colarse en la lista Forbes de los jóvenes más influyentes del mundo.

La saga empresarial a la que pertenece la inició su tatarabuelo, un alsaciano que desembarcó en Cataluña allá por el siglo XIX. Fundó entonces, en Sant Joan de les Abadesses, una fábrica de ovillos de lana que revolucionó la economía de la zona. Por el lado materno, es nieto de los fundadores de Miquel Alimentació (grupo al que pertenecían, entre otros, los supermercados Spar) y que la familia vendió a los chinos de Bright Food por 110 millones en el 2015. Su primo Carlos es el fundador de Badi, una app para encontrar compañeros de piso muy popular entre los jóvenes (y no tan jóvenes, que los alquileres están por las nubes). Su prima Clàudia (hermana de Carlos) hizo lo propio con Meeting Lawyers, una plataforma que ofrece asesoramiento legal a grandes empresas a través de videollamadas y chats. Y su hermano pequeño, Marc, con Renty, desde la que se puede alquilar cualquier cosa. De casta le viene a los galgos.