Joaquín Maudos: «La banca ha contribuido a parar el impacto de la pandemia»

MERCADOS

El académico e investigador sostiene que todavía hay margen para ajustes en la red de oficinas

21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Académico e investigador, Joaquín Maudos (Massamagrell, 1966) es un profundo conocedor de la realidad del sector financiero español. Con una extensa trayectoria, ha sido consultor de la Comisión Europea, del Banco Europeo de Inversiones y de la ONU. Como apasionado de la economía y de las finanzas, analiza con detalle el vertiginoso impacto tecnológico que sacude al sector.

—A diferencia de la crisis del 2008, ¿qué papel ha jugado el sector en esta pandemia?

—La crisis de 2008 fue de origen financiero, mientras que en esta ocasión el origen es el estallido de una pandemia. En la de 2008 se combinó en España el impacto de una crisis financiera internacional que estalló unos meses antes en EE.UU. con las famosas hipotecas subprime, con el estallido de una burbuja inmobiliaria en España tras los excesos cometidos en años previos en forma de exagerado crecimiento del crédito. Por tanto, la banca fue origen del problema hasta el punto de abocarnos a solicitar ayuda financiera en forma de rescate con fondos europeos. En cambio, en la crisis del covid-19 la banca ha contribuido a paliar el impacto, aportando sobre todo financiación a las empresas con problemas y a colectivos vulnerables.

 —¿Cuál es, a grandes rasgos, la situación actual y el horizonte que se avecina?

—El año 2020 terminó con fuertes pérdidas en el sector por la combinación de las provisiones realizadas en previsión de un aumento de morosidad que todavía no ha llegado, y por resultados extraordinarios como la pérdida de valor del fondo de comercio de las filiales en el exterior de los dos principales bancos. En 2021, gracias a que las provisiones realizadas son mucho menores, ha regresado el beneficio, con una rentabilidad de los recursos propios del 11,2 %, muy por encima de la media europea. Pero no hay que bajar la guardia porque todavía no hemos superado la crisis y porque la rentabilidad sigue siendo el principal reto del sector, en un entorno de tipos reducidos y por la creciente competencia de empresas tecnológicas que amenazan nichos de negocio bancario.

—¿A qué obedece el incremento generalizado de la política de comisiones?

—El escenario persistente de bajos tipos de interés ha pasado factura en forma de caída del margen con el que intermedian los bancos. Eso obliga a buscar otras fuentes de ingresos, siendo la más importante las comisiones. A pesar del crecimiento reciente, el peso que representan las comisiones en los ingresos netos del sector bancario español están por debajo de la media europea y de los principales países, como Alemania, Francia o Italia, por lo que hay margen de maniobra para que aumenten, siendo el justo precio a los servicios que prestan las entidades. Lo que antes se cobraba de forma implícita en el margen de intermediación, ahora debe cobrarse explícitamente en forma de comisiones.

—¿Cómo afecta la vertiginosa transformación tecnológica? ¿Están las entidades alejándose de la gente en zonas geográficas con el cierre de oficinas?

—Para que el negocio bancario sea viable debe ser rentable y ello obliga a ganar eficiencia. Y la vía más importante es recortar costes, lo que exige aligerar la red de oficinas y el empleo. Eso explica el cierre de oficinas que se inició en 2008. A pesar de que la red ha caído a más de la mitad, solo el 3% de la población reside en municipios sin ninguna oficina, lo que es un porcentaje reducido. Además, no tener una oficina cerca no implica exclusión financiera, ya que hay otras formas de acceder a los servicios bancarios, como la banca digital. Es lógico que sea en los municipios muy pequeños, en la España rural, donde se concentre el problema, ya que es necesario una masa crítica para que una oficina sea rentable. Y como cualquier negocio en cualquier sector, debe ser rentable.

—¿Cómo puede afectar toda la evolución del sector «fintech» y el auge de las bitcoin?

—Las fintech no son competencia de la banca, sino aliados. El problema está en las bigtech, esas grandes empresas tecnológicas que han entrado en nichos de mercado de los bancos, como es el caso de los medios de pago. Pero dudo mucho que entren en el negocio de la intermediación, porque en ese caso deben cumplir con la estricta y costosa regulación de los bancos. Respecto a las nuevas formas de dinero, serían una amenaza si sustituyeran a los depósitos, cosa que dudo porque para ello deberían ser medios de pagos generalmente aceptados por todos.

 —¿Ha terminado la reestructuración del sector en España?

—Desde el año 2008, el sector financiero ya ha experimentado una profunda reestructuración, con una caída del número de competidores y una reducción de oficinas y empleo. Pero aún hay margen de maniobra para más ajustes, sobre todo en términos de oficinas, ya que seguimos siendo uno de los países europeos con mayor densidad de red y con oficinas muy pequeñas. Además, también hay margen de maniobra para una mayor concentración, ya que estamos aún por debajo de niveles excesivos.