La radiografía de un mal inversor

MERCADOS

Vega Alonso del Val

El auge de la tecnología ha ayudado a que cada vez haya más gente que busca rentabilizar su dinero, pero no todos aciertan. Micappital elabora una guía para evitar los errores más comunes

14 nov 2021 . Actualizado a las 22:12 h.

La revolución digital ha generado sustanciales cambios en multitud de campos. Uno de ellos se encuentra en la democratización de los inversores. Hace no tantos años, las inversiones financieras parecían reservadas a grandes fortunas que seguían al detalle las páginas salmón de los diarios. No solo hacía falta dinero para participar en el gran juego de la bolsa, sino que también se necesitaba tiempo para dar las órdenes oportunas a los empleados bancarios. Sin embargo, ahora todo parece a golpe de un par de clics en el teléfono móvil. Y las cantidades ya no son una barrera. Se puede empezar desde un solo euro. Es decir, que ni el tiempo ni el dinero son ya obstáculos infranqueables para la mayoría de los ciudadanos.

Sin embargo, y a pesar de que la información sobre los mercados es cada vez más abundante, son muchos los inversores que se arruinan al poco de empezar y menos los que logran aumentar su capital de forma considerable. ¿Qué diferencia a unos y a otros? ¿Cuáles son los errores más comunes entre los poco afortunados? Micappital, una fintech (de finanzas y tecnología) de asesoramiento ha elaborado su «radiografía del mal inversor», en la que recopila «todos esos errores de libro que debemos evitar en beneficio de nuestra salud financiera».

Los primeros pasos

Definir una estrategia clara. Es decir, antes de meter el primer euro, tener muy decididas las respuestas a todas estas preguntas. ¿Cuál es el riesgo que estoy dispuesto a asumir? ¿En cuánto tiempo aspiro a tener beneficios? ¿Cuáles son los mercados que más me interesan? «El mal inversor empieza a hacerlo de forma impulsiva. Toma las decisiones en función de posibles modas o tendencias del momento, de los productos en campaña de los bancos, las noticias que ha visto en la televisión o las recomendaciones de un amigo o familiar. Actúa dejándose llevar por las emociones, sin buscar el asesoramiento de alguien que pueda ayudarle a no equivocarse, sin analizar previamente su perfil de riesgo. A la hora de construir su cartera invierte directamente en acciones sin tener en cuenta otras posibilidades como los fondos de inversión, elige solo productos financieros españoles, demasiado relacionados entre sí y sin una buena diversificación, e invierte en ellos las cantidades de dinero que decide de forma aleatoria», señalan desde esta consultora. Evitar todas estas cuestiones equivaldrá a entrar con buen pie.

Evitar las emociones

Sangre fría. No dejarse llevar nunca por un mal momento, pero tampoco por uno bueno. Es otra de las grandes recomendaciones que aportan desde Micappital. «La euforia y el miedo son emociones muy frecuentes que condicionan. Cuando la bolsa sube con fuerza, el error más común del mal inversor es dejarse llevar por el exceso de optimismo y ponerse a invertir de forma extraordinaria cuando los precios del mercado ya están mucho más elevados, pagando más por esos productos», apuntan desde la consultora. Del mismo modo, «cuando se producen fuertes bajadas», que en realidad suele coincidir con el momento ideal para realizar esas inversiones extraordinarias, porque se puede acceder a productos interesantes por precios mucho más bajos, el mal inversor «se deja llevar por el pánico a perder lo que ya tiene invertido y empieza a deshacerse de su cartera, vendiendo más barato incluso de lo que compró y eliminando de raíz toda posibilidad de recuperarse».

 Luces largas

Paso corto y mirada larga. Es otro de las máximas para tener éxito con las inversiones. Tener paciencia. «Cuando la economía vive un largo período de bonanza, el mal inversor tiende a creer que la bolsa siempre sube, y busca la rentabilidad a corto plazo con inversiones en nuevos productos fijándose en su rentabilidad en momentos pasados», comentan, precisamente «cuando la impredecibilidad es la característica fundamental de los mercados».  Por otra parte, cuando el contexto es de recesión a largo plazo, «el pesimismo le invade y piensa que la bolsa no va a volver a subir a los niveles en los que estaba. Nuevamente mira solo el corto plazo», lamentan, cuando lo recomendable es apostar justo a todo lo contrario. «Las crisis son cíclicas: todo lo que baja, vuelve a subir; y todo lo que sube, vuelve a bajar. Solo es cuestión de tiempo». A modo de resumen, la consultora expone la siguiente metáfora: el mal inversor «toma las decisiones con el retrovisor. Cuando la bolsa sube, compra. Cuando la bolsa baja, vende», comentan, por lo que lo normal es salirse de la carretera.