El covid-19 se bate en retirada, pero deja a su paso una economía debilitada y dependiente de ayuda externa. Toca recomponerse y enfocar bien la salida de una crisis de la que, según los primeros indicadores y la opinión de los expertos, la comunidad parte mejor posicionada

M. Sío Dopeso
Redactora

Desde mediados de febrero del 2020, las palabras pandemia y crisis económica han sido las más repetidas en todos los idiomas del planeta. Con las vacunas inmunizando a miles de personas por minuto y el covid-19 batiéndose en franca retirada, ahora el término más reiterado y de manera más insistente es el de recuperación.

Hay un cierto consenso entre las autoridades competentes en la materia en que el crecimiento para España estará en el entorno de un 6 % ya en este 2021, y en que otro tanto está por venir en el 2022, hasta llegar al 2023 a un nivel de PIB similar al del 2019.

En el caso de Galicia, las expectativas son mejores. Las cifras macroeconómicas revelan que la caída del PIB regional en el 2020 fue más suave que la registrada en la economía nacional (a pesar de anotar descensos interanuales del 3,8 %, 18 %, 6,2 % y 7,6 % en el primer, segundo, tercer y cuarto trimestre, respectivamente). Y parece que la riqueza de Galicia también podría repuntar más rápido, si se tiene en cuenta que el primer trimestre del 2021, todavía con la tercera ola de la pandemia activa, se cerró con una bajada del PIB del 2,9 % en relación con el mismo período del año anterior, su menor descenso desde el estallido de la pandemia, según los datos que publica este viernes el Instituto Galego de Estatística (IGE).

En general, las empresas gallegas han demostrado su fortaleza ante la crisis sanitaria, una tesis que refrenda el informe Perspectivas 2021 (elaborado por KPMG en colaboración con CEOE), en el que un 45 % de las firmas gallegas encuestadas sostienen que el impacto de la pandemia ha sido limitado y un 20 % aseguran que su facturación no se ha visto afectada.

Datos para el optimismo

Hay más datos para un moderado optimismo, y los aporta el Barómetro Exportador de Galicia, que muestran cómo al cierre del primer trimestre se empezó a consolidar la recuperación, con incremento del comercio exterior del 6,1 % . Los datos son «muy positivos», según sus observaciones. Hay un avance interanual «sin precedentes», aún teniendo en cuenta que se realiza la comparación con el mes de marzo del 2020, momento en el que comenzó el confinamiento más duro.

Gracias a esta evolución, Galicia se sitúa a menos de cinco puntos del nivel de exportaciones de los doce meses previos. Según los autores del informe, José Manuel Sánchez e Isabel Nuevo, estos datos sectoriales son una invitación al optimismo. Es la primera vez desde la pandemia que todos los sectores muestran cierto crecimiento interanual en sus tasas, a la vez que caminan hacia los niveles previos a la irrupción del virus.

Es la automoción la que tira del comercio exterior gallego, con un aumento interanual del 105,7 % y con un peso de un 33,5% en el conjunto de las exportaciones. Por su parte, el sector textil, que hasta ahora mostraba mes a mes datos negativos, presenta una tasa de variación interanual del 62,1 %, lo que constituye uno de los datos positivos más destacables.

Y destaca también la metalurgia, que experimenta un avance hacia recuperación de los datos prepandemia (+75,5 %).

También el empleo empieza a recuperarse. En doce meses, desde mayo del 2020 a mayo del 2021, el número de parados registrados en Galicia menguó en 25.776 personas, un 13,49 %, lo que supone una diferencia de 11 puntos y medio con la media nacional, y que sitúa en 165.306 la cifra total de trabajadores en busca de empleo.

Hay, pues, mimbres para el optimismo, y así lo ven los expertos consultados. «Estamos saliendo, la economía está recuperándose. En este último trimestre hemos crecido más que la media española. Se han eliminado las barreras a la movilidad de personas y mercancías y se espera que aumente el consumo», afirma el catedrático de Economía Aplicada y que director de los informes de coyuntura del Foro Económico de Galicia, Fernando González Laxe. Matiza, sin embargo, que este crecimiento todavía no se está reflejando como debería en el empleo , «y eso es debido a nuestra estructura productiva, dominada por empresas más pequeñas, muy vinculadas a los recursos naturales, poco tecnológicas y que no generan puestos de trabajo» explica.

En opinión de Laxe, un despegue óptimo de la economía gallega dependerá de una buena estrategia. «El futuro está condicionado por el tamaño de las empresas, y por sectores estratégicos; por más tecnología y más digitalización», afirma. «Estamos en el mundo del tamaño eficiente. En Galicia la clave está en hacer partenariados . Tenemos un país en el que el 90 % son pymes y micropymes; pero nuestras empresas medianas y grandes son líderes en sus sectores, y esas compañías tienen que liderar el proyecto de futuro. Tenemos mucha gente y muy buena, la clave es aglutinarla», reflexiona González Laxe.

Miguel Vázquez Taín, presidente del Consello Galego de Economistas, opina que Galicia está en una posición «relativamente buena para afrontar la recuperación.» Tenemos informes que constatan que en los próximos meses, si la situación sanitaria se estabiliza, los servicios y productos que ofrecemos ocuparán una posiciones ventajosas». A corto plazo, el economista manifiesta su confianza en la recuperación del sector servicios y turismo. «En el medio plazo, los fondos europeos van a permitir impulsar proyectos tractores de sectores estratégicos para afrontar la transición energética. Ahí estamos avanzando y dando pasos diferentes a otros comunidades», afirma.

Deberes pendientes

Según Xavier Vence, catedrático de Economía Aplicada y coordinador del grupo ICEDE en la Universidad de Santiago de Compostela, se muestra menos optimista sobre la recuperación, porque, en su opinión, «a pandemia agravóu problemas de fondo que xa viñan de atrás». «Si só fora un problema derivado da crisis sanitaria, se podería despegar con certa rapidez, cos estímulos tan importantes que chegan da UE. Pero non está claro que se estén afrontando os problemas de fondo do modelo económico galego, moi intensivo en consumo de enerxía e de recursos que non dan máis de si e que é obrigado cambiar. Trátase de reconstruir a economía sobre unha base sustentable», asegura.

El experto sostiene que la transición hacia la economía circular es «unha necesidade ecolóxica», pero también «unha oportunidade económica», porque permite «reaproveitar recursos ainda que sexa necesario rediseñar as cadeas de producción». Aclara al respecto que «asociar a economía circular coa reciclaxe é una visión curta», ya que sus potencialidades van mucho más lejos. «Galicia non só ten que recuperar ritmo para superar o impacto da pandemia, ademáis ten que facer as tarefas pendentes de transformación que tiña antes da pandemia», afirma el economista.