El comercio minorista gallego acumula trece meses consecutivos de retroceso en sus ventas, dentro de un contexto de caída generalizada del consumo que eleva a 20.000 millones la pérdida de facturación y 59.000 empleos destruidos en el sector en España por la pandemia

M. Sío Dopeso
Redactora

Casi cuatro de cada diez hogares reconocen que la pandemia ha impactado en su economía y controlan más los gastos, según la consultora Nielsen. La caída del consumo familiar, las restricciones horarias y de aforo, y el crecimiento de la venta digital conforman la tormenta perfecta que zarandea hasta dejar exhausto al comercio minorista.

El sector ha perdido más de 20.000 millones de euros de facturación y destruido 59.000 empleos en doce meses de pandemia en España, a los que se suman otros cien mil empleados en situación de ERTE, según el informe Un año de pandemia en el comercio, de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged). En Galicia, el impacto se traduce en unas pérdidas estimadas de 1.500 millones de euros, en las que todavía no computa el mal arranque del año, con un primer trimestre que ha cerrado también en número rojos.

España es, según Anged, la única economía entre las grandes de la Unión Europea, junto a Italia, en la que el comercio todavía no ha retomado la senda del crecimiento. La patronal considera que el sector podría crecer un 4 % en 2021 si se cumple la campaña de vacunación, se retoma la movilidad interna y se recupera, al menos, un 50 % de turistas extranjeros este verano.

El comercio minorista es el sector más dañado por la pandemia, solo por detrás de las actividades de venta al por mayor y los servicios de comida.

Volver a crecer

Se prevé un crecimiento de la economía española entre el 5,5 % y el 6 % para este año, que se puede traducir en un repunte del comercio en torno al 4 % en el 2021, frente a la caída del 8 % en el 2020. Para alcanzar este 4 % es necesario, a juicio de Anged, que se cumpla el calendario de vacunación. Además, la asociación de la distribución considera que se ha de recuperar totalmente la movilidad dentro de España, y que se confirme el regreso del 50 % del turismo internacional respecto al 2019. Porque el comercio ha dejado de ingresar, según el informe, más de 3.400 millones de euros por la debacle del turismo en el último año. Desde la patronal de la gran distribución reclaman «un gran compromiso nacional» recuperar la confianza, el consumo de los hogares y el empleo, y proponen «un gran pacto» para poder abrir más domingos y festivos en 2021. Además, apuntan a las líneas de ayuda y planes renove para la reforma y mejora de las viviendas que podrían tener un impacto muy positivo en categorías como los electrodomésticos, muebles, electrónica de consumo, telecomunicaciones o bricolaje.

Pero también reclaman avanzar en la reforma laboral para dotar a las empresas de medidas de flexibilidad que les permitan afrontar el nuevo entorno y mantener en la medida de lo posible el empleo.

Este es el escenario general, pero ¿cómo están las cosas en Galicia?

La tercera ola del covid-19 ha continuado arrasando con el comercio en la comunidad, que acumula trece meses de retrocesos consecutivos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas de las tiendas minoristas descendieron otro 7,2 % en febrero (último mes computado), en un contexto de desplome generalizado del sector en España, que se contrajo un 9,4 % de media.

La categoría de equipo personal, en donde se incluyen los artículos de moda, volvió a ser la más golpeada, con un descenso de los ingresos del 30,1 % en febrero, casi tanto como el 30,6 % de caída registrado en abril del 2020, en plena primera ola de la pandemia y con un confinamiento estricto. El comercio de equipamiento del hogar aguantó mejor el golpe, con un leve retroceso del 1,1 % en febrero, tras bajar un 4,1 % en el primer mes del año. Además este ha sido el sector que lideró la recuperación del comercio desde el pasado verano. Y la alimentación, que no se había visto afectada por las restricciones hasta el momento, rompió en febrero su racha alcista y redujo sus ventas un 2,5 %.

Los grandes aguantan más

Por modo de distribución, las grandes cadenas volvieron a ser las que mejor aguantaron, aunque se anotaron el mayor descenso de las ventas desde mayo, con una caída del 2,8 %, debido a que fue el canal más afectado por las restricciones de la tercera ola de la pandemia en algunas comunidades autónomas.

Mientras todo esto ocurre en las tiendas físicas, el comercio al por menor por Internet ha continuado imparable, con un impulso del 52,2 % el mes pasado, la mayor subida desde noviembre. Según este indicador del INE, el e-commerce se ha disparado entre un 20 % y un 70 % al mes desde que se declaró la pandemia la pasada primavera. En cuanto al empleo en el sector, este acusa lógicamente el notable descenso de las ventas, hasta reducirse un 2,6 % en Galicia, en febrero.

La situación del pequeño comercio en España y en Galicia justifica cualquier medida que contribuya a reanimar el consumo, más que nada, porque el comercio local que queda en pie tras meses de pandemia, restricciones de apertura y cierres perimetrales tiene ya poca capacidad de aguante.

En el 2020, la pandemia se llevó por delante a 1.384 negocios emprendidos por trabajadores por cuenta propia en Galicia. En el año del coronavirus, se cerraron casi tantos bares y restaurantes (370 negocios) como comercios al por menor (309 cierres). Sirvan estos datos para ilustrar la dramática situación de los negocios a pie de calle regentados por autónomos, que serán los principales beneficiados de este plan de estímulo aprobado por la Xunta que tiene como medida estrella el Bono Activa Comercio, de 30 euros por consumidor, con el que pretende movilizar unos 55 millones de euros que facturarán los comercios de proximidad regentados por autónomos o que sean pymes.

M.MORALEJO

eduardo zamácola, presidente de la patronal española del comercio textil, acotex

«Recuperarnos nos va a llevar una generación y nada volverá a ser igual»

El presidente de Acotex afirma que la pandemia se ha llevado por delante el 25 % del sector. Asegura que las empresas textiles rozan el límite, y que el daño que acumulan en sus cuentas no se puede aplazar con los expedientes de regulación temporal de empleo. Sostiene que el plan de ayudas llega tarde y es insuficiente, y alerta de que «un 40 % de los comercios podrían cerrar»

El sector moda aporta el 2,7 % del PIB nacional; y es responsable del 4,1 % de empleo directo e indirecto; supone el 8,7% de las exportaciones del país. Está compuesto por miles de Pymes y empresas familiares, pero también por grandes grupos como Inditex, Tendam o Mango. Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), los representó a todos en su comparecencia, hace una semana ante la Comisión de Industria, Comercio y Turismo para, entre otras cosas, denunciar que el plan de ayudas del Gobierno, respaldado con fondos europeos, al sector del comercio, «llega tarde y mal». Ha sido su segunda comparecencia en la cámara: la primera fue el pasado junio, justo tras el estado de alarma. «Estamos muy decepcionados por los resultados de la anterior comparecencia», ha criticado Zamácola. «No se ha llevado a cabo ninguna de las propuestas presentadas entonces» dice el empresario, que lidera también la compañía de moda infantil Neck&Neck.

—¿Cómo están las cuentas del sector después de más de un año de restricciones y caída de ventas?

—Tras una caída del 40 % en los ingresos en el 2020, la más grave de la historia, el 2021 no tiene para nosotros mejores perspectivas. En enero hemos tenido una bajada de los ingresos del 53,5 %; en febrero la caída fue del 41%; y en marzo de un 38 % en comparación con el 2019 [antes del Covid]. Estamos hablando de un 45% de caída de los ingresos en lo que llevamos de este 2021. Además, para hacer estas pocas ventas se han tenido que hacer descuentos muy agresivos y los márgenes de beneficio son absolutamente ridículos.

—¿La sangría de cierres de negocios va a continuar este año?

—De forma inevitable. Tras el confinamiento, un 15 % de los comercios no volvieron a abrir. Pero ahora la cosa es peor. La tasa de tiendas cerradas llega al 25 %. Muchos comerciantes no están viendo la luz y vamos a ver cierres en masa, podemos llegar al 40 %. Uno de cada cuatro comercios textiles está cerrado y la temporada de verano, en la que ya estamos metidos, obligará a cerrar a muchos más comercios. Cuando termine la temporada, muchos establecimientos desistirán definitivamente.

—¿Qué necesita el sector para poder aguantar hasta que se recupere el consumo?

—En el sector hemos hecho unas inversiones muy importantes para poder abrir y a cambio solo hemos conseguido cierres y un silencio administrativo ante nuestras continuas peticiones. No hemos concedido la exoneración de tributos ni impuestos. Pagamos el 100 % de la Seguridad Social de todo el personal, incluido el que está en ERTE. Tampoco se han aplicado bajadas al IVA, una medida que si ha visto en países como China o Noruega o Singapur.

—No se han atendido estas demandas, pero al menos el sector tiene acceso al paquete de ayudas que ha aprobado el Gobierno.

—Hablamos de 11.000 millones de euros, 7.000 millones de los cuales son ayudas directas. Sin embargo, cuando ves la letra pequeña te das cuenta de que está repartido de forma muy desigual entre las islas y la península. El plan llega muy tarde, es absolutamente insuficiente y llega muy mal establecido, con la limitación por actividad económica y solo destinado a empresas que hayan reducido su facturación en más de un 30 %. Las ayudas tampoco son aplicables a compañías que obtuvieron beneficio el año anterior. Somos un sector que llevamos desde el 2008 con una situación muy grave, es absolutamente insuficiente. No son ayudas, son compensaciones: nos han obligado a cerrar.

—Han pedido ayudas al Gobierno para despedir.

—Es imposible que con las caídas que está teniendo el sector podamos recuperar el cien por cien de la plantilla. Por eso necesitamos flexibilidad y necesitamos ayudas. Después del ERTE por causa de fuerza mayor vamos a pasar a ERTE por causas Etop [por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción], y después a los ERE. No se puede recuperar el 100 % de la plantilla con caídas de entre el 40 % y el 60 % en los ingresos como las que estamos teniendo.

—Y quieren que se utilice para despedir los fondos europeos para la recuperación...

—Son fondos para la recuperación y la idea es ayudar a las empresas a continuar. ¿Qué sentido tiene dar dinero para pagar un puesto de trabajo que nunca va a rendir? Soy consciente de que lo que digo es políticamente incorrecto pero la situación es crítica y es mejor cortar por lo sano, antes de que sigan muriendo más empresas.

—¿Cómo quedará el sector después de todo esto?

—Pensábamos que cuando se acabara el confinamiento y volvieran abrir las tiendas todo iba a ir a mejor. Nadie se imaginaba que íbamos a ir a peor. Antes de la pandemia estábamos en cifras de negocio previas al 2007. Ahora estamos registrando caídas de ventas que no hemos visto en nuestra historia. No podemos engañarnos. Esto no se va a recuperar en el 2021. Personalmente pienso que la recuperación llevará más de una generación, pero nada volverá a ser como antes. Nunca vamos a volver a una situación precovid. Cambiarán las formas de consumo, los hábitos de compra y el comercio tendrá que adaptarse a ello.