Ámsterdam desbanca a la City

Juan Francisco Alonso

MERCADOS

JOHN SIBLEY

La capital británica ve como la ciudad holandesa se ha convertido en la capital financiera como consecuencia del «brexit»

21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los pronósticos que advertían que el brexit no dejaría intacto ningún sector de la economía británica se están cumpliendo como una profecía bíblica. Así, a punto de cumplirse dos meses de la salida del Reino Unido de la UE, la todopoderosa City de Londres ha engrosado la lista de perjudicados, pues en las primeras seis semanas del divorcio ha visto como las empresas han sacado miles de millones de euros de sus arcas para llevárselos a otras plazas. La salida de capitales ha favorecido sobre todo a Ámsterdam (Países Bajos), la cual ha pasado de negociar unos 2.600 millones de euros diarios a 9.200 millones de euros en cuestión de semanas, desbancando así a la urbe británica como el primer centro de bursátil del Viejo Continente.

Pese a los impresionantes números de la ciudad de los canales, los mismos aún están lejos de los que registraba diariamente Londres, la cual en diciembre contabilizó transacciones por 17.500 millones de euros. Sin embargo, la salida del mercado único y la unión aduanera ha hecho que estas cifras caigan hasta 8.600 millones de euros por día en menos de dos meses, tal y como revela el Financial Times. La normativa comunitaria establece que solamente en las bolsas de los estados miembros del club o aquellos a los que se le otorgue una «equivalencia» se pueden negociar acciones y títulos en euros. Reino Unido pudo hacerlo hasta el 31 de enero pasado, pero ya no puede seguir porque en el pacto que suscribió con la UE no se incluyó nada para permitirle a la City continuar negociando con los Veintisiete como lo venía haciendo. La falta de un acuerdo en materia financiera forzó a grandes compañías como la Chicago Board Options Exchange (CBOE) a mover parte de su negocio hacia otras plazas comunitarias.

Durante las negociaciones para definir la relación futura posterior al brexit, el Gobierno de Boris Johnson gastó meses y meses discutiendo con la UE sobre la pesca, un sector que no equivale siquiera al 0,1 % del PIB, mientras que prácticamente olvidó al todopoderoso sector financiero, el cual no solo representa el 7 % de la economía (150.000 millones de euros) y es el principal contribuyente al erario, sino que el 40 % de su negocio está en la otra orilla del Canal de La Mancha. La noticia del sorpasso de Ámsterdam ha caído como un jarro de agua fría, pues se suma a las informaciones que dan cuentan de los problemas para enviar productos a Irlanda del Norte, de la caída de las exportaciones a la UE y de los recargos que los británicos vienen padeciendo por compras hechas en los Veintisiete.

Sin embargo, un think tank como New Financial ha tratado de restarle importancia al recordar que el grueso del negocio de la City es doméstico, y ese «no se irá a ningún lado». Por su parte, el Banco de Inglaterra ha asegurado que hasta ahora el brexit ha provocado la pérdida de 7.000 empleos en el sector financiero, debido a relocalizaciones, lejos de los 50.000 pronosticados. Pese a los intentos británicos por mirar el vaso medio lleno, Downing Street ha reclamado a la UE que conceda a sus bancos los permisos necesarios para volver a operar como antes. Sin embargo, en Bruselas no tienen prisa en hacerlo y parecen reservarse esa carta para evitar que Londres se aleje mucho de sus regulaciones y se convierta en un competidor desleal.