La pandemia dejará cicatrices profundas en España, por eso insiste en no repetir errores del pasado: hay que buscar un equilibrio entre el uso eficiente de las ayudas y una distribución equitativa que impida agrandar más las brechas
17 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Habla con extrema cautela, pero su franqueza cae como un jarro de agua fría. José Villaverde, catedrático de Economía de la Universidad de Cantabria, estudia el fenómeno de la convergencia regional desde hace tiempo. El suficiente para intuir que la pandemia asestará «un golpe estupendo» a las regiones menos desarrolladas. Aumentarán las disparidades, no le cabe la menor duda. Y, al contrario de lo que pasó en los últimos 20 años, Galicia podría quedar rezagada.
—¿Cómo afectará la pandemia al proceso de convergencia? -¿A qué se debe que aumenten en época de crisis?
— Nadie lo sabe. Esta crisis es una perturbación nunca vista. La experiencia nos dice que en época de crisis las disparidades territoriales siempre aumentan. En época de bonanza tienden a disminuir. La expectativa razonable sería que aumentaran las disparidades en España.
—¿A qué se debe que aumenten en época de crisis?
— Las regiones más avanzadas y ricas son más resilientes que las menos avanzadas y más pobres. Cuentan con estructuras productivas más diversificadas, con sectores tecnológicamente más avanzados.
—¿Habrá tentación para concentrar la inversión en las más desarrolladas?
— Siempre hay una lucha permanente entre primar la eficiencia o reducir la disparidad. Depende mucho de los Gobiernos. Los conservadores tienden a primar más la eficiencia. Los progresistas, aunque priman la eficiencia, tratan de no dejar de lado la disparidad y desigualdad, que nunca son favorables para el crecimiento global de la economía.
—¿Qué ha prevalecido en la clave de reparto de ayudas europeas?
— La premura. Nos encontramos con que va a venir una lluvia de millones a España, pero no tenemos un plan claro, ni a nivel nacional ni regional. Desde los 80, España recibe fondos europeos para reducir disparidades y no lo ha logrado en absoluto así que no confío mucho en que los fondos de recuperación permitan avanzar en este sentido. Me daría con un canto en los dientes si consiguiéramos que no aumentaran, pero creo que no se va a conseguir. La pandemia nos dará un golpe estupendo.
—¿Qué comunidades saldrán más beneficiadas?
— El dinero europeo beneficiará a las regiones más desarrolladas: Madrid, País Vasco y, en menor medida, Cataluña y Navarra. El resto estarían en una situación mucho menos favorable. Galicia me tiene despistado. En los 20 años que llevamos de siglo, se ha comportado mejor que la media española. Convergió en época de auge, porque creció más que la media, y en época de depresión, porque cedió PIB, pero lo hizo en menor medida que España. Para el futuro, tengo dudas. Depende muchísimo del transporte marítimo y la industria está muy vinculada a las cadenas globales de valor, tanto el textil como la automoción, muy golpeados por la pandemia. Eso me hace pensar que las cosas quizá no vayan a ir tan bien. Y está el problema industrial. No hay una estructura económica muy desarrollada, potente y competitiva. Es un problema más grave y de largo plazo.
—¿Qué peso tiene la competencia fiscal sobre la convergencia entre regiones?
— Lo que hace Madrid, lo puede hacer cualquier comunidad: reducir el impuesto de sociedades, el IRPF en los tramos autonómicos...El problema es que todo eso va en contra del mercado interior en España y creo que es perjudicial. Sería partidario de que, sin haber uniformidad, haya una mayor armonización para que en ningún caso el juego de los impuestos implique desigualdades.
—¿Qué habría que tener en cuenta para no repetir errores del pasado?
— Primero, debemos tener un plan de qué tipo de país queremos tener en el futuro y apostar por ello. Por otro lado, buscar un buen equilibrio entre eficiencia y equidad. Tiene que haber un sistema fiscal con una redistribución mejor de la renta.