-¿Mucho ajetreo para las fechas navideñas?
- Pues sí, porque en la pandemia me dio por diversificar el negocio. De repente, me entró miedo y creé una empresa de distribución de cajas de pícnic para gourmets. Es algo muy extendido en Estados Unidos, pero aquí todavía no se conoce mucho. Nosotros ya lo habíamos hecho en el Festival de la Luz, de Luz Casal. Como por el covid no se puede compartir comida, preparamos unas cajas muy bonitas y sabrosas con productos de calidad, y eso es lo que vamos a hacer ahora en Guala, momentos gourmet, solo con productos de denominación de origen, que lo mismo valen para llevarlos a casa que para hacer un pícnic o para servirlos en el barco. Y en eso estamos, preparando los pedidos.
-Tiene usted una energía envidiable. ¿Cuál es su secreto?
- Yo no podría hacer nada sin mis gajitos; sin mi marido, mi socio y las personas que colaboran con nosotros. Y lo mismo digo de los clientes. Creo que soy una persona muy afortunada, porque he tenido muchas suerte con ellos. Clientes y proveedores forman parte de la empresa. Nosotros somos su micrófono y para esto tiene que haber empatía. Es un maridaje.