La industria farmacéutica invierte más de 1.200 millones

G. Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

El sector, enfocado a la salud, se reivindica como garantía desde el punto de vista investigador, pero también como parte de la solución a la crisis social y financiera

06 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Esencial por naturaleza propia, sus avances son mirados con lupa en estos tiempos de pandemia. El sector farmacéutico y sus profesionales tienen en su mano la ya no tan lejana vacuna contra el covid-19 pero, ¿qué lugar ocupa este sector en la realidad económica española?.

La industria farmacéutica se anotaba en el 2019 un nuevo récord. La inversión en investigación y desarrollo de medicamentos alcanzaba los 1.211 millones de euros. Es un crecimiento del 5,2 % con respecto al 2018 y confirma una tendencia creciente. Son datos de la última Encuesta sobre Actividades de I+D que Farmaindustria realiza entre sus asociados. De la cifra total invertida, el 18%, unos 218 millones, se dedicaron a la investigación básica y preclínica. Cerca del 60 %, 714 millones, fueron a parar a la investigación clínica. «Casi el 20 % de toda la I+D industrial que se hace en nuestro país la desarrolla la industria farmacéutica. Uno de cada cinco euros que se invierten en investigación, procede de nuestro sector. Y esto supone casi el 8% de toda la I+D teniendo en cuenta la investigación pública y privada», afirma Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.

Más experiencia

En la inversión en investigación clínica está una de las claves de la apuesta de esta industria. No solo por los recursos que moviliza ­(714 millones en el 2019) sino porque permite a los sanitarios sumar la experiencia investigadora a su actividad asistencial y facilita a los pacientes un acceso temprano a nuevos tratamientos. Y es que, de esos más de 700 millones, 260 se destinan a las fases más complejas de la investigación biomédica, lo que supone, según Farmaindustria, situar a España como una referencia internacional en este ámbito.

La inversión sostenida en investigación unida a la colaboración con la Administración, centros sanitarios e investigadores y pacientes, sitúan a España como uno de los países en mejores condiciones de albergar ensayos clínicos. Un tercio de los realizados en Europa cuentan con participación española. «Es evidente que esta industria dinamiza la economía al ayudar a tener unos modelos productivos más eficientes y competitivos basados en la innovación, el I+D y el conocimiento», dice Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

¿Cuántos?

Al margen de la inversión, toda acción investigadora necesita talento. En el sector farmacéutico trabajan en España unas 5.000 personas, un 4,2 % más en el 2019. En su mayoría, más el 88 %, titulados universitarios. «No habrá un sistema sanitario de calidad sin actividad investigadora. Debemos reforzar la colaboración entre la industria farmacéutica y el sistema sanitario en investigación, que ha hecho de España una referencia en ensayos clínicos », explicó Arnés ante los actuales desafíos del coronavirus. «Hemos tomado conciencia de lo mucho que dependemos de la investigación en medicamentos y vacunas. Ahora sabemos con más certeza que no hay economía sin salud. No hay salud sin fármacos y no hay fármacos sin investigación». El director general de Farmaindustria apuesta así por un tejido de futuro que garantice el suministro de medicamentos. «Un sector tan comprometido con la innovación es la mejor garantía de futuro de nuestro país y parte de la solución a la profunda crisis sanitaria, económica y social que afrontamos», sentencia.

A nivel geográfico, todas las comunidades captaron inversiones extramuros en el 2019, con especial relevancia de Madrid y Cataluña, que acapararon el 28% y el 25,7% del total. En Galicia, las compañías farmacéuticas invirtieron el pasado año 19,1 millones en contratos con hospitales, universidades y centros públicos y privados de investigación. Arnés resalta la necesidad de contar con un sistema sanitario público cada vez más fuerte: «Necesitamos dotarlo de mayor financiación. El objetivo sería invertir al menos un 7% del PIB, revisar su modelo de gobernanza, mejorar la eficiencia incorporando las nuevas tecnologías digitales y, en definitiva, adaptarlo a las nuevas necesidades que generan, por ejemplo, desafíos como la pandemia», explicó sobre lo que considera una oportunidad: «Podemos convertirnos en un hub de inversiones en el sector salud y farmacéutico».

«Somos el cuarto país del mundo en ensayos clínicos frente al coronavirus»

Una estrategia que permita aprovechar los fondos europeos que estarán disponibles para la recuperación económica. Esa es una de las grandes apuestas que resalta Humberto Arnés ante la actual situación de crisis.  Es decir, que la industria farmacéutica pueda convertirse en una de los protagonistas de la reconstrucción. España tiene ante sí la oportunidad de fomentar la investigación biomédica. «Somos el cuarto país del mundo en número de ensayos clínicos con medicamentos frente al coronavirus». De ahí la importancia de aprovechar los fondos europeos para atraer más inversión. Su apuesta: destinar al menos un 7% del PIB al sistema público de salud. Se trata de incrementar en unos 12.000 millones el presupuesto anual. «Podemos acercarnos a lo que destinan a  sanidad los países de nuestro entorno», ha explicado. Y es que, uno de los aspectos que ha puesto de relevancia la pandemia, es la alta dependencia que tiene Europa de China e India en muchos medicamentos esenciales. «Necesitamos contar con un potente sector industrial que pueda suministrar esos medicamentos esenciales en situaciones de emergencia», dice Arnés. «Esta industria a nivel mundial invierte cada año 150.000 millones de euros en I+D y la mitad de esos fondos son para investigación clínica. Necesitamos ese tirón del sistema sanitario para que las empresas vean que en este país merece la pena invertir», apunta Javier Urzay, subdirector de Farmaindustria. 

La industria farmacéutica se siente parte de una triple perspectiva para reactivar España: la sanitaria, la social y la económica. Todo ello desde el punto de vista de un sector fuertemente vinculado a la innovación, a la producción y exportación de alta tecnología y al empleo de calidad. «No hay euro mejor invertido que en salud», remarca Humberto Arnés.