Eduardo Abad (UPTA): «Cotizar por ingresos es un llamamiento a integrarse en el sistema»

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

XOAN CARLOS GIL

El dirigente gallego incide en la necesidad de reducir la dependencia de sectores como la hostelería y el comercio, aunque confía en que el relevo generacional del sector facilite la transformación de la base productiva

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El gallego Eduardo Abad preside la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), una de las tres organizaciones del sector que el pasado miércoles iniciaron con el ministro Escrivá la negociación para reformar el sistema de cotización de los trabajadores por cuenta propia para hacerlo dependiente de los ingresos reales. La propuesta inicial pasa por rebajar las cuotas a quienes ganen menos que el salario mínimo y subírselas a los que declaren rendimientos superiores a 25.000 euros al año.

-¿Se enteraron de la reforma por la prensa?

-El ministro en la anterior reunión, cuando estuvimos cerrando el cese de actividad, ya nos planteó la posibilidad de hacernos la presentación del sistema que tenían preparado y nos adelantó que tendríamos que vernos pronto. Lo que no nos gustó es que los medios de comunicación tuvieran un planteamiento antes que nosotros.

-¿Introducir el debate sobre el sistema de cotización podría haber dificultado un acuerdo sobre las prestaciones?

-Yo creo que no, si somos organizaciones maduras tenemos que saber diferenciar una cosa de la otra. Pero lo que está claro es que son dos debates distintos. Y por eso no es desafortunado que se hicieran negociaciones separadas.

-Conocido el planteamiento del Gobierno, ¿cómo valoran la propuesta?

-A nosotros la música nos suena bien, porque la llevamos tocando desde el 2016. En ese año hicimos un primer informe sobre la cotización en función de ingresos y en el 2017 hicimos la presentación a la subcomisión del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). Lo que nos propusieron ayer se acerca mucho a lo que nosotros planteábamos entonces. Es una propuesta melliza, porque tiene los elementos fundamentales de lo que entendemos que debe ser un sistema de cotización en función de los ingresos. El primero es la justicia contributiva: el que más tiene es el que más debe aportar para aliviar cargas a los que menos ganan. Porque es una realidad que hay autónomos que están sobrecotizando. Pero a la vez este sistema puede servir de acicate para que miles de personas que están en la economía sumergida puedan salir de ella y tener seguridad jurídica en lo que hacen: es un llamamiento a integrarse en el sistema. Porque un gran porcentaje de esas personas están en la economía sumergida de forma obligatoria, porque los rendimientos de su actividad no les cubren siquiera el pago de la cuota.

-¿Saber que vas a pagar según tus ingresos es un mejor estímulo que tener una tarifa plana los primeros meses de actividad?

-Este sistema debe acabar con la tarifa plana, porque permite que los autónomos en sus primeros años tengan un tramo de cotización asequible. Si no desaparecer, al menos adaptar esa tarifa plana a los autónomos que la necesiten de verdad. Porque es otra de las ayudas que es absolutamente injusta, porque hay miles de autónomos que en su primer año de actividad tienen ingresos lo suficientemente importantes para hacer frente a la cuota íntegra. Esto no puede ser café para todos. Porque en los años más exponenciales, la tarifa plana costaba 700 millones. No estamos para eso.

-Y el nuevo sistema, ¿va a ser neutro o va a suponer un incremento de recaudación para la Seguridad Social?

-Con nuestros cálculos y dado que se estima que hay 700.000 autónomos que tienen ingresos superiores a los 25.000 euros, subirles el nivel de cotización supondrá un importante colchón para la Seguridad Social, que estimamos en unos 2.000 millones de euros al año.

-¿A cuántos autónomos afectará el nuevo sistema?

-En total, sobre 2,2 millones de autónomos estarían sujetos a este sistema de cotización en función de ingresos, que son los que declaran rendimientos de actividades económicas, tanto en estimación directa como objetiva. El resto son autónomos societarios, colaboradores y religiosos.

-Y para estos que quedan fuera, ¿hay un plan para incorporarlos?

-Hay un plan de incorporar a todo el mundo al nuevo sistema, pero esto es el principio y tiene que madurar para que prácticamente todos acaben cotizando por ingresos reales.

-Antes del confinamiento, eran mayoría los autónomos que nunca habían recibido una prestación. ¿Cree que haber accedido a las ayudas ha cambiado la mentalidad del colectivo respecto a la necesidad de cotizar más?

-Dado que hubo quien se hartó de decir que la cotización por cese de actividad era algo inútil, hay muchos autónomos que no cotizaron por él hasta que fue obligatorio. Que tengamos este sistema permite ahora tener en marcha el cese de actividad para miles de autónomos que lo necesitan.

-¿Se ha iniciado el proceso de revisión de las prestaciones concedidas en los últimos meses? ¿Esperan que las mutuas exijan la devolución de muchas de ellas?

-Aún no estamos en ese período. Ahora acaba de empezar el proceso para solicitar de nuevo los ceses de actividad. Las mutuas están trabajando para tratar de acelerar y que los autónomos que lo necesiten puedan tener las prestaciones, porque es el único sistema que les protege para no tener que cerrar su negocio. El procedimiento de revisión llegará, y en ese momento habrá que tener un consenso para que los criterios sean uniformes y que no haya una mutua que reclame algo que otra está dando por bueno.

-Llevan meses anunciando un otoño negro para el sector. ¿Las ayudas son suficientes para evitar los cierres?

-El cese de actividad va a ser el que va a contener la desaparición de actividades económicas. Habrá pérdidas, pero se van a contener.

-Una de las cosas sorprendentes de esta crisis es que no hay una caída de la afiliación de autónomos, ¿a qué lo atribuye?

-Me preocupa un tema, y bastante. Porque por un lado vemos una fuerte caída en hostelería y comercio y, sin embargo, un incremento en sectores como el transporte, los servicios de información, la sanidad o la educación. En septiembre hay casi mil transportistas más en España, por ejemplo. Llama mucho la atención este trasvase, porque ya le digo que de la hostelería y el comercio no se van al transporte o a servicios sociales. Hay que ver si estas altas obedecen a que se están dando de alta nuevos profesionales o, por el contrario, se trata de falsos autónomos.

«Hay que dar un paso para cambiar el sistema de módulos, no tiene sentido que siga en vigor tras 30 años»

-Una reforma que lleva años pendiente es la del sistema de módulos en el IRPF, ¿hay que abordarla ya?

-Hay que abordar de forma urgente el debate para modificar el sistema de módulos. No tiene sentido que un régimen que nació para dar una solución temporal a los autónomos que no utilizaban caja registradora lleve más de 30 años funcionando.

-¿Y cómo se puede llevar a cabo?

-Tendremos que tener algo intermedio, hay que dar un paso para que la tributación sea en función del rendimiento de la actividad. El sistema más sencillo sería uno en el que se pueda comprobar la facturación y sobre esta se deduzcan los gastos y se tribute la parte correspondiente. Sigo sin ver por qué a día de hoy, con lo avanzada que está la tecnología, ciertos negocios deben seguir en módulos.

-¿Qué otros cambios necesita el sector?

-El principal es la digitalización, es fundamental para pasar de un trabajo autónomo de cantidad a otro de calidad. Tenemos también que cambiar nuestra base productiva. No podemos permitirnos tener la economía en mano de bares, restaurantes y comercios, tenemos que producir, irnos a la industria manufacturera. El sector necesita un reajuste, porque está sobredimensionado.

-¿Por dónde puede venir el ajuste?

-El relevo generacional va a facilitar estos cambios. El 40 % de los autónomos gallegos tienen más de 55 años, por lo que en cinco años habrá un aluvión de jubilaciones del baby boom, y eso será un acicate para el cambio por un lado y, por otro, un problema, porque tendremos que hacer frente a un montón de prestaciones.