A través de la tecnología blockchain, ponen a disposición del consumidor todos los datos sobre el producto y sus procesos. Una información inalterable
05 oct 2020 . Actualizado a las 13:29 h.Forman un equipo que se maneja en el término blockchain con suma facilidad. Es una de sus especialidades y consiguen explicarla de forma que esta tecnología sea comprensible para todos los públicos. La viguesa Sivsa es uno de esos ejemplos de que Galicia se mueve al más alto nivel en términos de tecnología e I+D. Este equipo de 200 personas con presencia en Oviedo y Madrid, pero también en puntos como Marruecos o Brasil. Se trata de un amplio trabajo que busca llevar blockchain al uso más común del ciudadano. «Es una tecnología emergente que consiste en el encadenamiento de diversas acciones, que se llaman transacciones, para construir una cadena. Tiene su origen en la forma de llevar un libro contable. Cada uno de los apuntes se escribe en un libro, que es la propia cadena de bloques, y que se replica en todos los ordenadores de la cadena», explica José María Franco, responsable de innovación de producto. Basándose en esta tecnología, Sivsa ha desarrollado la primera experiencia del sector público nacional para garantizar la trazabilidad de la marca Pesca de Rías, de la Xunta. Se responde así a la preocupación del consumidor de conocer el origen y la máxima información del producto que consume. «Cada vez que uno escribe en ese libro compartido, los demás se enteran. Y es más, lo que se escribe no se puede borrar de ninguna manera. En el caso del sistema aplicado a Pesca de Rías, funciona sobre la red de Alastria, una red formada por unos 400 socios en España. Cualquiera de ellos, y el público en general, puede tener acceso a ella», explica.
Este nuevo sistema abre la puerta a un mundo de datos, pero también de garantías. Se le ofrece confianza al consumidor, evita el fraude en el etiquetado y aporta un informe detallado de las etapas por las que pasa el producto, como la transformación o la distribución, con datos certificados y de valor añadido. «Cuando vas a una pescadería y compras un kilo de berberecho, tienes un código de trazabilidad. Puedes consultar en la página de Pesca de Rías ese código y ver la información que ha sido escrita en esa cadena de bloques. Como la información no puede ser modificada, tienes los datos de que el producto fue pescado, por ejemplo, cuando dice la etiqueta. Incluso un tercero puede auditarlo independientemente de nosotros y comprobar que no se manipula», detalla José María Franco. Tecnología de la lonja a la tienda, pasando por cualquier proceso de transformación, y de ahí a los hogares. Un sistema que ya ha procesado casi un millón de etiquetas y que abre la posibilidad de extender esta garantía a otros productos y sectores.
En este sentido y en relación con el blockchain, Sivsa está trabajando actualmente con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en el proyecto Gerónimo. Un plan que trata de democratizar el acceso al blockchain, creando productos innovadores y multisectoriales que permitan a cualquier organización beneficiarse del enorme potencial y múltiples aplicaciones de esta tecnología disruptiva, derribando las actuales barreras técnicas, operativas y legales.
Para ello, se están probando nuevas líneas de investigación que resuelvan la complejidad técnica y los problemas de escalabilidad, interoperabilidad y usabilidad, así como el modelo de consumo de servicios de esta tecnología. Se trata de encontrar una solución con una alta facilidad de implantación, integración y uso, que haga posible proporcionar el software como servicio, sin que el usuario sea consciente de la complejidad técnica que hay detrás del blockchain y que haga posible la comercialización de productos construidos sobre redes descentralizadas. Se trata de explorar las aplicaciones de la tecnología blockchain en las organizaciones y conocer cómo éstas se pueden beneficiar con la construcción de una plataforma de servicios centrada en la certificación de datos y en la tokenización para resolver problemas.
La idea es realizar un piloto de un marketplace de propiedad de datos personales, es decir, una plataforma donde los usuarios puedan autorizar la utilización de sus datos personales y recibir un pago a cambio. Es decir, el usuario podría ir cargando sus datos personales en la plataforma y autorizar su uso o no por parte de las empresas interesadas, recibiendo un incentivo económico. Como ejemplo de uso estaría el de un laboratorio farmacéutico: a una compañía podría interesarle la compra de determinados datos sanitarios para realizar un estudio para el desarrollo de un fármaco. A través de esta plataforma podría comprar los datos de determinados usuarios y estos recibir una compensación a cambio.
El plan es que Gerónimo esté finalizado en agosto del 2021.