El juego de mesa remonta la partida

MERCADOS

Alba Leal

El ocio más tradicional que gira alrededor de un tablero vive su particular época dorada. Este sector factura 90 millones de euros al año en España

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al Monopoly, al Trivial o al Parchís no les sentó del todo bien la irrupción de las nuevas tecnologías. En el momento en el que los juegos dieron el salto a las pequeñas y grandes pantallas, los más tradicionales del mercado se vieron abocados en muchos hogares al cajón del olvido. No era para menos. El rival a batir era de los duros. Los videojuegos se convirtieron en reyes absolutos del ocio en casa durante muchos años, arrastrando al ostracismo al juego de mesa de toda la vida. Pero fue cuestión de tiempo que los tableros y las fichas se pusieran manos a la obra para tratar de conquistar una vez más a su público.

Y el lavado de cara aplicado durante estos últimos años parece haberle sentado realmente bien a esta industria. El mercado goza de buen músculo y los juegos de mesa han dejado de ser un producto reservado para los más frikis a conseguir vivir la que muchos ya han bautizado como su particular época dorada.

Las cifras pueden dar una idea de la magnitud de este sector. En España se calcula que este mundillo factura unos 90 millones de euros al año. Una cifra que, aunque no ha parado de crecer en los últimos tiempos, queda muy atrás de las de países como Alemania, donde cada año tiene lugar la feria Spieltage de Essen, la más grande del sector y donde se mueven importantes cantidades de dinero en unos pocos días. También abruman los números del conjunto del Viejo Continente, donde el sector mueve 2.200 millones de euros al año.

«En el mundo del ocio, el de las jugueterías y de hobby, el juego de mesa es una de las categorías que más están aumentando en porcentaje», explica Iolanda Zapata, portavoz de Zacatrus, una de las editoras y distribuidoras de juegos de mesa más importantes de nuestro país. Admite esta experta -y gran aficionada a esta fórmula de ocio- que a este bum ha ayudado en gran medida la apuesta de las editoriales, «están haciendo muy buen trabajo y gracias a ello están llegando a España muy buenos juegos». Pero no solo fuera de nuestras fronteras saben ingeniárselas para ofrecer títulos competitivos: «En España también tenemos muy buenos autores de juegos de mesa». Un ejemplo de ello es «Virus», un juego de cartas que lleva ya varios años como uno de los más vendidos en tiendas digitales y tradicionales.

Tampoco le han sentado nada mal al sector los meses de estado de alarma. Zapata reconoce que durante los meses de confinamiento la tienda online experimentó un importante crecimiento. Padres, madres e incluso gente sin hijos apostaban su ocio confinado a los juegos de mesa. Las casas españolas se llenaron de tableros, dados y cartas. Familias que intentaban pasar la pandemia lo mejor posible alrededor de una mesa. Y la nueva normalidad no ha conseguido volver a condenarlos al cajón. Porque muchas tiendas dedicadas a estos juegos admiten que en las últimas semanas por sus puertas ha pasado más de una familia con la intención de pertrecharse con un par de juegos para pasar un posible nuevo confinamiento.

De hecho, la historia parece demostrar que las crisis sientan bastante bien a este sector. Lejos de sufrir con las vacas flacas, los tableros toman oxígeno cuando estos tiempos se aproximan. Y es que, con los peores coletazos de la crisis golpeando a las economías familiares, el ocio más barato es el que sale reforzado. Y lo cierto es que los juegos de mesa son un divertimento no demasiado costoso.

Y para muestra, no hay más que echar la vista atrás y comprobar que los grandes y más conocidos juegos de la historia nacieron, precisamente, en épocas de recesión. El Monopoly, por ejemplo, comenzó a andar su largo y exitoso camino en el crac del 29. Pero no es el único. Porque el Trivial surgió con la crisis del Petróleo, y el Catán -uno de los que más en auge está a día de hoy- se ideó durante la crisis vivida con la reunificación alemana.