Ocho de cada diez hogares españoles tiran alimentos a la basura. La fruta, la verdura y el pan son los que más acaban siendo desechados y los aperitivos, los que menos
13 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El desperdicio de comida sigue imparable. A pesar de la crisis que ha traído consigo el coronavirus, la basura de los españoles sigue colmándose cada día de alimentos. Y las cifras distan mucho de ser las que el planeta lleva años demandando. Porque según datos oficiales, los españoles desperdician más de 1.300 millones de kilos de alimentos y bebidas al año. Ni la pandemia ha conseguido contagiar a la conciencia de los consumidores. Porque a pesar de que la crisis económica se ha establecido entre los ciudadanos, los hogares siguen derrochando una ingente cantidad de comida. Según un informe realizado por Puntronic, ocho de cada diez afirman que tiran alguna vianda al cubo. El 70 % de los encuestados admitió que lo que más desechaban eran frutas y verduras, aunque también el pan duro es uno de los productos más desperdiciados (la mitad de los españoles admiten hacerlo). «Algo realmente sorprendente, ya que todos estos alimentos se pueden congelar, tanto las frutas como las verduras no pierden sus vitaminas ni propiedades en este proceso», explican los responsables del estudio.
Al otro lado de la balanza se sitúan los aperitivos y dulces. Las golosinas, patatas fritas y demás viandas son las menos desechadas en los hogares españoles, solo uno de cada diez admitió tirar alguno de estos productos. También sobreviven bastante bien al derroche la pasta y las legumbres, que solo acaban desperdiciando un 23 % de los consumidores.
El olvido es el peor amigo de las despensas patrias. Lo admiten seis de cada diez hogares, que aseguran que el desperdicio de alimentos viene dado, básicamente por descuidos: se habían olvidado de que tenían algo guardado en la nevera y cuando lo recordaban ya no podía consumirse.
Tampoco sienta muy bien al despilfarro la tendencia de algunos hogares a llenar de más la olla. Porque el 46 % de los encuestados afirmaron que tenían que tirar parte de sus platos porque habían cocinado demasiada cantidad. En nuestra mano está cambiar las cosas.