María Tubío: «El eucalipto gallego no solo se utiliza para pasta de papel»

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Esta coruñesa estudió Políticas, formó parte del Consello Regulador do Mexillón de Galicia y lleva varios años al frente de la planta pontevedresa del Grupo Nefab, una multinacional sueca dedicada a la fabricación de embalajes industriales. La pandemia les obligó a aplicar un ERTE parcial de producción, por la menor demanda de los sectores automovilístico, energético o de telecomunicaciones

12 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

María Tubío Vilasuso (A Coruña, 45 años) se licenció en Ciencias Políticas y de la Administración, realizó un máster en comercio exterior y un triple máster en prevención de riesgos laborales, y completó su formación con cursos de materias diversas, desde análisis financiero a gestión de proyectos. Su trayectoria laboral arrancó en un cocedero de mejillones, con la misión de elaborar un estudio de mercado para la internacionalización de la empresa, y de ahí llegó al Consello Regulador do Mexillón de Galicia, en representación de los procesadores. Después, y gracias a una ayuda del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) para un proyecto de exportación sectorial, fundó la compañía Muselia Galicia. Tras un parón para ser madre, regresó al mercado laboral, «de forma casual», en una fundación de ayuda al consumidor, y desde hace ocho años trabaja en el Grupo Nefab, una multinacional sueca que fabrica embalajes industriales, ahora como directora de la planta de la compañía en Pontecaldelas.

-El Grupo Nefab es un fabricante de embalaje industrial...

-No solo fabricamos envases y embalajes, sino que ofrecemos soluciones integrales de logística. Nefab es una multinacional sueca; en Pontevedra producimos el tablero que utilizan el resto de unidades del grupo, en todo el mundo, para fabricar los embalajes. El tronco del eucalipto es nuestra materia prima, y para el resto de unidades del grupo, la materia prima es el tablero contrachapado que fabricamos aquí.

-El nombre de Nefab se asocia a la «economía verde».

-Hace varios años que se instalaron placas solares, a través de una ayuda de la Xunta, para generar la energía que se utiliza en el proceso productivo. Llegan los troncos de eucalipto y se descortezan, y esa corteza se quema en la caldera y se utiliza para generar energía (tenemos consumo eléctrico porque no es suficiente). Es un torno, como un afilalápices gigante, del que salen las láminas que conformarán el tablero. La parte central del tronco también se vende, para leña y otros usos, por lo que no existe desperdicio de materia prima [...]. Me parece importante poner en valor que el eucalipto que se produce en Galicia no solo se utiliza para hacer pasta de papel.

-¿Toda su producción va para las otras unidades del grupo?

-El porcentaje de venta externa es pequeño, aunque se está incrementando por la dificultad de competir con otros mercados internacionales, debido al precio de la madera en Galicia. Exportábamos mucho tablero a Eslovaquia y estamos exportando mucho menos, debido a que ha bajado el precio del tablero ruso de abedul, y no somos capaces de competir en los costes de transporte. El precio de la materia prima es un hándicap que nos sitúa en situación de desventaja competitiva respecto a otros países.

-¿Cómo les ha afectado la pandemia?

-Uno de nuestros principales clientes es la industria de aparataje médico sanitario, que tuvo un pequeño repunte cuando empezó la pandemia. Pero el sector aeronáutico o el automovilístico se han visto muy resentidos. A nivel organizativo, en la fábrica tomamos medidas drásticas muy pronto. Somos una plantilla fija de 41 personas, y ahora estamos en un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) parcial de producción (trabajamos de lunes a jueves, el viernes no producimos), por esa dificultad de competir en mercados externos, que se ha agudizado ahora, porque todos los clientes de automoción, del sector energético o de telecomunicaciones han visto reducidas sus ventas y, por tanto, la compra de embalajes es menor.

-¿Ha frenado proyectos?

-A corto plazo, hemos reducido la producción un 30 %, pero mantenemos un proyecto de innovación, con apoyo técnico de la Xunta, que teníamos a un año y media vista. Es importante no quedarte en la indefinición del momento y seguir avanzando.

«Estudié en un colegio laico fundado por cuatro mujeres en pleno franquismo»

 Ni antes en el sector marisquero, ni ahora en el forestal, ambos «predominantemente masculinos», se ha sentido discriminada por ser mujer. «No soy representativa de la realidad social -sostiene María-. Estudié en un colegio laico fundado por cuatro mujeres en pleno franquismo [Eirís, en la ciudad de A Coruña], y siempre nos inculcaron, sin adoctrinamiento de ningún tipo, el valor del esfuerzo, el trabajo y la constancia». «Quitando pequeños detalles, no he sentido que mi profesionalidad se viese limitada por prejuicios de compañeros ni de jefes. A lo mejor soy una afortunada en ese sentido, porque sí se ven ese tipo de situaciones», comenta.

-Al aludir a una multinacional sueca a todos nos viene a la mente la misma...

-Sí, y el repunte del Grupo Nefab tiene mucho que ver con el éxito de Ikea, que se caracteriza por transportar muchísimos muebles utilizando poco espacio. Y nuestras cajas tienen una tapa de madera con un perfil de acero, la parte de abajo de la tapa es igual que la tapa, y la tapa se pliega sobre sí misma, por lo que puedes transportar un montón de embalajes en poco espacio.

-¿Sabe cómo se ideó?

-La empresa nació en un pueblecito de Suecia, el principal cliente era Siemens y pretendía que se deslocalizase para que se fabricasen los embalajes cerca de los centros de Siemens. Y lo que se hizo fue adaptar el producto para poder transportar un mayor número de embalajes y no deslocalizar la fábrica.

-¿Desde cuándo opera el Grupo Nefab en Pontevedra?

-La fábrica fue fundada por Jaime Paz en la década de los 70 del siglo pasado, posteriormente fue adquirida por el Grupo Coren y se denominó Intensa. En el año 2000 la compra el Grupo Ence y pasa a llamarse Eucalipto de Pontevedra; y desde el 2008 pertenece al Grupo Nefab, con la denominación social actual de Nefab Pontevedra S. L.

-¿Qué expectativas ve para el sector forestal?

-Es verdad que estamos en un momento de incertidumbre, no solamente en nuestro sector, sino en la sociedad en general. Estamos todos a la expectativa de lo que pase, pero las asociaciones y los organismos del sector forestal siguen trabajando en el largo plazo, y creo que eso es algo muy importante.