En el fondo, lo importante es el uso

Ivonne Pousa RESPONSABLE DE BANCO MEDIOLANUM EN LA ZONA NORTE DE ESPAÑA

MERCADOS

31 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tener el mejor producto no siempre es garantía de éxito. Tener el coche más rápido no es la opción idónea si solamente lo uso para circular por la ciudad. Del mismo modo, tener las mejores acuarelas no convierte a nadie en un gran pintor. ¿Significa esto que el coche ya no sea el más rápido? ¿O que las acuarelas hayan perdido calidad? Obviamente no, tan solo implica que no hemos utilizado el producto más adecuado para cada ocasión ni de la forma más correcta. En el primer caso, sería mejor tener un utilitario y, en el segundo, quizás hubiera sido más recomendable empezar nuestro aprendizaje con acuarelas para principiantes.

Por lo tanto, lo más lógico es utilizar los productos más apropiados de la forma adecuada para alcanzar nuestros objetivos, pues no siempre los mejores productos dan los mejores resultados, sobre todo si se utilizan mal o con una estrategia errónea. De hecho, hay ejemplos clamorosos de ello en el mundo de la inversión en los que, incluso con un producto buenísimo, los inversores han acabado perdiendo dinero. Y todo ello porque lo han usado de forma incorrecta. Es algo que sucede muchas veces en el mundo de las finanzas, donde a veces se pone el foco únicamente en la herramienta, en el producto, y luego llegan las decepciones cuando no se cumplen las expectativas desatadas.

De ahí la importancia de contar con un buen asesoramiento y una estrategia que sean capaces de analizar las necesidades individuales y recomendar el producto que más se adecúe a cada situación, cada persona y cada objetivo concretos. Un asesoramiento y una estrategia que tienen que ayudarnos a usar de la mejor manera posible cada herramienta. Como, por ejemplo, los fondos de inversión.

A lo largo de mi carrera profesional me he encontrado con muchos clientes que han tenido malas experiencias con los fondos de inversión. Sin embargo, desde mi punto de vista, se trata de uno de los productos financieros más adecuados para conseguir muchos de los objetivos económicos que habitualmente nos plantean los clientes. ¿Y por qué considero que son tan útiles? En primer lugar, porque los fondos ofrecen (de hecho, están obligados por la normativa) una gran diversificación, por lo que podremos participar en decenas, cientos o miles de las mejores empresas de todo el mundo de forma asequible (si quisiéramos comprar directamente acciones de esas mismas compañías, tendríamos unos costes de adquisición tan altos que serían inaccesibles para la mayoría).

Además, en los fondos contamos con la gestión profesional de los gestores de fondos, los profesionales especializados que se ocupan del día a día de la cartera del fondo. La fiscalidad es otra de las bondades del producto, ya que no se paga por los beneficios hasta que se consolidan las ganancias, incluso aunque te cambies de un fondo a otro. Esto es, puedes estar invertido en uno o varios fondos diez años sin que tengas que pagar impuestos hasta que vendas con beneficios. La liquidez de estos productos también es un aspecto a destacar, ya que se pueden vender en cualquier momento si hubiera necesidad de ello, y esto siempre aporta tranquilidad.

Los fondos, además, pueden incorporar servicios como los sistemas de aportaciones periódicas, la consolidación o reinversión de beneficios, para ajustarse aún más a las estrategias definidas por cada inversor.

Por último, también debemos tener en cuenta que se trata de productos seguros. A diferencia de otros productos bancarios, los fondos de inversión están fuera del balance de los bancos, por lo que nuestro dinero estará seguro, aunque la entidad tenga problemas. El patrimonio de los fondos es de los partícipes (los ahorradores) y no del banco.

Como acabamos de ver, se trata de productos versátiles, adaptables y capaces de responder a diferentes necesidades de ahorro o inversión. En este sentido es importante conocer el horizonte temporal para el que utilizamos el fondo. Si nuestro objetivo es a largo plazo, lo lógico es utilizar un fondo de largo plazo, pero si vamos a necesitar el dinero en poco tiempo, lo recomendable es usar un fondo apropiado para ello. Estas premisas parecen lógicas y, sin embargo, muchas veces hemos visto como los ahorradores invierten en fondos siguiendo las modas del momento y no sus propias necesidades.

No olvidemos que por muy bueno que creamos que es un fondo o por muy bien que lo haya hecho en el pasado, esto no quiere decir que sea lo que necesitamos o lo más adecuado para nosotros. Un error habitual, por ejemplo, es lo que se llama efecto retrovisor, es decir, seleccionar un fondo por su comportamiento anterior… lo que sería igual que conducir usando solo el espejo retrovisor…

Recordemos que los fondos no son ni productos milagro ni instrumentos para hacer trading, sino herramientas que utilizar para construir una planificación financiera adecuada a nuestras necesidades y nuestros objetivos. Son un medio que nos ayuda en la estrategia que definimos para alcanzar nuestros objetivos, pero no son un fin en sí mismo. Y tanto en la definición de la estrategia como en la selección de las herramientas es clave el asesoramiento de un profesional.

En sí mismos, los fondos son productos muy interesantes y con características muy positivas para conseguir los objetivos económicos de cualquier cliente, pero, eso sí, siempre que se utilicen de la forma correcta, teniendo claro qué objetivo y qué meta nos ayudarán a alcanzar.

Por todo ello, es importante recordar que no es necesario comprarse el coche más rápido si solo lo necesitamos para desplazarnos por la ciudad, y que las mejores acuarelas no nos convertirán en grandes pintores, porque, recordemos, lo importante no es el producto, sino la forma en que lo utilizamos.