La firma lucense ha adoptado un plan especial en plena pandemia para poder gestionar los residuos en las granjas y en la industria agroalimentaria
19 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Plantilla propia, proveedores, industria alimentaria, clientes, instituciones... Son los destinatarios del plan extraordinario puesto en marcha por Agroamb, la firma lucense especializada en la valorización de residuos, para hacer frente a la emergencia sanitaria desencadenada por el COVID-19. No es para menos, sobre todo por la magnitud que representa este grupo industrial vinculado al sector primario, la agricultura y la ganadería, pero especialmente significado por su compromiso innovador que le ha llevado a crecer hasta convertirse en uno de los principales grupos industriales articulado en torno al rural gallego y de reconocido prestigio internacional.
Agroamb se ha reforzado con la implantación de medidas que le permiten continuar con su actividad sin que el frenazo productivo originado por la pandemia afecte ni a sus procesos ni a los servicios que presta a proveedores y terceros.
Porque su ámbito de actuación es amplio. Fertilizantes, gestión y valorización de residuos orgánicos agrarios para dar servicio a explotaciones agrarias y ganaderas y a grandes industrias agroalimentarias, producción de forraje y prestación de servicios avanzados a los segmentos a los que se dirige forman los cuatro pilares en los que se sustenta la actividad del grupo familiar bajo la gerencia de Severiano Ónega, hijo del fundador.
En este sentido y en un escenario tan extraordinario como el impuesto por la epidemia, la compañía ha reformulado sus estrategia. Para ello, ha diseñado planes de actuación que abarcan todas las áreas de trabajo. La principal, su propio centro productivo y su plantilla, para el que ha implantado un plan de seguridad y salud de sus empleados. Unos cambios que se implementaron incluso antes de que se declarase el estado de alarma, informan fuentes de la firma. Teletrabajo para aquellas secciones que tuviesen cabida en esta modalidad y cambio de horarios para evitar contagios, reestructurando la actividad en dos nuevos turnos de trabajo y un tercero de retén han permitido que Agroamb mantengan la operatividad de sus líneas de negocio casi intactas.
Si algo ha resultado esencial en este rápido proceso ha sido la intensa campaña de información, formación y sensibilización orientada a mantener una estrategia activa de difusión sobre el impacto y la evolución del COVID-19 y para reforzar la importancia que tiene mantener las medidas higiénico-sanitarias necesarias entre cada uno de los eslabones que conforman la plantilla. Se concibe como un ideario colectivo, como la única manera capaz de garantizar la continuidad de los procesos empresariales en las circunstancias actuales.
El gerente de Agroamb, Severiano Ónega, señaló en este sentido que «si hoy estamos en condiciones de poder continuar prestando nuestros servicios es porque nuestro personal ha vuelto a demostrar su dedicación y compromiso con el proyecto», una situación en la que reconoce la empatía que ha recibido y subrayó que es «en los contextos adversos cuando se ve si un equipo funciona de verdad», algo de lo que se ha mostrado especialmente satisfecho «en estas últimas semanas».
Si el grupo industrial ha puesto en marcha medidas de limpieza y desinfección acordes con las exigencias sanitarias del momento en todas sus instalaciones, una práctica similar ha diseñado para las áreas destinadas a los proveedores con la habilitación de espacios para la higiene personal. También les proporciona dispensadores portátiles desinfectantes para la limpieza de herramientas y otros útiles propios de la actividad que ejercen quienes suministran a las distintas divisiones del grupo.
Otra de las intervenciones diseñadas para este grupo está relacionada con la habilitación de una zona específica para que los transportistas que acceden a la planta de la firma puedan comer o hacer uso de sus sanitarios.
Sobre este colectivo, el gerente Severiano Ónega señaló que «sabemos que para nosotros representa una pieza esencial, ya que son la correa de transmisión que nos permite tanto desarrollar nuestra actividad como para hacer llegar nuestros productos a nuestros clientes».
Precisamente en relación a este público, Agroamb destaca que el trabajo que están desarrollando es esencial para superar la emergencia derivada del impacto del COVID-19. En ese sentido, la firma pone en valor el decisivo papel, en opinión de Ónega, de la recogida y tratamiento de residuos, en la medida en que este proceso es esencial para garantizar el abastecimiento en el ámbito agroalimentario y para asegurar el correcto funcionamiento de las depuradoras de aguas residuales en contextos de máximo consumo.
Clientes
A este respecto, la empresa lucense ha reforzado el servicio que presta a firmas de la industria agroalimentaria, ya que, si no se llevase a cabo una retirada adecuada y frecuente de los residuos, este sector podría resentirse en la producción de alimentos al impedir o retrasar este proceso.
Por otra parte, las depuradoras también se encuentran al límite de su capacidad ante el incremento de uso de agua en el ámbito doméstico provocado por el confinamiento obligatorio.
En este sentido, el gerente de Agroamb también agradece su confianza al conjunto de clientes de la compañía. «Desde el pequeño agricultor o ganadero de nuestro entorno hasta las grandes firmas para las que trabajamos», porque «todos somos conscientes de que superar esta situación requiere una suma de esfuerzos individuales que, juntos, conforman una respuesta unánime».
Por último, Agroamb también ha redoblado su colaboración con la comunidad local y, en este contexto, ha donado equipos de protección individual a ayuntamientos de la zona especialmente destinados a la atención domiciliaria de personas mayores, uno de los colectivos de población más vulnerables en esta crisis.
El grupo industrial ha modificado su estructura productiva con horarios de trabajo adaptados
Las medidas de higiene afectan tanto a la plantilla propia como a los proveedores de la empresa
EL plan de choque le ha permitido continuar con la actividad pese al brusco parón de la economía