Sigillum vela por la seguridad, sostenibilidad y reputación de la moda

Tamara Montero
Tamara Montero REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Sandra Alonso

Nacida en los laboratorios de Química de la USC, conoce las normativas de 60 países, asesora en los controles y diseña estrategias de sostenibilidad

24 mar 2020 . Actualizado a las 20:27 h.

Para cualquier artículo de consumo está muy regulado cómo puede fabricarse, qué tipo de sustancias se pueden utilizar, a qué niveles e incluso según la edad de la persona consumidora. Una parte importante del conocimiento necesario para interpretar y asesorar sobre la aplicación de estas regulaciones pertenece al ámbito de la Química, especialmente en lo que tiene que ver con el textil. Hace años, desde el grupo del profesor Javier Sardina, de la Universidade de Santiago, comenzaron a desarrollar proyectos con empresas del ámbito textil sobre salud y seguridad del producto. Ese fue el germen de Sigillum, una spin off que se constituyó en el año 2018 y que se dedica a «ayudar a que nuestros clientes sean más competitivos y a proteger su reputación».

 Lo explica Sonia Martínez Arca, que se incorporó como CEO al proyecto cuando el conocimiento generado en los laboratorios de la USC se convirtió en una empresa. Primero, conocen la regulación de más de sesenta mercados, que abarca prácticamente todos los principales. «No es un tema baladí, porque sobre todo para las empresas que operan en muchos países, no es fácil estar al tanto de la regulación que opera en cada uno de ellos, sobre todo porque va evolucionando», argumenta.

Sigillum también asesora en la implantación de los controles necesarios en toda la cadena de producción para asegurar que van a cumplir con la regulación de todos los mercados en los que vende. «Hay que conocer todas las regulaciones, integrar todo el conocimiento y hacerlo compatible con el proceso de producción» para que no sea excesivamente complicado y por lo tanto poco rentable, y además, asesorarlos en la implantación de posibles cambios.

La consultoría de Sigillum sirve para asegurarse de que los productos que se fabrican son seguros y por lo tanto no se van a producir retiradas del mercado, «algo que ocurre todos los días y que aparte de los costes económicos tiene un coste reputacional muy alto».

Además, el año pasado abrieron una nueva área en el ámbito de la sostenibilidad. «Más que una tendencia, es ya una obligación», subraya Martínez Arca, que ha notado un cambio en las empresas, que ahora reflexionan sobre esta cuestión. «Como esto también tiene una base científica importante, pensamos que era un campo en el que podíamos prestar servicios» ayudando a las empresas desde esa perspectiva del conocimiento científico-técnico, alrededor de la parte química y muy adaptado a la realidad de la empresa para así «establecer una estrategia de sostenibilidad en toda la cadena de valor». En el caso de la moda desde el diseño, la elección de materias primas, el proceso de manufactura, logística de venta, el uso y el fin de vida de los productos y su reciclaje y reutilización.

Fruto de esta nueva línea ha nacido la alianza estratégica con T2T, que gestiona producciones para los grandes retailers de moda y conoce muy bien la compleja cadena de valor de esta industria. «Han hecho la reflexión de que como proveedores tenían que hacer un cambio en su mentalidad y empezar a ser más sostenibles» y necesitaban una guía en ese proceso. «Nos dimos cuenta de que podíamos intentar tener un impacto que trascendiera y tratar de trasladar esto a su cadena de proveedores e incluso a otras empresas», siempre con la filosofía de que la sostenibilidad tiene que ser compatible con la rentabilidad.