La moto barata, limpia y fácil de cargar

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

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Un emprendedor gallego es uno de los fundadores de Velca, una compañía de vehículos eléctricos de gran autonomía y sencillo uso. Parecen convencionales, pero además de su bajo consumo, apenas necesitan mantenimiento

22 mar 2020 . Actualizado a las 08:22 h.

Llevan apenas tres semanas vendiendo sus vehículos y, como todas las empresas, han visto frenado su negocio por la crisis del coronavirus. Con todo, las sensaciones del equipo de Velca no pueden ser mejores. Esta startup nació de la idea de Emilio Froján. Este gallego de Caldas de Reis tenía mucho recorrido hecho porque durante dos años desempeñó un importante cargo en la primera startup de patinetes compartidos de Europa. «Empezaron a producir decenas de miles de vehículos y me pusieron al frente del centro de producción para el sur de Europa, que tenía su sede en Madrid». Ese fue uno de sus grandes aprendizajes, pero fue la incertidumbre sobre este tipo de vehículos la que le hizo emprender. «En ese momento estaba en Alemania y allí era todo muy excitante porque crecíamos mucho, pero cuando venía a España estaba todo parado, sin regulación», apunta.

Entonces nació Velca, la marca española de motos cien por cien eléctricas. «La diferencia con una moto de combustión es que tiene motor eléctrico. Por lo tanto, consume unos 30 céntimos a los 100 kilómetros, en lugar de cinco euros. Tampoco requiere cambios de filtros de aire o aceite o de piezas anticongelantes. El mantenimiento es más limpio». Ellos, un equipo de 16 personas, se han subido a la ola buena. De las 200.000 motos que se matricularon el año pasado en España, el 6,5 % eran eléctricas. «Fue un crecimiento del 90 % con respecto al 2018. Creemos que es el vehículo que va a liderar la transición de la electrificación de la flota», dice este gallego nacido en 1991.

Uno de los puntos a favor de las motos de Velca tiene que ver con su facilidad de carga: «Tarda cinco horas y se puede hacer en un enchufe doméstico. La batería es extraíble, se saca fácilmente y te la llevas como un maletín, como un ordenador portátil», comenta.

Ahora mismo, esta joven marca, con sede en Madrid, tiene tres modelos a la venta: Tramontana, Bora y Calima. Tienen, según la opción, una autonomía de hasta 120 kilómetros y el diseño está cuidado al detalle. «Vimos que los usuarios criticaban que este tipo de motos tienen un diseño muy futurista, que les parecen feas. Las nuestras están inspiradas en la Italia de los 50 y 60 y, para elegir los colores, nos fijamos en las colecciones de moda».

Otro de los factores que atrae a sus clientes tiene que ver con las tasas. En prácticamente todos los ayuntamientos está bonificado el impuesto de circulación. Por el momento, las motos están disponibles para su prueba en Madrid, pero cuando termine la crisis del coronavirus, piensan hacer una visita a Galicia, donde tienen un gran número de interesados. «Tenemos una lista de espera de 400 personas en todo el país. Me parece esencial que los clientes las prueben. Podemos operar, eso sí, en toda España. Enviamos la moto a domicilio con un especialista. La mandamos en una furgoneta eco y el experto le explica al comprador cómo funciona, trucos de mantenimiento o incluso, si necesita ayuda con la matriculación, se la gestionamos nosotros».

Velca se encarga por el momento del mantenimiento de sus motos, pero están ya en negociaciones con grandes franquicias de talleres para cubrir el servicio en cualquier lugar de la geografía. «Las motos las fabricamos en China. Allí tenemos un partner que ejecuta el proceso. Allí tienen la industria más desarrollada en estos vehículos y también en baterías». El diseño corre a cargo del equipo de Velca en Madrid, así como el márketing y todo lo que tiene que ver con el negocio. «Cuando me fui de mi anterior empresa, le ofrecí a los empleados que tenían algún cargo de coordinación venirse conmigo y les permití ser socios en el proyecto. Es un lujo tenerles. También tenemos la ventaja de venir del sector de la movilidad verde. Nuestro único problema ahora es el coronavirus», sentencia.