La refinería gallega que lleva aceite a casi cincuenta países

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE / LA VOZ

MERCADOS

Santi M. Amil

Aceites Abril se consolida como líder en las preferencias del mercado gallego. Las nuevas instalaciones supusieron un salto de calidad al permitirles refinar el producto y abaratar los costes

09 feb 2020 . Actualizado a las 05:13 h.

Lejos, muy lejos de los centros de producción de aceituna, es posible realizar un producto competitivo y que cada vez está presente en más mercados. La empresa familiar ourensana Aceites Abril es el ejemplo. De su crecimiento en los últimos años dan muestra los datos económicos -la facturación anual, según los datos del Registro Mercantil, se mueve en los últimos dos años por encima de los 200 millones de euros-, pero también las nuevas instalaciones. Inauguradas en el año 2015, supusieron un punto de inflexión para la compañía de la familia Pérez Canal al contar con la primera refinería de Galicia. «La ampliación de las instalaciones supuso una integración vertical de nuestro proceso para aportar más valor a nuestros clientes, tanto al consumidor final como al cliente industrial. Nos permitió no solo comprarlo, envasarlo y distribuirlo, sino también refinarlo», explica Elena Pérez Canal, directora de márketing de la firma. Pueden refinar 400 toneladas para rebajar los costes y vender el aceite a un precio más asequible.

Esa apuesta se ha traducido en una buena valoración y aceptación de los clientes, especialmente en el mercado gallego. Según un estudio de Nielsen, Aceites Abril es el fabricante líder en ventas en Galicia durante el año 2019 en aceite de oliva. Este mismo informe deja claro que, para los hogares gallegos, Abril es la marca preferida en el 94 % de las categorías del aceite, entre las que se incluyen las más vendidas como la suave o virgen extra.

Pero su crecimiento en producción -la compañía cerró el último año con 165 millones de litros- no se entiende solo de puertas para adentro. Aceites Abril está presente en 45 países. Portugal es el principal mercado en el exterior, pero también están presentes en lugares tan dispares como Francia, Inglaterra, Arabia Saudí o Estados Unidos. Pese a trabas como los aranceles impuestos por Trump, la firma gallega quiere aumentar su cuota de exportación, que está en torno al 22 %.

La innovación más que sobre el producto llega en formatos y en packaging. En este sentido, Abril trabaja para que sus botellas sean aún más opacas y también recuperaron en determinadas líneas el formato en caja. Otra de sus apuestas pasa por fomentar una cultura de maridaje similar a la que ya existe en el mundo del vino. En esta línea, tienen un acuerdo con el colectivo de chefs Cociña Ourense para la introducción de monovarietales en platos de alta cocina. 

Colleita Propia, recogida en los campos gallegos, no deja de crecer

No es la principal vía de negocio, pero es sin duda la niña mimada de la compañía familiar ourensana. Colleita Propia es el aceite de oliva que elaboran desde hace siete años y que se nutre exclusivamente de aceituna que se cultiva y se recoge, mediante el tradicional arte del vareo, en los montes gallegos. En la última cosecha han salido 9.000 botellas numeradas y amparadas por la Asociación de Productores de Aceite e Aceituna de Galicia (APAG). Para alcanzar esa cifra fue necesario recoger 45.000 kilos de aceituna, para lo que Aceites Abril se nutre de un centenar de agricultores que tienen fidelizados y que les aportan su producción. La materia prima se localiza en el sur de las provincias de Ourense y Pontevedra, y también algo en zonas de Lugo.

La apuesta por el aceite gallego también llega al envase final. El producto gourmet de Aceites Abril se ha trasladado al formato de 500 mililitros. «Hemos cambiado la botella, porque creemos que este oro líquido merece vestirse como debe. Se trata de una botella serigrafiada con símbolos de la gastronomía gallega. Por ejemplo, se aprecia un pulpo muy característico de Galicia que representa la unión de la tierra y del mar», explica la directora de márketing de Aceites Abril, Elena Pérez Canal. Su sabor, explica, está influenciado por «el clima atlántico con una entrada en boca suave y picor moderado y equilibrado, con su sabor afrutado».

 

Santi M. Amil

ELENA PÉREZ CANAL DIRECTORA DE MÁRKETING DE ACEITES ABRIL

«Convertimos en una fortaleza estar lejos de los centros de producción»

Elena Pérez Canal, directora de márketing de Aceites Abril, explica que la empresa familiar llegó al aceite de casualidad, pero que los pasos dados les han permitido convertirse en un referente en Galicia.

—¿Sigue sorprendiendo a los distribuidores que una empresa gallega sea tan fuerte en el sector?

—En el aceite de oliva nuestra empresa familiar comenzó casi de forma fortuita. Estábamos en la compra de vino y fue mi padre el que fue a un molino de aceite en Toledo a comprar las uvas y, en un momento dado, le ofrecieron las aceitunas. Y así comenzamos, pero siempre digo que lo que pudo ser una debilidad como es estar lejos de los centros de producción se convirtió en una fortaleza. Nos ha permitido estar cerca, por ejemplo, de la industria conservera y de los puertos para la exportación, que es un pilar básico para nosotros, porque el 22 % de nuestra producción se va para fuera.

—¿La apuesta por el aceite gallego irá a más en el futuro?

—Es un proyecto romántico y muy ambicioso que cada año va creciendo más. Es un aceite que tenemos que poner en valor, porque la peculiaridad que tiene es que como se recoge y se cosecha muy temprano, solo tiene un 13 % de rendimiento. Hay que poner muy en valor este dato, porque se trata de un aceite muy selecto. La producción está avalada por un sello de garantía que es un primer paso, aunque todavía muy lejano, para lograr una denominación de origen gallega.