Un turismo convertido en aula del mar

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

cedida

Dos jóvenes emprendedores gallegos han encontrado en nuestra costa un nuevo modelo de turismo que defiende la tradición y el patrimonio. Marineros y mariscadores enseñan a los visitantes cómo trabajan y ponen en valor los tesoros del litoral de la comunidad

01 ene 2020 . Actualizado a las 23:57 h.

Ofrecen experiencias reales para el turismo de todo el mundo en un escenario de casi 1.500 kilómetros. Bluscus trabaja desde Ribadeo hasta A Guarda animando a sus clientes a que se sumerjan en el mundo del mar. No en un mundo solo de visitas de playa, sino en ese en el que los visitantes recogen marisco, navegan por las rías o cocinan el pescado. Ellos ofrecen a través de su plataforma experiencias de turismo marinero.

Bluscus nació en el 2014. Es el proyecto de Pablo Mariño, un vigués con raíces y corazón de Ribeira, y del coruñés Jacobo Camba. Ellos empezaron a forjar su empresa cuando se conocieron en Lisboa, a donde llegaron en diferentes etapas como promotores de la Cámara de Comercio de A Coruña. Allí se dieron cuenta de todo lo que podía ofrecer Galicia a través de un turismo poco convencional. «Queríamos que Bluscus se viese como algo de raíces, de patrimonio», dice Mariño. «El planteamiento inicial era una web de experiencias náuticas y gastronómicas a nivel ecommerce. Desde esa previsión inicial fuimos haciendo algo más local y más real», añade Camba.

Su startup es a día de hoy una plataforma que comercializa un ciclo, «desde que se pesca hasta que se degusta».

Entre sus opciones está vivir el día a día de los trabajadores del mar a través de su punto de vista. «Son ellos los que lo cuentan. Trabajamos con grupos reducidos. Queremos que tengan una experiencia auténtica, que sepan cómo trabaja esta gente. Por ejemplo, acompañamos a los barcos marineros desde otra embarcación. Sin ser invasivos, nos explican su trabajo o cuánto tiempo emplean en el proceso», cuenta Pablo Mariño.

Se dirigen a ese tipo de viajero que busca vivir y sentir la auténtica cultura de un lugar. «La verdad es que alucinan. La gente de aquí nos dice que tampoco hagamos tanta promoción que a ver si se va a fastidiar la costa. Nosotros fomentamos el respeto. Nos interesa mantener el patrimonio», dice Camba. El suyo es además un producto en constante movimiento que los ha llevado incluso a asesorar al turismo de un lugar como la localidad alicantina de Torrevieja, que también quiere poner en valor el sector pesquero. «Es un turismo que regenera las zonas, tiene en cuenta al sector. Allí, por ejemplo, la pesca está en declive, quieren darle más recursos para el visitante. En Galicia son inmensos. Si lo tenemos, vamos a enseñarlo. ¿Cómo se recogen las almejas? A la gente le interesa saberlo», comenta Mariño.

Sus visitantes son sobre todo nacionales. Los internacionales llegan a través de turoperadores, pero también les sorprende que en muchas ocasiones los más interesados no están demasiado lejos. «Nos sorprendió la aceptación local. Mucha gente de Galicia no sabe cómo se trabaja en el mar», dice Jacobo Camba. Una oferta que exige constante innovación. La de llegar a los clientes y la de generar productos. Trabajan también con grupos de amigos o empresas que quieren, por ejemplo, hacer talleres de cocina. «Compramos el producto en la lonja y después lo preparamos», explica Pablo Mariño. Ahora, junto a Rocío Gómez, están desarrollando experiencias inclusivas. «Si no ves, puedes sentir el mar de cerca, tocar la arena. Las experiencias tienen que ser para todos». Fomentan además el respeto y la ecología, mientras intentan convencer a cada vez más personas del sector para que añadan a su día a día la puesta en valor de su trabajo. «Hay asociaciones que surgen de las cofradías y personas particulares que lo entienden y ven opciones. Por ejemplo, el Chasula, un antiguo barco del cerco que ahora es un aula del mar», apunta Pablo. Un trabajo al que la meteorología no siempre condiciona. «El pasado lunes llovió y estuvieron 40 personas recogiendo marisco. Ese también es el trabajo en el mar».