-¿Qué es lo más difícil del papel de mediador?
-Cuando las partes se enrocan en algo y ves que no avanza, que se da un paso adelante y se retroceden tres. Las sesiones son cansadísimas, tienes que estar con todos los sentidos a tope, puestos en las dos partes, evitar que uno piense que estás empatizando más con el otro, mirarlos a los dos por igual... Nadie es cien por cien imparcial, pero tienes que trabajarlo muchísimo para por lo menos parecer que lo eres.
Mucho deporte, para no pensar
A Adela Fernández le gusta hacer deporte: «Me distraigo y no pienso mucho». En especial, el senderismo de largo recorrido: «El poco tiempo que tengo camino muchísimo, rutas de 40 o 50 kilómetros [en una única jornada]». La senda de la Costa Ártabra, el itinerario Terras de Cedeira [hasta San Andrés de Teixido] o la ruta del río Belelle (Neda) figuran en su personal lista de retos como caminante. Por semana alterna el «spinning» y el «crossfit» y en los viajes de trabajo procura alojarse en un hotel con gimnasio y antes de iniciar la jornada se sube a la bicicleta elíptica durante una hora. También le gusta viajar y le apasiona la nutrición. «Soy muy constante, en el ejercicio y en la alimentación, leo las etiquetas de los productos en los supermercados [ríe] y hasta mi abuela, con 86 años, me consulta, y ha empezado a comer chía o quinoa». Su rincón favorito es el mirador del monte de San Antón de Corveiro, en Cedeira, «por una puesta de sol única que te permite desconectar, relajarte y cargar pilas».