Thermomix, el declive de un icono culinario

Patricia Baelo BERLÍN / LA VOZ

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El fabricante de la Thermomix recorta producción en Alemania por la crisis de ventas en Europa y se la lleva a China, donde este popular robot ha ido ganando seguidores

08 ago 2019 . Actualizado a las 10:13 h.

A lo largo de las últimas décadas, más de 150.000 hogares españoles y cinco millones en todo el mundo han caído rendidos a los pies del robot de cocina más completo y sofisticado. La Thermomix, fabricada en Alemania en los años 60 por la empresa suiza Vorwerk, es capaz de mezclar, triturar, pesar, cocer al vapor y hasta amasar. Sin embargo, pese a que acaba de inaugurar en Bilbao su primera tienda física en España, atraviesa una crisis tanto en su tierra natal como en el resto del continente europeo.

El año pasado, el volumen de negocio de Vorwerk se redujo en un 4 %, hasta los 2.800 millones de euros. Aunque su producto más exitoso sigue siendo la Thermomix, que representa el 39 % de las ventas. Especialmente tras el lanzamiento a principios de año de su último modelo, bautizado como TM6, por un precio de 1.359 euros. Ello le valió al fabricante una avalancha de críticas de parte de los consumidores, que habían pasado un lustro esperando una actualización.

«Hemos ascendido a una liga superior», aseguró orgullosa la empresa, que había visto cómo las ventas de la Thermomix se desplomaban casi un 13 % en el 2017. «¿Por qué no informaron de que en los próximos meses saldría al mercado una nueva? La TM5, por la que pagué mucho dinero hace dos meses, será el primer y el último de vuestros productos que compre», protestaban clientes en las redes sociales. La compañía se limitó a ofrecer a aquellos que habían adquirido el modelo anterior entre el 20 de febrero y el 8 de marzo la posibilidad de canjearlo por el TM6.

Muchos consumidores iniciaron una campaña en Facebook bajo el título Demanda conjunta a Thermomix, que en apenas unos días recibió más de 1.400 Me gusta. Este episodio supuso la gota que colma el vaso, y representa el fracaso estratégico de una empresa que logró crear el primer electrodoméstico completamente digital y que con el tiempo se ha olvidado de lo más importante: cuidar a sus clientes y, sobre todo, modernizar su costosa estructura comercial. Al igual que la firma de aspiradoras alemanas Kobold, Vorwerk lleva años costeando más de 40.000 representantes en 70 países.

 La demanda de la TM6 sigue aumentando, asegura la cúpula de Vorwerk, que aspira a cerrar el 2019 con ganancias por primera vez tras dos años de pérdidas. Eso sí, solo gracias al mercado chino, donde la empresa prácticamente duplicó su volumen de negocio el año pasado, superando los cien millones de euros. De ahí que el fabricante haya decidido reducir la producción en la ciudad alemana de Wuppertal, lo que llevará a recortar entre 200 y 2.500 puestos de trabajo, para abrir a finales de año una nueva planta en Shanghái que abastezca al gigante asiático.

«Las posibilidades de verdadero crecimiento yacen ahora en Asia», explicó el jefe del comité de empresa, Ralf Hüttemann. El motivo de la creciente demanda de la Thermomix en China, casi un 100 % en el 2018, se debe fundamentalmente «al deseo de la población de cuidar su alimentación cada vez más, además de probar recetas internacionales», explica el portavoz de Vorwerk, Michael Weber. Un fenómeno que empezó a observarse hace ya dos décadas, al calor del florecimiento de una nueva clase mediaalta en el gigante asiático.

La marca no ha querido dejar pasar la oportunidad y ha sacado a la venta diez libros de recetas en China. Además, ha adaptado su estrategia de negocio al país, donde no está bien visto que los comerciales acudan directamente al domicilio. Por eso ha abierto 26 estudios de cocina en zonas comerciales urbanas, donde los clientes pueden asistir a demostraciones, e incluso encargar su Thermomix. Entretanto, Vorwerk mantendrá su mayor fábrica para el mercado europeo en Francia, y los motores y cuchillas seguirán saliendo de Wuppertal, como hasta ahora.