La tecnología y el análisis sensorial cruzan el charco

Laura López LUGO / LA VOZ

MERCADOS

OSCAR CELA

TasteLab, que busca garantizar el éxito de los productos en el mercado, se expande a Latinoamérica. Ha creado un «software» innovador para que las empresas hagan sus catas

07 jul 2019 . Actualizado a las 05:10 h.

Conocer los gustos, preferencias y hábitos del consumidor o saber si un producto tendrá aceptación en el mercado es una información valiosísima para las empresas. De ello dependerá entrar o no en la cadena de distribución y facturar más o menos. De facilitar esa información se ocupan precisamente desde la empresa lucense TasteLab, que aúna tecnología y análisis sensorial para seducir a los consumidores. Esta spin off de la USC, que busca garantizar el éxito de un producto mediante catas y estadísticas especializadas, se prepara para cruzar el charco y conquistar los países latinoamericanos. Además, está en pleno crecimiento con la puesta en marcha de un software innovador para que las empresas puedan realizar sus propios estudios.

 TasteLab nació en el 2015 -siendo pionera en España en análisis sensorial- de la mano de cuatro investigadoras de la USC, todas mujeres, que en la actualidad forman el grupo asesor científico de la empresa: Maruxa García, ingeniera agroalimentaria y doctora en Tecnología de los Alimentos; Ángeles Romero, catedrática de Tecnología de los Alimentos; Nieves Muñoz, profesora de Estadística Aplicada; y Lourdes Vázquez, doctora en Farmacia y profesora de Nutrición. «Había unha necesidade non cuberta, sobre todo no sector alimentario», explica Maruxa García, CEO y cofundadora de TasteLab. De hecho, expone que «o 80 % dos novos produtos que se lanzan ao mercado fracasan ou non chegan ao ano de vida». Por ello, estas investigadoras entendieron que se puede detectar ese problema «adiantándonos, e reducir así o fracaso, tendo en conta os gustos do consumidor, mediante técnicas de análise sensorial; e aí entra o sabor, a textura, o olor, o tacto, a vista ou o oído», continúa García.

Sede en Lugo, Madrid y Miami

Para llevar a cabo todo este estudio cuentan con un equipo de treinta catadores profesionales, que trabajan en los laboratorios de Lugo, y con catadores voluntarios, para lo que disponen de una base de datos -siempre creciendo- de unas tres mil personas, que realizan las pruebas en la sede de Madrid. A mayores, TasteLab cuenta con una delegación comercial en Miami.

Pero TasteLab ha dado un paso más para profundizar en su perfil tecnológico con la creación de un software, de manera que las catas y todo el estudio sensorial se puedan realizar de forma automatizada. Las empresas que lo deseen pueden así comprar su licencia de uso y disponer de una herramienta que busca garantizar el éxito de los productos en el mercado.

 El programa, bautizado como Sensesbit, cuenta con una primera parte, la cata en sí misma, en la que los catadores emiten sus juicios de valor, y una segunda parte en la que se analizan todos esos datos mediante técnicas estadísticas especializadas. Se trata de un software innovador, «case non hai no mundo ferramentas deste tipo», y que además se puede utilizar desde un dispositivo móvil. Con este nuevo avance pretenden arrancar en el 2020 la internacionalización, para lo que están desarrollando una estrategia con la que dar el salto a Latinoamérica.

 Los sectores para los que trabaja TasteLab son muy dispares: «Fundamentalmente do sector alimentario, pero tamén da industria farmacéutica, droguería ou automoción», explica Maruxa García. Y es que esta spin off lucense tanto analiza si un queso es cremoso o ácido, si un snack es crujiente, dulce o salado, si un percebe o un kiwi tienen buen sabor, olor y aspecto, como si el sonido de un coche al arrancar es atractivo o si el de la llave del automóvil es agradable. «E non só a industria require destes estudos, senón tamén a distribución, para colocar ou non un produto no seu lineal», continúa García. Una vez hecha la cata, desde TasteLab comunican los resultados y las recomendaciones pertinentes a las empresas, tanto para productos que todavía no se han lanzado al mercado como para aquellos que son susceptibles de ser modificados.

De este modo, la empresa, que cuenta con seis personas contratadas, trabaja con tres grandes áreas: I+D+i, márketing -para conocer las tendencias del consumidor- y el departamento de calidad sensorial. Ofertan servicios analíticos, de cata, formación en análisis sensorial para empresas, consultoría y el propio software.

Investigadoras de la USC impulsaron en su día la compañía, que cuenta con 30 catadores expertos y 3.000 voluntarios