La moda entra en la cocina de la mano de dos hermanos coruñeses

Laura García del Valle
Laura G. del Valle REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

cedida

Vranded ha hecho de la necesidad virtud personalizando los uniformes de la plantilla de los restaurantes de moda para mejorar su imagen de marca

05 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pudo haber sido todo un cisma familiar. Dos hermanos coruñeses con un prometedor futuro por delante, uno estudiando Ingeniería Industrial y el otro preparándose para ser médico, que para dar rienda suelta a sus inquietudes creativas deciden montar una pequeñísima marca de ropa. Germen del principio de unos años intensos y prósperos. Lo que comenzó siendo un desahogo entre álgebras y anatomías varias, vivió hace dos años un punto de inflexión irremediable en una charla de emprendimiento. Allí coincidieron con los responsables de la ya muy conocida cadena de hamburguesas Goiko Grill y surgió el milagro. Que dura hasta el día de hoy.

«Se interesaron por nosotros porque querían incorporar la imagen corporativa a las prendas de los trabajadores; una tarea más difícil de lo que parece porque los proveedores de uniformes no tienen camisas actualizadas, es ropa muy impersonal y clásica», explica Martín Mosquera. El que iba para ingeniero industrial ahora es feliz junto a su hermano y otros dos socios trasladando un valor añadido a través de la ropa del personal a restaurantes y cafeterías como Azábal, lo más cool de Madrid; o Manolos Bakes, la revolución de los cruasanes que aterriza el 6 de junio en A Coruña desde la ciudad del oso y el madroño.

Como una marca de ropa

Vranded, que es como se llama esta agencia especializada en consultoría y diseño textil, comenzó a cosechar éxito gracias al mimo por el detalle pero también, por supuesto, porque disponían de «los conocimientos para llevar a cabo la propuesta que en un inicio nos hizo Goiko Grill. Desde el pantone hasta el tejido, pasando por hacerles modelos de hombre y de mujer como si fuese realmente una marca de ropa. Y para incidir en esta idea les añadimos también etiquetas propias», comenta Mosquera.

Según relata este emprendedor, a su empresa le pasó lo que a tantas otras: solo fue gracias a descubrir las necesidades del mercado como consiguieron hacerse un hueco en el mismo. «Cada vez más los propietarios de restaurantes quieren empatizar con su clientela. El diseño del local, la carta, hasta el hecho de que los camareros tengan una determinada edad o tatuajes está pensado para que la persona que llega al establecimiento se sienta cómoda. Así que las prendas también tienen que ir acorde. Ya no vale con ponerles uniformes de poliéster cutre». En esta ardua tarea ayudan, y mucho, los proveedores de Fisterra con los que empezaron a trabajar en los inicios de Vranded, y con los que aún cuentan en la actualidad. No les falta trabajo ni a unos ni a otros, pues en poco más de un año han desarrollado con éxito más de 25.000 prendas en más de 100 proyectos diferentes.

Renovarse o morir

Es lo que tiene la moda a la carta, y la necesidad imperante de adaptarse o morir en un sector cuya competencia es feroz. Si a esto le sumamos que producen sus diseños de forma sostenible, irremediablemente Vranded es un caballo ganador para todos aquellos preocupados por ofrecer una imagen de respeto al medio ambiente.

Pero aunque están disfrutando las mieles del éxito, el equipo de Vranded, compuesto ahora por cinco miembros, no echa el freno. «El textil nos vuelve locos, pero nos queremos expandir y abarcar más campos dentro del mundo del diseño. Estamos pensando en entrar, entre otros ámbitos, en el mundo del packaging», dice Mosquera.