Artesanía de zinc y cobre puntera a nivel nacional

MERCADOS

MARCOS CREO

La empresa de Boiro Cubregal está especializada en trabajos de restauración. La compañía es la encargada de hacer la cubierta del parador de Muxía

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue en el año 1998 cuando Vicente Sampayo López abrió en el municipio de Lousame una empresa dedicada a la realización de cubiertas de pizarra, aislamientos y canelones. Este electricista, heredero de una tradición familiar ligada al trabajo artesano, comenzó de cero, solo con un obrero. Su inquietud por especializarse en este ámbito constructivo le llevó a desplazarse a ferias en países europeos, como Francia o Alemania, para saber qué se movía en el mercado. Fue así como se adentró en el conocimiento del zinc y el cobre: «En estos lugares, el 80 % de las cubiertas son de esos materiales».

Su durabilidad e impermeabilidad convertían a estos elementos metálicos en alternativas idóneas para Galicia. Con trabajo y años de dedicación, Vicente Sampayo fue aprendiendo a manejarlos hasta obtener cualquier acabado. Hace veinte años, su empresa dio el salto de la pizarra al zinc y al cobre, constituyendo la firma Cubregal, en la que actualmente trabajan más de una veintena de personas.

Con una facturación de dos millones de euros, que llegó hasta los 3,5 antes de la crisis, Cubregal es actualmente una empresa de referencia en el sector a nivel nacional. Está especializada en trabajos de restauración, lo que motiva que reciba diversidad de encargos procedentes de todo el territorio. En sus talleres, operarios especializados trabajan ahora en la recomposición de elementos ornamentales de una fachada del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, un inmueble protegido de importante valor.

Anteriormente, la empresa acometió la cubierta del Museo das Peregrinacións, al tiempo que se ocupó de realizar la estructura que sirve de protección al dolmen de Dombate, el yacimiento megalítico que se encuentra en el municipio de Cabana de Bergantiños.

Explica el gerente de Cubregal que la suya es una actividad artesana, porque la práctica totalidad del trabajo se efectúa a mano siguiendo técnicas tradicionales. Por eso, aprender el oficio, subraya Vicente Sampayo, es una labor de años.

Los trabajadores de esta empresa, radicada en el polígono industrial de Boiro, han visto como su actividad iba en aumento, especializándose en la restauración.

Su versatilidad motiva que reciban encargos muy diversos, como la realización de la cubierta del parador de Muxía.

Canarias y Granada

Entre los innumerables trabajos que llevan el sello de Cubregal figuran restauraciones u obras nuevas en Canarias o Granada, tanto en inmuebles protegidos como en edificios de nueva construcción destinados, por ejemplo, albergar un hotel. En Ribeira, la parte superior de la vanguardista plaza de abastos también ha contado con la intervención de estos artesanos del zinc y el cobre.

Sin embargo, la empresa también efectúa trabajos para particulares, proporcionando alternativas adecuadas a cada caso. Así, en el tejado de un edificio de viviendas destinadas a segunda residencia de Ribeira hay una cúpula de cobre realizada en su taller.

Explica Vicente Sampayo que van en aumento los encargos por parte de propietarios que desean construir una vivienda unifamiliar: «Son personas que quieren darle a la edificación un estilo moderno, al tiempo que buscan las garantías de un material idóneo para la lluvia y el viento que, además, no requiere de mantenimiento. También tenemos solicitudes para edificios, con el fin de proporcionarles un valor añadido».

Ninguna propuesta es imposible para sus profesionales, que están al día de todas las actualizaciones del sector. Por ello, asisten a cursos de forma periódica, algunos impartidos por especialistas alemanes y con la participación de profesionales llegados de diversos puntos de la geografía española e, incluso, de Portugal.

Sin embargo, Vicente Sampayo reconoce que, por ahora, tanto el zinc como el cobre tienen una implantación muy poco extendida, especialmente si se compara con la existente en otros países europeos. Comenta el empresario que, en parte, esto es debido a que no existe tradición en su uso.

Sin embargo, cree que el mercado va abriendo sus puertas para su empleo e, incluso, considera que pronto será necesario contar con mano de obra cualificada. La formación en este aspecto es esencial para Vicente Sampayo, quien considera que existe un nicho de mano de obra que debe tenerse en cuenta.