La «magia» de las comunicaciones

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

M.MORALEJO

La mitad de los créditos del grado de Telecomunicaciones en Vigo son en laboratorios o trabajo en equipo. Los dos primeros años son comunes, aunque la carrera tiene cuatro menciones

27 ene 2019 . Actualizado a las 05:13 h.

Que uno se suba a un avión en Madrid y se baje en Lima, encienda el teléfono y llame a la familia para decir que ha llegado no es magia, es ciencia tras las telecomunicaciones. «Los teléfonos móviles son para la gente joven lo que para nosotros eran las neveras. No te paras a pensar en la tecnología que hay detrás, es algo que esperas que funcione, y punto». Lo dice Íñigo Cuíñas, director de la Escola de Enxeñaría de Tecnoloxías de Telecomunicación de la Universidade de Vigo, quien recuerda que hace nada «cuando viajabas a otro país tenías que cambiar de teléfono».

Las telecomunicaciones es una de las ramas de las ciencias que más ha avanzado en los últimos años, y no solo en el diseño de los aparatos, sino en la eficacia, rapidez y seguridad del transporte de información. Eso es lo que aprenden en esta ingeniería, que hasta los propios responsables llaman por su nombre abreviado y popular, Teleco.

A esta carrera llegan chicos y chicas (menos en este nuevo siglo, sobre un 20 % del total) de toda Galicia. Antes, cuando era la tercera facultad del país, venían de cualquier parte, sobre todo Canarias, pero ahora hay unas 50 escuelas por todo el Estado. Pero a pesar de los cambios, siguen casi llenando las aulas con estudiantes creativos -«es una carrera perfecta para alumnos a los que les gusta solucionar problemas reales»-, que en los dos primeros años ofrecen una formación común y más teórica para saltar en tercero a la práctica: «De los 240 créditos, 120 son de laboratorio o de trabajo en equipo». También hay muchas materias optativas para diseñar un grado casi a la medida. De entrada, son cuatro las menciones en que se divide el título: sistemas, telemática, sistemas electrónicos y sonido e imagen. Después, la carga optativa es grande en el primer cuatrimestre de cuarto «porque fomentamos el intercambio con otras universidades y en el caso de Erasmus esta optatividad no viene muy bien», explica Cuiñas.

Las prácticas que realizan todos los alumnos también les permiten ir centrando sus intereses y, de hecho, muchos siguen trabajando en la empresa o rama donde hicieron las prácticas. Esta carrera no tiene paro: «Es raro que haya un sector en el que no sea necesario un especialista en mover y procesar datos», dice Cuiñas, y enumera rápidamente bancos, automoción, pesca, urbanismo, periodismo...

Tras el grado, los alumnos tienen tres opciones de máster en la misma escuela: el de Telecomunicaciones, que es habilitante (lo que antes se consideraba la ingeniería superior); el de ciberseguridad, que se realiza a medias con Informática de la UdC; y el de Matemática Industrial, en el que participan cinco universidades (las tres gallegas y las dos más importantes de Madrid, la UPM y la UC3).