Relojes y realidad aumentada, el sueño americano en Marín

Manuel Blanco REDACCIÓN / LA VOZ

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La empresa creada por tres jóvenes lanza una marca de relojes, Hustlers Watches, que vende ya en 26 países. La firma tiene además una línea de actividad centrada en el desarrollo de RA que trabaja con grandes clientes

25 nov 2018 . Actualizado a las 20:15 h.

Aunque las cifras de paro juvenil se empeñen en llevarle la contraria, hay una realidad en las tierras de Breogán que asoma con cierta frecuencia: Galicia cuenta hoy con la generación mejor preparada de su historia. La aventura empresarial de Jorge Cajiao, informático, Frankie Martínez, diseñador industrial, y Óscar Garnelo, grado en ADE, es una prueba inequívoca de ello. Estos tres jóvenes pontevedreses de entre 26 y 32 años son los creadores de The Lab Company, una innovadora compañía dedicada, por un lado, a la fabricación de relojes de alta calidad y, por otro, al desarrollo de tecnologías de realidad aumentada.

La suya bien podría pasar por una de esas historias de éxito que vinieron al mundo en un garaje. Sin apenas haber acabado sus estudios, los tres fabulaban con la idea de lanzarse a emprender. Los relojes, su producción, siempre fue algo que les fascinó. ¿Por qué? «Porque nos gustaba mucho la relojería y porque si puedes fabricar uno, dada su extrema complejidad, puedes hacerlo todo», explica Cajiao, el CEO de The Lab Company.

Fue así como en el 2015 hicieron su primera incursión en ese mundo. Durante muchos meses, emplearon todo su tiempo en comprender cómo funciona la fabricación de relojes: diseñarlos, buscar proveedores... «Lo que nos encontramos en aquella fase -recuerda Óscar Garnelo- fueron fábricas que nos ofrecían modelos que ya tenían en cartera y a los que poco más que podíamos incorporarle nuestro logo. Nosotros no queríamos eso porque así perdíamos nuestra identidad». «No queríamos ser la copia de nadie», evoca Frankie Martínez.

Con mucho trabajo, grandes dosis de arrojo y muchas horas de vuelo por el mundo encontraron proveedores propios que garantizasen sus estándares de calidad: zafiro en Estados Unidos, maquinaria en Suiza y Japón, fábricas para ensamblar en el país de los quesos y en China... Y con todo ello lanzaron a comienzos de este año una marca de relojes, Hustler Watches, que ya vende en 26 países y que ha sido una suerte de carta de presentación ante otros fabricantes, que en los últimos meses han contratado sus servicios.

Paralelamente, todo el proceso de creación de sus relojes llevó a los tres jóvenes a operar en el ámbito de la realidad aumentada (RA), un trabajo que dio pie a otra línea de actividad dentro de The Lab Company. Tanto es así que grandes firmas del sector naval, de la automoción o la gestión del patrimonio han requerido de sus habilidades en este campo.

Futbolistas de élite como gancho para captar al gran público

El delantero del Real Madrid Mariano Mejía, el defensa del Atlético de Madrid José María Giménez y el lateral del FC Barcelona Nelson Semedo son embajadores de Hustlers Watches. «Un gancho para el gran público -admite Óscar Garnelo-. Hemos sido muy honestos y transparentes con ellos para crear una relación muy buena».

Al calor de la metodología de trabajo y los diseños de Hustlers, The Lab Company ha cerrado en las últimas semanas varios contratos de gran volumen económico para fabricar las colecciones de relojes de otras compañías. «Las presentaremos el año que viene en la feria de Las Vegas, una de las más importantes del mundo en relojería», precisa Cajiao. En todo este camino, los tres jóvenes fundadores han incorporado a otros dos socios que les permitirán dar un impulso a la firma, al tiempo que se garantizaban los fondos económicos para producir las colecciones para sus nuevos clientes.

Una financiación que se proponen completar con una ronda de capitalización en la que ya están inmersos y en la que esos contratos logrados recientemente están resultando un foco de atracción para los inversores. Los fondos que capten por esta vía se destinarán a contratar personal cualificado para sus nuevas instalaciones de Marín, en las que llevan trabajando apenas unos meses y que están llamadas a dar forma a la siguiente etapa de esta aventura llamada The Lab Company.