Tierra para las familias numerosas

María Signo ROMA / LA VOZ

MERCADOS

CESARE ABBATE

El Gobierno italiano quiere ceder terrenos agrícolas y conceder préstamos bonificados para la compra de vivienda para estimular la tasa de natalidad, una de las más bajas de la UE

11 nov 2018 . Actualizado a las 19:19 h.

Entre las propuestas de la ley de presupuestos que el Gobierno italiano prepara para el 2019 aparece una que ha llamado la atención de la sociedad transalpina. Se trata de la concesión de terrenos agrícolas propiedad del Estado que podrán explotar gratuitamente durante 20 años todas aquellas familias que tengan su tercer hijo entre los años 2019 y 2021. La idea, apoyada por La liga, el partido de extrema derecha que lidera el vicepresidente Matteo Salvini, es la de combatir la bajísima tasa de natalidad italiana, que es de tan solo 1,3 hijo por mujer en edad de procrear, al tiempo que se intenta frenar la despoblación de algunas zonas del país.

El ministro de Política Agrícola, Gian Marco Centinaio, lo explica así: «Se dice que en Italia se tienen pocos hijos y que se necesita ayuda para invertir la tendencia. Por este motivo, mi ministerio quiere dar su contribución favoreciendo sobre todo las zonas rurales donde aún se tienen hijos». Además de una parcela de tierra, la ayuda se completa con préstamos hipotecarios a interés cero para aquellas familias que deseen comprar una casa cercana al terreno concedido en préstamo.

A la propuesta no le han faltado críticas, muchas de ellas por el recuerdo de la política agraria realizada durante el fascismo por Benito Mussolini. En aquellos años se emprendieron grandes obras como la desecación de las zonas pantanosas del Agro Pontino, al sur de Roma, en la que fueron empleados campesinos venidos del norte a los que se les entregaron tierras y casas para colonizar la zona. Eran los tiempos de la autarquía agrícola.

Hoy las cosas han cambiado y lo primero que el Ministerio de Agricultura tendrá que aclarar es qué se entiende por núcleo familiar. Y aquí quien seguramente dirá la suya será el ultraconservador ministro de la Familia, Lorenzo Fontana, que presiona por una interpretación limitada a las parejas casadas, lo que dejaría fuera a las uniones civiles y a las parejas de hecho, con las consabidas protestas y recursos de anticonstitucionalidad. Como La Liga además basa su programa político en el eslogan ultranacionalista «primero los italianos», se estudia poner límites a las familias extranjeras que quieran acogerse a la idea, ya que suelen tener muchos hijos. Uno de ellos sería la obligación de residir en Italia desde al menos hace 10 años.

¿Cuáles son las tierras a disposición de estas familias? Según Coldiretti, la patronal de los agricultores italianos, las parcelas agrícolas en mano pública están en torno a medio millón de hectáreas, con un valor teórico de casi 10.000 millones de euros, más alto que en otros países porque en Italia la tierra tiene un rendimiento muy elevado, aunque la mayor parte de los terrenos en manos del Estado no son de gran calidad. Las parcelas buenas y rentables ya fueron vendidas en los últimos años, sobre todo a partir del 2017, durante el Gobierno de Paolo Gentiloni. En aquella ocasión, el Ministerio de Política Agrícola, a través de la Banca de las Tierras Agrícolas, puso a disposición de los menores de 40 años unas 1.000 hectáreas de tierras de labor a las que se podía acceder gracias a ayudas y préstamos especiales. El entonces ministro, Maurizio Martina, explicaba que era «un instrumento más para ayudar al recambio generacional» necesario en la agricultura y servía para favorecer la creación de nuevas empresas.

El campo en Italia tiene tirón entre los jóvenes ya que es el país de Europa con mayor número de pequeñas empresas agrícolas, más de 50.000, dirigidas por menores de 35 años. El campo tiene futuro pero, ¿será suficiente con entregar tierras a quien tiene una familia numerosa para resolver el problema demográfico? Seguramente no, sobre todo en un país en el que las plazas de guardería son escasas, la conciliación sigue siendo difícil al recaer el peso de la familia casi por completo en la mujer y la brecha salarial entre sexos es enorme.