«La medicina tiene que retomar su tradición humanista»

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

SANDRA ALONSO

Es vicedecana de la única facultad de Medicina de Galicia, y por lo tanto, se siente responsable de la formación de los 2.338 futuros médicos que estudian en Santiago. Lo compagina con la docencia, con su especialidad como psiquiatra y con su faceta empresarial en la clínica de psicología y psiquiatría Xuntos. ¿Su secreto? Tesón, disciplina y pragmatismo.

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Ángela Torres nació en Santiago, pero se crio en Porto do Son, donde sus padres eran profesores. Estudió la carrera de Medicina «peldaño a peldaño», y tras completar su formación y trabajar en Sevilla y en Londres, en el año 2001 se hizo con la plaza de profesora titular de la facultad de la que es vicedecana desde hace tres años.

-¿Qué tal la experiencia?

-Muy buena. Es un trabajo duro que no se puede interrumpir ni festivos ni fines de semana porque seguimos teniendo dedicación docente. Este es un buque con muchos pasajeros, por eso a esta facultad se le llama en la USC el buque insignia, ya que formamos a los futuros médicos de toda Galicia y esa es una tarea de mucha responsabilidad.

-¿Cómo lo compagina con sus otras responsabilidades?

-Yo tengo docencia en cuatro titulaciones: doy materias completas en cuarto de Medicina (Psiquiatría), en segundo de Odontología (Psicología y Comunicación) y en tercero de Criminología (Psiquiatría Forense) y aparte, en el máster de Neurociencia, por lo que tengo clases todos los días en distintos sitios. ¿Cómo se hace? Con mucha disciplina y aprovechando los momentos breves que uno tiene para desconectar y descargar la batería.

-¿Cómo evolucionó la mujer en Medicina?

-Ahora tenemos en el grado en Medicina 2.338 estudiantes y el 68 % son mujeres que acceden ya a especialidades que estaban tradicionalmente restringidas a los varones, como la traumatología. Hoy hay traumatólogas y cirujanas. Yo, además, soy responsable de la sección de perspectiva de género y tengo una línea de investigación al respecto. En cuanto al profesorado, si empiezo por el principio tengo que recordar que hubo mujeres con dificultades para acceder a la titulación, como Elisa y Gimena Fernández de la Vega, que a principios del siglo XX tenían que venir custodiadas porque sus propios compañeros las insultaban. Las dos llegaron lejos. Y Roberto Novoa Santos investigaba para tener evidencias de que había razones biológicas en la inferioridad de la mujer, y sin embargo, en su trabajo cotidiano, en su equipo de 21 personas, integró a cinco mujeres. Ahora somos 318 profesores y la mayoría no somos mujeres, pero estamos ahí, en la carrera y en la investigación, aunque todavía necesitamos más visibilidad.

-¿Es un orgullo ser vicedecana de la única facultad de Medicina gallega?

-Es un orgullo y una responsabilidad por la tradición histórica que recogemos de la Escuela Médica Compostelana. El 3 de diciembre, la facultad cumple 370 años y tenemos un recorrido que no podemos olvidar. Pero tenemos también muchísimos retos, ya que formamos a las personas que se van a responsabilizar de la salud de los ciudadanos a través de una carrera muy larga. Pero creo que la medicina tiene que retomar su tradición humanista. Se da una paradoja; llegamos a un avance científico y tecnológico impresionante, pero estamos fragmentando a los pacientes y a veces se pierde la perspectiva de la persona que hay detrás de la enfermedad. Si perdemos eso, perdemos la esencia de esta profesión. Recordaba Gregorio Marañón que no hay enfermedades, sino enfermos.

Ángela Torres convive en el decanato con 370 años de historia. sandra alonso

una familia que se reúne en cualquier rincón del mundo

el detalle

Reconoce que no lo pasó bien cuando para completar su carrera se vio obligada a vivir en Sevilla y en Londres y a separarse de su familia, algo que sobrellevó gracias a la implicación de su marido y a la ayuda de sus padres. «Lo poco que ganaba me lo gastaba en billetes de avión», recuerda. Sin embargo, creó vínculos afectivos con los lugares en los que estuvo y le gusta volver. Ahora, con sus tres hijos ya criados y marcándose su futuro profesional, reconoce que «el nido vacío tiene sus ventajas, pero desde el punto de vista afectivo lo notas». Así que una o dos veces al año, en cualquier rincón del mundo en el que se encuentre ella, su marido o los chicos, se juntan todos. «Lo hicimos toda la vida y aunque ahora son mayores, seguimos haciéndolo». Pero su paraíso está cerca y tiene claro dónde quiere vivir: «En Santiago y en Porto do Son».

«Creamos una ‘spin off’ en plena crisis, y hoy Xuntos sigue y ha recibido varios premios»

En Porto do Son están mis raíces; es el paraíso al que siempre quiero volver, con un mar que me fascina»

Junto con otras personas del campo de la psicología clínica y de la psiquiatría, en el 2013 creó una spin off impulsada por la propia USC de la que nació la clínica de atención psicológica y psiquiátrica Xuntos.

-¿Se atrevieron a poner en marcha una empresa en plena crisis?

-Nos embarcamos en una empresa de base tecnológica, Xuntos SL. Xuntos porque trabajamos juntos con un objetivo común: ayudar a la gente a vivir mejor. Además, teníamos personal muy bien formado que iba a tener que emigrar, que lo querían fichar fuera, y decidimos hacerlo, aunque fue complicado. Fernando Vázquez, de psicología clínica y yo, de psiquiatría, vimos que juntos podíamos trabajar mejor y que podíamos aplicarlo al ámbito empresarial. Luego sumamos a tres mujeres para visibilizar el trabajo femenino y generamos una empresa que ahí sigue y está asentada, con una parte de investigación, otra formativa y otra asistencial. Creamos una spin off en plena crisis, y hoy, Xuntos sigue y ha recibido varios premios.

-¿Volverá a su especialidad?

-Ahora mi prioridad es asentar la parte académica y de gestión. Estoy pendiente de volver al hospital, a una unidad de salud mental infantil y juvenil. Atiendo, además, a universitarios, porque en Medicina suelen tener problemas de ansiedad y depresivos, por la responsabilidad y porque son unos estudios muy estresantes por el reto que afrontan. Tengo una especial preocupación por ayudarles a llegar fortalecidos al MIR, y en Xuntos tenemos programas orientados a ese fin.