Finalmente, la planta de Nadela la compró Tableros Hispanos y la compañía lucense, que hasta entonces estaba centrada en la silvicultura, decidió construir su propia planta de procesado. Optó por las tablas y los tablones y las astillas. En la próxima fase prevé aprovechar el serrín.
La empresa utiliza la corteza de los árboles como combustible para los secaderos de la madera. Todo el proceso está automatizado, después de la inversión realizada en maquinaria de última tecnología.