La UE teme el colapso de las cadenas de suministro en sectores como el químico y el del automóvil si finalmente prospera esta vía; en el caso de España, el FMI prevé un retroceso del PIB del 0,2 % a consecuencia de las estrechas relaciones comerciales con el Reino Unido

Cristina Porteiro

Tras más de un año y medio de negociaciones infructuosas, las conversaciones sobre el brexit llegan a la recta final. La Unión Europea le ha dado un ultimátum a la primera ministra británica, Theresa May: o se cierra el acuerdo en el mes de octubre o habrá que prepararse para el peor de los escenarios el 29 de marzo del 2019. En Bruselas y en las cancillerías europeas cunde el pesimismo. Todo apunta hacia una salida dura, sin acuerdo. Sin red de seguridad ni salvavidas. La UE hace sus cuentas. La industria también. «Es probable que el impacto de larga duración del brexit sea más severo de lo que se anticipó inicialmente», alerta Rabobank en uno de sus informes. «El peor de los escenarios está lejos del desastre, pero habrá un impacto estructural a largo plazo para el Reino Unido y la UE independientemente del resultado», admite Oxford Economics. La economía, los negocios, los ciudadanos y los consumidores se verán sacudidos por el divorcio. «Animamos a las empresas privadas a que se preparen, que elaboren sus planes de contingencia», sugirió esta misma semana el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi

1 ¿Cómo evolucionará el PIB si no hay  acuerdo sobre el brexit?

Dependerá en buena medida de las decisiones empresariales que se adopten durante estos meses, de la previsión de los gobiernos y de la negociación de último minuto de Barnier, quien podría guardarse una solución de emergencia si la UE y Reino Unido se asoman al precipicio. El banco holandés Rabobank estima en uno de sus informes que el divorcio por las bravas se llevará por delante el 18 % del crecimiento del PIB del Reino Unido hasta el 2030. Un escenario que provoca escalofríos. En el caso de la eurozona, ese impacto se reduciría al 2 % del total de su PIB para el 2024. «Resultaría en una caída inmediata de la economía británica con un período de recesión de dos años», sostienen. Lo que está claro es que el 2019 puede cerrar con un desplome del 2,4 % del PIB británico si se certifica la salida traumática, un 1,1 % si se logra firmar un acuerdo de libre comercio y un 0,3 % en el escenario de un brexit suave, con transición de por medio y con cierto acceso al mercado único.

2. ¿Cómo será el día después del divorcio? 

Si se certifica un brexit duro, esto es, la salida del Reino Unido de la UE sin un período transitorio para preparar un aterrizaje suave, «resultaría en una caída inmediata de la economía británica, que entraría en un período de recesión de dos años», aseguran los expertos. La UE podría experimentar la misma fortuna en función de si convergen ciertos factores de riesgo como una guerra comercial global, una nueva crisis de deuda en la eurozona y unos planes de contingencia incompletos. Lo que nadie podrá evitar si no se logra el acuerdo es el colapso de carreteras, puertos y transporte aéreo durante la primera semana pos brexit. Reino Unido asegura tener reservas de fármacos para 10 días si se cortan los suministros y las cancillerías europeas estudian mecanismos legales para agilizar los cambios y evitar el colapso en los cinco días posteriores a la salida.

 3. ¿Qué le espera al comercio?

El problema para la UE reside en las «cadenas de suministro», en las que están inmersas grandes y pequeñas empresas. El fin de la libre circulación encarecerá los aranceles en todas las fases de producción y puede provocar un frenazo en el flujo de mano de obra a uno y otro lado del Canal de la Mancha. Las importaciones británicas se estrecharán dentro de una horquilla que va del 16 al 27 %, estrangulando a la industria europea, muy entrelazada en los procesos de producción. «Cualquier escenario del brexit resultará en un desplome del comercio debido al aumento de los aranceles y los controles aduaneros», explican los expertos. Oxford Economics apunta a Alemania como la gran perjudicada porque representa el 18 % de la industria de suministros de automóviles. Al menos 1 de cada 10 productos utilizados en esa cadena en la UE tienen sello alemán. El del automóvil es además el sector con más peso en las exportaciones del conjunto de la Unión al Reino Unido. Holanda e Irlanda son las economías más interdependientes en términos de comercio. Tienen menos margen de maniobra para reorientar sus exportaciones. El coste total de un brexit duro para la UE en términos de comercio podría oscilar entre los 50.000 millones de pérdidas directas a los 112.000 millones de euros si se suman los daños en la cadena de producción. Para el Reino Unido, según Oxford Economics, el coste ascendería a unos 139.700 millones de euros para el 2020.

 4. ¿Qué supondría la salida británica de la unión audanera?

 Hasta ahora, los Veintiocho mantienen un arancel exterior común y mismas normas regulatorias en todas sus fronteras a los productos que provienen de países fuera de la UE. «Con el Reino Unido fuera todo esto se cuestiona. No sabemos qué va a pasar con los aranceles. Dependerá de si se firma un acuerdo de libre comercio. En sectores como la agricultura hay aranceles muy elevados en la UE, a veces del 40 % o más, un 12 % en el textil y un 10 % en el sector del automóvil», advirtió Luisa Santos (Business Europe) en la Eurocámara.

 5. ¿Afectará al desarrollo de la economía digital y espacial?

Este es uno de los grandes temores que albergan los expertos. «Mantener vigentes los vínculos en el sector digital es básico para el crecimiento de la UE, junto al biofarmacéutico, el del motor, el transporte y la industria espacial y aeroespacial», advierten. Reino Unido forma parte de organismos como la Agencia Espacial Europea y Eumetsat. Su participación es vital en programas de seguridad, defensa y vuelos espaciales humanos. «Es el país, de lejos, donde más actividades se desarrollan. Una tercera parte de la inversión en toda Europa se originó allí. Esto pone de relieve que el Reino Unido no es un miembro como los demás». En un brete se encuentra el programa de satélites de geolocalización Galileo. El 17 % de las empresas industriales que participan son británicas, todas orientadas a la exportación. Los suministros podrían paralizarse, encarecerse los costes y restringir el acceso a la tecnología. Por eso los expertos creen que se llegará a un acuerdo específico con Londres, para no poner en riesgo proyectos que han requerido enormes inversiones de fondos. El problema clave es dirimir si se le da acceso a Londres al PRS de Galileo o solo se le ofrece el servicio: «Uno puede invitar a casa a un buen amigo, otra cuestión es si le das las llaves de tu casa, eso es lo que hay que decidir», señalan expertos europeos.

 6. ¿A qué se atiene España?

 El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la economía española retrocederá un 0,2 % a largo plazo dado que los intercambios comerciales de bienes y servicios entre los dos países alcanzan el 3,5 % del PIB nacional. El recorte, no obstante, es similar al que sufrirán otras economías de la eurozona. El sector de la automoción, las compañías industriales y químicas y el sector del turismo son los más expuestos a un brexit duro, según KPMG. «La salida es un proceso no deseable que no tiene consecuencias positivas. Existe preocupación por la situación de los ciudadanos en España que viven en el Reino Unido y por el comercio y las empresas porque existe una enorme interrelación entre las dos economías», reconocía esta misma semana la ministra de Economía, Nadia Calviño. El problema específico de España se concentra en el denso tejido de pymes que exportan al Reino Unido o cuya producción depende en buena medida de las importaciones desde la isla. Son ellas y no las multinacionales las que se exponen a shocks más grandes, porque no disponen de tantas facilidades para poder adaptarse con rapidez a un escenario tan adverso.