La trayectoria de Xaraleira es la historia del tesón de José María Vilaboy por demostrar que desde su tierra natal, As Pontes, se pueden hacer negocios punteros y de su inquietud por crecer apostando por nuevos segmentos. Su crecimiento sostenido le valió durante varios años el calificativo de empresa gacela y, aunque ha templado la expansión, continúa en esa senda.
-¿Cuántas veces le preguntaron si estaba loco por montar una empresa como esta en el rural pontés?
-Muchas, pero demostramos que era posible. Y quiero decir que esta es una empresa en la que se habla en femenino. De quince trabajadores, solo tres somos hombres. Algunas han empezado a tener hijos y no es ningún problema. Claro que se puede conciliar.
-La plantilla de la empresa ha ido creciendo paulatinamente y las ventas también, pese a los años de crisis.
-Sí, hemos vuelto a crecer, aunque pasamos un año muy malo, el 2016, porque reestructuramos el equipo. Y sí, esperamos que la plantilla siga aumentando.
-Mantienen estable el negocio originario de la cría de ratones mientras impulsan nuevos sectores.
-Yo no estoy limitado por la ubicación geográfica. Si quisiera crecer de verdad tendría que abrir otra Xaraleira en Francia, pero prefiero centrarme aquí en donde estamos y diversificar. Además, nosotros aprovechamos nuestros propios procesos en la cría de animales. Por ejemplo, criamos caracoles y una especie de langostas con las sobras del pienso.